Este fin de semana sin Liga Santander ha sido complicado para nuestras selecciones nacionales. Entre semana explotaba el conflicto entre Jorge Vilda y las jugadoras que ha dejado a la selección femenina con un agujero tremendo. Pero también a Rubiales muy salpicado por el frente del fútbol femenino, que le está dando muchos más quebraderos de cabeza de los que seguramente esperaba cuando fue investido presidente.
Para el fin de semana quedaba el problema, más mundano, de la selección masculina. Esa que nos va dando una de cal y otra de arena para recordarnos que no estamos en la mejor época de nuestro fútbol, pero que el resto de combinados europeos tampoco están para tirar cohetes. Perdimos con Suiza y toca jugársela en Portugal. Pero peor está Inglaterra.
Aprovecharemos también para dar un repaso a las divisiones más bajas de la Nations League y analizar una curiosa estadística liguera.
El partido: España 1 – Suiza 2
En Zaragoza, una gran ciudad que últimamente ha recibido pocas y malas visitas de la selección española (no ha ganado en sus tres últimos partidos en La Romareda), España cayó ante Suiza, complicándose el acceso a la fase final de la Nations League, a disputar el próximo verano. Por su parte, los helvéticos, que veían peligrar su salvación en la primera división de este torneo al arrancar con tres derrotas, podrían incluso terminar superando a España en la segunda posición.
En ningún circuló La Roja con comodidad por un partido en el que los suizos llegaron con las ideas mucho más claras y el ánimo más encendido. El esquema sin nueve, justo en una convocatoria que contaba con dos, Morata y Borja Iglesias, dejaba una delantera con Ferrán Torres, Sarabia y Asensio. Ninguno de los tres con virtudes de goleador de área, ninguno de los tres titulares en sus equipos. Similar caso el de Jordi Alba, titular en la selección, pero tercer lateral izquierdo para Xavi, tras otros dos españoles, como Marcos Alonso y Alejandro Balde.
Una polémica, esta de los titulares de la selección que no juegan habitualmente en sus clubes, que da para verter ríos de tinta. En mi opinión, de poco vale discutir las listas. Para bien o para mal, para el éxito o para el fracaso, un seleccionador debe llevar a los que estime más oportuno y a los que le despierten mayor confianza. A fin de cuentas, él va a ser quien rinda cuentas de sus resultados. Eso sí, la continuidad en el juego no debería ser un criterio limitante a la hora de convocar jugadores, pero sí algo a tener en cuenta, seguramente más de lo que Luis Enrique lo valora.
El partido tuvo dominio territorial de los locales, pero desde el principio se percibió que se jugaba a lo que querían los visitantes, mucho más confortables con el desarrollo del encuentro. Tan solo 20 minutos tardaron en adelantarse los suizos, y no fue en su primera oportunidad. Akanji remató de cabeza de forma contundente un córner para el 0-1. A partir de ese momento, España dominó sin fluidez ni ritmo y Suiza se pudo dedicar a dormir el partido lo más posible. Se atisbaba más peligro en los balones largos a Embolo que en el dominio de cartón piedra que presentaban los de Luis Enrique. Ni siquiera la presión alta funcionaba bien el sábado.
En el arranque del primer tiempo parecía España algo más capacitada para agobiar a la defensa suiza. Así, a los diez minutos de la reanudación, Asensio realizaba una muy buena conducción para abrir a Jordi Alba, que percutía desde la izquierda y rompía las mallas de Sommer. Ya llovía menos, pero por poco tiempo.
Exactamente tres minutos tardó Suiza en volver a adelantarse. Otro córner, esta vez prolongado por Akanji, y rematado por Embolo en la frontal del área pequeña rodeado por varios defensas que no la olieron. Desde entonces al final, media hora larga en la que España fue acorralando a Suiza con más corazón que cabeza, como el que aportaron los cambios, con unos Borja Iglesias, Yeremi Pino, Nico Williams o Marcos Llorente al menos voluntariosos y verticales. Pero hasta unos últimos minutos en los que se acercó al empate, estuvo el partido con opción de aumentar goles en cualquiera de las dos porterías, sin que España cerrara el problema que suponían las contras suizas, ni encontrara forma de alterar demasiado los nervios de sus rivales.
