Clave 1: El Atlético se cae de la cuerda floja
Todos los trabajos tienen sus inconvenientes, y lo malo de ser funambulista… es que te puedes caer. El Atlético de Madrid lleva jugando a pasear por una cuerdecita a varios metros de altura desde principio de temporada, o incluso desde el final de la pasada. Ya cantó el título de Liga entre remontadas y desfibriladores.
No cierra los partidos, le cuesta plasmar su dominio (cuando lo tiene) en ocasiones claras, y, aunque sigue siendo seguro en fase defensiva, no es ese equipo casi impenetrable de otras temporadas. Resulta algo lento y previsible en ataque. Sobre todo en los últimos partidos, que no ha podido contar ni con Koke ni con Lemar. Jugar con carrileros no le está ayudando. No hay desdobles por banda que den más vertiginosidad. A pesar de que tiene mucha calidad arriba, las jugadas acaban resolviéndose por el centro o con balones colgados con la defensa bien plantada y sin grandes cabeceadores para recibirlos.
Pero la clave del funambulista superviviente, más que en no caerse, está en la red. En el caso del Atlético, la red es ese título de Liga conseguido la pasada campaña y la estabilidad de su banquillo. La afición está acostumbrada a ganar, pero, al contrario que las de Real Madrid o Barça, son muy capaces de tolerar un año sin títulos. Además, teniendo buenos mimbres, parece claro que Simeone será capaz de ajustar lo necesario para que el equipo arranque a funcionar con más fluidez.
Clave 2: Émery, el emperador del empate
El otro aspirante madrileño al título, el Real Madrid, aparcó el sábado su maquinaria goleadora para empatar a cero en el Bernabéu con el Villarreal. Nada nuevo bajo el sol, los castellonenses venían de golear al Elche en la jornada intersemanal, en el que era su único partido oficial de la temporada sin empate. Todos los demás partidos de Liga, Champions e, incluso, la final de la temporada, fueron tablas.

Esto que podría parecer casual, no lo es. La pasada campaña solo Valladolid y Levante empataron más que el Villarreal en Liga, y es una constante en los equipos de Émery. El sábado ante el Real Madrid elevó el empate a la categoría de arte. Lo que sucede es que, como el buen arte moderno, genera controversias. Ver a Rulli quedarse con el balón en el pie durante largos segundos, esperando a que alguien fuera a presionarle, no dejaba de ser un espectáculo llamativo. No es lo que uno espera al sentarse a ver un partido de primera división, pero es curioso.
Y el plan no fue malo, tuvo sus ocasiones de gol, dejó la portería a cero ante el máximo goleador de la Liga y sacó un punto más. Cumplió objetivos, como suele hacer Émery por donde va. En uno de sus anteriores «hogares», en el Sánchez Pizjuán, seguro que quedaron muy contentos con este empate. Eso sí, si todos los entrenadores propusieran esto, el fútbol sería insoportable.
Clave 3: Un poco de paz en la guerra de Koeman
Otro sitio donde el empate del Villarreal en Madrid ha generado tranquilidad es en Can Barça. Allí, donde Koeman y Laporta andan imitando a Pimpinela por las salas de prensa, un partido tranquilo ante el Levante, adornado por el regreso del deseado Ansu Fati (con gol incluido) y la buena actuación de otros jóvenes que muestran buenas maneras, calma las aguas revueltas.
Unos días de paz, a la espera de la Champions. O de cualquier otro inconveniente que altere la atmósfera culé. Es cuestión de tiempo la explosión final. Koeman y Laporta no se soportan, más allá de las divergencias profesionales, y solo la mala situación económica, que impide pagar el finiquito e ir a por otro técnico, sostienen esta relación.
Volvemos a acordarnos de Sevilla, ya que estamos esperando este duelo atrasado entre culés y nervionenses para ver a quién de los dos aúpa entre los candidatos a esta Liga. Ese partido puede ser un punto de inflexión importante en esa guerra interna del Camp Nou.
Clave 4: El gol no se olvida, amigo Radamel
La llegada de Falcao al Rayo fue, sin duda, el movimiento más molón de todo el mercado de fichajes. Sonaba a una de esas historias que merecen la pena ser contadas. La gran estrella en horas bajas, llegaba a un equipo de barrio. Daba para guión de película optimista e inspiradora de sobremesa, o para que todo saliera mal y ambas partes acabaran defenestradas.
Pero jugadores como el tigre no tienen el gol como consecuencia de otras virtudes futbolísticas. Estos killers de pura cepa tienen el gol como instinto. Así que ese Falcao que por un lado ilusionaba pero por otro tenía el corazón de los rayistas en un hilo, por si había venido en modo exfutbolista, a los diez minutillos de salir del banquillo por primera vez, ya había marcado. Se filtró entre la defensa del Getafe, recibió, y definió con quirúrgica precisión. Para que no quedara la cosa en flor de un día, en San Mamés volvió a marcar, esta vez cazando un inverosímil remate de cabeza, al alcance de muy pocos, para llevarse la victoria en el descuento. Ayer, primer partido como titular, anotó su tercer gol.

En un partido y un par de ratos de otros dos, tres goles, tantos como algunos pensaban que iba a conseguir en toda la temporada. El gol no se olvida. Y para un equipo cuyo objetivo es no descender, tener un goleador fiable siempre es un seguro de vida. El Rayo ha traído a un goleador que podría haber marcado época de no ser por las lesiones, y eso le puede valer un año más en Primera.
Clave 5: El Real Madrid femenino no arranca
Damos un paseo por el arranque de la Liga Iberdrola, que lleva tres jornadas disputadas. No es sorpresa que lidere el Barça, ni que llevé una media de seis goles a favor por partido y ninguno aun en contra. Tampoco que el Atlético haya resurgido de su irregular campaña pasada y que aguante el ritmo del campeón.
Lo que más me sorprende de estas tres primeras jornadas es ver al Real Madrid, llamado a tener esta campaña su consagración, después de la tercera plaza de su temporada de debut. Cayó goleado ante el Levante, perdió en el derby contra el Atlético y solo pudo empatar en Granadilla.
Yo ya he dicho en alguna ocasión que el proyecto de fútbol femenino del Real Madrid llegó tarde y mal. Con la «adquisición» del Tacón ya en Primera División y con algunos periodistas descubriendo el fútbol femenino a raíz del debut de las merengues. No obstante, el proyecto parecía llevar un ritmo medido, con fichajes jóvenes y nacionales, pero se le está haciendo complicada esta segunda temporada. De momento, cuando quieran despertar, ya están a ocho puntos de la cabeza. Algo que, teniendo al todopoderoso Barça, parece ya absolutamente insalvable.
Un aseado análisis donde en líneas generales desmenuza comentarios sensatos y hace observaciones interesantes que deja abiertas para los puntos suspensivos en el desarrollo de la Liga.
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