Un Mundial es algo más que el mes en el que se dilucida la fase final. Un Mundial, en realidad, es también todo lo ocurrido en los cuatro años anteriores, son las fases de clasificación, son las repescas… Son más de 200 asociaciones nacionales las que componen la FIFA, de ahí, solo 32 llegan a disputar lo que conocemos como un Mundial.
Pero ya pasó la primera criba dentro de esa élite, y la fase de grupos da paso a las eliminatorias, donde realmente se juega el título y explotan las emociones. Cuatro años y miles de jugadores para decidir en un par de semanas quién se proclama campeón.
España, entre la cal y la arena
Entre la España que goleó a Costa Rica y la que cayó derrotada ante Japón dista mucha diferencia a pesar de que solo transcurriera una semana de un partido a otro. La versión del 7-0 a los ticos nos hacia soñar con lo más grande. La del 2-1 frente a los nipones nos tuvo con el corazón en vilo y un pie en el avión de vuelta a España.
La España ágil, de movimientos rápidos, circulación precisa y llegada a gol se fue viniendo abajo. En el segundo partido, ante Alemania, España empezó bien y se adelanto en el marcador. Pero poco a poco se fue deshaciendo. La necesidad de los alemanes fue ahogando cualquier atisbo de control del ritmo de juego por parte de España y acabó llegando el empate.
En el tercer partido, más de lo mismo, pero agravado. España marcó pronto, por medio de un Morata que ha anotado en los tres partidos. Después, una sensación de dejadez, de pensar que todo estaba ya hecho, de ganas de descansar, que no nos llevó a nada bueno. A la vuelta del descanso, los japoneses salieron despiertos, mientras los españoles seguían de siesta.
Dos rápidos goles de los japoneses nos ponían segundos de grupo. A mitad del segundo tiempo, Costa Rica se ponía por delante de Alemania. Esto dejaba a España fuera del Mundial. Necesitada de al menos un gol para empatar con Japón.
Finalmente, la ya eliminada selección alemana goleaba a Costa Rica y nos salvaba el segundo puesto. Pero lo más preocupante fue la falta de ímpetu, de empuje, de sensación de peligro en esos minutos en los que España se vio eliminada. En defensa parecemos excesivamente blandos. Hace años que los laterales titulares disputaron sus 50 mejores partidos. Los centrales, con Rodri incluido, parecen más capacitados para la salida de balón que para la recuperación. Y Busquets no se basta para cerrar escapes en el centro del campo.
En ataque nos falta alguien con mayor confianza y jerarquía para dejarle caer el balón y la responsabilidad, esperando que resuelva la papeleta. El joven Pedri, llamado a ser el jugador diferencial de este grupo, no está apareciendo lo suficiente. Los Ferrán, Dani Olmo, Asensio, Nico Williams, Sarabia… llegan hasta donde llegan, y el nivel que empieza a exigir un Mundial en las rondas eliminatorias puede venirles grande.
Contra Japón quedó claro que una selección disciplinada y bien ordenada se nos puede convertir en un jeroglífico indescifrable. Pero como no hay mal que por bien no venga, parece que el segundo tiempo nos ha llevado a la, de antemano, parte más amable del cuadro, la que no nos cruzaría con un favoritísimo hasta semifinales.
En octavos tendremos a Marruecos. Una selección que ha hecho una fase de grupos muy atractiva, pasando por encima de Croacia, Bélgica y Canadá. De planteamiento más bien alegre, tienen peligro en todas sus líneas. Los Bono, Saiss, Ziyech o En Nesyri hablan de una selección completa, aunque no cuadre con ese perfil de equipo cerrado que nos complicó ante Japón.
Esperemos que la versión de lo que queda de Mundial sea más parecida a la del partido contra Costa Rica y que la próxima semana sigamos hablando de nuestro recorrido en el torneo.
El once ideal de la primera fase
Tras el reparto de penas y alegrías de la fase de grupos, de las sorpresas y decepciones que ha dejado, llega el momento de repartir las notas. Aunque no está siendo un Mundial de gran calidad ni de demasiadas actuaciones soberbias desde el punto de vista individual, ya nos va despejando un panorama en el que se vislumbra quiénes han llegado en buen momento a esta cita. Llegados a este punto, nos atrevemos a dejar un once ideal plenamente subjetivo y guiado únicamente por mi gusto.
Se admiten sugerencias y modificaciones propuestas, ya que todo ello, enriquecerá el resultado. Inexcusable que utilicemos un 3-4-3 como sistema, supongo que entenderéis por qué.
En portería, tengo pocas dudas. A pesar de caer en octavos recibiendo tres goles, me quedo con el polaco de la Juventus, Wojciech Szczesny. Ha sido el portero con más paradas hasta el momento, entre ellas dos penaltis en momentos decisivos, evitando que Arabia Saudí le empatara y frenando a Messi. En todo caso, ha sido clave en la supervivencia hasta las eliminatorias directas de los polacos.
A la izquierda de los tres defensas, otro jugador de la Juventus que, parece, está ya fuera del Mundial. Se trata del brasileño Alex Sandro, que tras dos primeros muy buenos partidos, con apoyo arriba y seriedad defensiva, se ha lesionado y parece difícil que vuelva a jugar. A la derecha, el siempre destacado Achraf Hakimi, no solo por su desempeño, sino también como gesto hacia una de las selecciones más entretenidas del torneo, la marroquí. Como central, uno con futuro que ha demostrado su jerarquía y ha empezado a sonar para clubes de mayor nivel que su RB Leipzig actual. Se trata del veinteañero croata Josko Gvardiol.
En el centro del campo, tendríamos para elegir, pero como centrocampista defensivo nos tenemos que quedar con Casemiro. El «mandamás» de la canarinha en la medular, con una facilidad para la recuperación y para simplificar la puesta en marcha de una nueva jugada fundamental para el éxito del equilibrio de los de Tité. Como eje más creativo, un adolescente del que seguiremos hablando durante muchos años. El inglés Jude Bellingham dominará la zona de creación del fútbol mundial de la próxima década.
A sus bandas, dos jugadores de la liga neerlandesa, contra todo pronóstico. El goleador de Países Bajos Cody Gakpo, con una zancada y una capacidad para la definición más que notable, ya está con su selección en cuartos y lleva tres goles en su primer gran torneo. Para la otra banda, el segundo representante africano de este once, aunque con toda la escuela y el buen gusto que le da su presencia en el Ajax. Mohammed Kudus, de Ghana, es una de las más agradables sorpresas del campeonato, con dos goles y mucho regate.
Arriba, dos clásicos y uno que con solo 23 años ya también lo es. Empezamos por Messi, capitán de una Argentina que empezó con un tropezón terrible ante Arabia Saudí, pero que ha ido mostrando oficio y consistencia para lograr clasificarse líder de su grupo y meterse en cuartos derrotando a Australia. A Leo se le nota cada vez más consciente de sus limitaciones físicas, pero cuando aparece es para dar el necesario punto de desequilibrio a una selección que no ha llegado en su momento más completo de los últimos años.
Podría acompañarle uno al que hace seis meses nadie esperaría a este nivel. Antoine Griezmann está dando sentido al juego francés. Ha mutado cada vez en un creador de juego, en el engranaje perfecto entre el centro del campo y la delantera, sin dejar de luchar y sacrificarse en defensa. Por cierto, un buen acompañante del último integrante de este once. El francés Kylian Mbappé es el hombre del Mundial hasta el momento. No solo es el máximo goleador con cinco tanto, sino que es quién más temor despierta en los rivales.
Una vez finalizado el torneo, actualizaremos este once, en el que, una vez más, os invito a colaborar.
Las decepciones del Mundial
Imposible pasar una fase de grupos de un gran torneo sin que haya una sorpresa o, al menos, una decepción. Este torneo no iba a ser una decepción. Si bien las que han caído eran ya selecciones que llegaban con dudas más allá de tener un nombre glorioso.
Empezaremos por los locales, de los que nadie esperaba gran cosa, pero que no han aportado a su campeonato nada de nada. Un solo gol anotado por siete recibidos para la peor actuación de un equipo organizador en la historia. Tres derrotas y una imagen peor aun de la esperada para un equipo que se sabía débil.
Sin ser favorita, ni mucho menos, también ha sido una decepción la actuación de México. Una selección con una hinchada espectacular y siempre mayores expectativas que las que realmente le corresponden. Esta vez, no ha pasado de la fase de grupos.
Superados por Túnez y Australia, una de las que se preveían como grandes animadoras del torneo, Dinamarca, también cayó en la fase de grupos como última clasificada. Un caso parecido es el de Serbia, con una alineación muy llamativa, pero solo un empate en tres partidos.
Uruguay sufrió para clasificarse, pero parecía llegar en un buen momento competitivo. La crueldad de un gol de Corea ante Portugal en el último minuto significó el último suspiro mundialista de la generación de los Godín, Cavani o Suárez. Otro que parecía entregar el último billete a una generación espectacular era Bélgica. Atravesada en su juego desde el primer minuto, solo superó a Canadá en su grupo y se vio derrotada por marroquís y croatas.
Pero el gran cante seguramente sea el de Alemania. Los de Flick no venían con, precisamente, su mejor versión. Les faltaba contundencia en las áreas y juego, una alineación estable y completa, pero el orgullo del escudo parecía suficiente para un grupo con Costa Rica y Japón. Los nipones les remontaron a base de velocidad y chispa, con España no pasaron de un empate movidos por la obligación, y ante Costa Rica estuvieron cerca de terminar el destrozo con una derrota. Remontaron, pero no fue suficiente. A casa a reflexionar largo y tendido.
El Mundial de los descuentos
Personalmente, siempre he defendido descuentos más largos de los que habitualmente hemos tenido en la Liga española. El sistema de un minuto en el primer tiempo y tres en el segundo no me convencía lo más mínimo. Tampoco la idea de mostrar tarjetas por pérdidas de tiempo sin que eso llevara aparejado un aumento del descuento que luego se otorgaba.
Ahora, siempre puede haber un punto intermedio entre ese sistema que favorecía a los que perdían tiempo y lo que se está aplicando en este Mundial, donde algunos partidos han llevado casi prórrogas como tiempo añadido. Ya en el segundo día de competición, tuvimos 14 minutos de descuento en el primer tiempo del Inglaterra – Irán por lesión del portero asiático. A partir de esa circunstancia, más o menos comprensible, hemos tenido una sucesión de descuentos imposibles, habitualmente rayanos en los diez minutos, que se han hecho bastante exagerados.
Se ha utilizado, sobre todo en la primera jornada de la fase de grupos, la que podríamos llamar la regla del minuto. Cada gol, un minuto por la celebración; cada revisión del VAR, mínimo un minuto de descuento; cada cambio, otro minuto; cada acción de pérdida de tiempo o protesta deliberada, otro minuto.
Es cierto que han ido regulando esta exagerada aportación de minutos a los partidos, pero si algo va a quedar de este Mundial desde el punto de vista arbitral (además de lo pesados que se muestran los colegiados pidiendo en córners y faltas laterales a los jugadores que no se agarren), será esta inflación de los descuentos. Veremos, a la hora de aplicarlo a los campeonatos locales, en qué queda. De momento la Premier ha dicho que no piensa seguir la idea de la FIFA.
Nos queda lo mejor
A día de hoy tenemos ya disputadas seis de las ocho eliminatorias de octavos de final, con pleno de favoritos y solo un partido con prórroga, que de hecho llegó hasta los penaltis, el que Croacia venció a Japón. Definidos ya, entonces tres de los cuatro cruces de cuartos.
Para mañana, Marruecos y España buscaran plaza frente al ganador del Portugal – Suiza, también a disputar en el martes. Miércoles y jueves serán jornadas de descanso, antes de que lleguen los fuegos artificiales.
Los cruces de cuartos se jugarán en viernes y sábado. Croacia se enfrenta a un Brasil que parece el equipo más redondo de la competición. Países Bajos medirá si Argentina es lo que parecía antes de llegar a Catar o lo que mostró ante Arabia Saudí. Para el sábado quedan la eliminatoria que se definirá mañana y la que disputen Francia e Inglaterra, dos de los equipos con más facilidad para marcar en lo que va de Mundial.
Como saben que me gusta mojarme, aunque me equivoque, creo que el cuarto de final que saldrá de los partidos de mañana será un duelo ibérico entre España y Portugal. Luego, creo que habrá una semifinal Brasil – Argentina que vencerán los pentacampeones y otra entre Francia y España donde nos mandarán para casa. Ahora mismo, apuesto por un Brasil campeón.
Ya veremos si para la semana que viene he cambiado de opinión…
Acerca del once ideal,aparte de que aún queda la parte mejor de la competición y donde los jugadores desarrollarán su verdadero potencial,yo no he visto muchos partidos y no tengo elementos de juicio para hacerlo.Los exagerados minutos de descuento si me ha llamado la atención como a casi todos los aficionados,y aunque lógicamente al decir exagerados es porque así lo considero,estoy a favor de que los partido se alarguen más de lo que se suele hacer en nuestras competiciones donde hay muchas pérdidas de tiempo ocultas,saques de banda,de portería,discusiones con el árbitro y entre jugadores…. .
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