Así pues, toca mañana fajarse en Braga con la selección portuguesa para lograr un puesto en la final a cuatro de la Nations League. Solo vale ganar allí. Como una especie de cuartos de final del torneo. Con la salvedad de que un empate te deja fuera. Para España, dudas. Sobre todo en las áreas, pero también en una zona de creación que el sábado no supo fluir cuando le cerraron los pasillos más habituales.
El momento: Inglaterra y el oprobio del descenso
La selección inglesa se ha caracterizado por dos motivos en la historia del fútbol. En primer lugar por tener ese aura de padres fundadores que parte de la invención de las reglas fundamentales en la Freemason’s Tavern londinense. Su otra característica principal es la de ser altamente decepcionante para sus aficionados.
A su larga lista de derrotas inesperadas, goleadas recibidas o eliminaciones sorprendentes, tan solo jalonada por el brillo de la Copa Jules Rimet de 1966, debe añadir desde este sábado el descenso de categoría de la Nations League europea. Un triste resultado certificado en el minuto 67 del partido del pasado sábado ante Italia en San Siro.
Raspadori controlaba brillantemente un balón que caía en la frontal y, ante cierta pasividad de los defensas ingleses, amagaba con entrar, luego con salir, y acababa soltando un latigazo con la pierna derecha al palo contrario de Nick Pope que casi limpia las telarañas del marco. Un gran gol, pero también un momento que quedará marcado en la historia futbolística de la selección inglesa y en la carrera de Southgate.
Y de nuevo frente a Italia, como la derrota en Wembley de la final de la Eurocopa. El bueno de Gareth Southgate, que pudo ser considerado como el héroe capaz de reverdecer laurales ya casi olvidados, pero que va camino de ser una más de las víctimas de oprobio del banquillo inglés. En la próxima edición se verá las caras con equipos como Albania, Finlandia, Montenegro, Islandia o Eslovenia.
Para más inri, Escocia está cerca de ascender, lo que le situaría por encima de una Inglaterra desterrada de la élite de esta liga.
El personaje: Jorge Vilda en la picota
Tremenda rebelión la que hay formada en la cúpula del fútbol femenino español. El técnico español está en el disparadero de un descontento generalizado de la mayoría de las jugadoras que venía rumoreándose desde la pasada Eurocopa. Todo ha explotado cuando 15 de las principales internacionales españolas han pedido no aparecer en la convocatoria que Jorge Vilda anunciará a finales de esta semana para los amistosos ante Suecia y Estados Unidos que se disputarán en la segunda semana de octubre.
Más allá de los motivos concretos y de las razones que asistan a cada una de las partes, este tipo de rebeliones parecen ser más comunes en el fútbol femenino que en el masculino en los últimos años. Por ejemplo, en la propia selección española, el predecesor de Vilda, Juan Santisteban, fue destituido tras una rebelión similar. Un grupo muy parecido de jugadoras logró que el Barça cambiara a Lluís Cortés, con el que se proclamaron campeonas de Europa. Pero también el propio Vilda ha tenido polémicas abiertas con jugadoras como Vero Boquete en sus primeros años como seleccionador, o con Damaris Egurrola, que decidió jugar con la selección neerlandesa en lugar de con España. Pero esto no es exclusivo de España. Recuerden los años que Ada Hegerberg ha pasado sin jugar con la selección noruega o la huelga de la danesa por diferentes reivindicaciones.
Así las cosas, no atender a la petición de 15 personas de un grupo de trabajo, sea en el sector que sea, parece complicado. Y a Rubiales el fútbol femenino, con el que está tomando soluciones más estéticas que prácticas, se le está haciendo bola y le está causando descrédito. Aunque supongo que tratará de equilibrar entre atender reivindicaciones de un grupo mayoritario de jugadoras y dar la imagen de cierta debilidad que pueda derivarse de la entrega de la cabeza de Vilda.
Una situación muy compleja, a menos de un año de un Mundial, con un grupo que va acumulando títulos en las categorías inferiores sin que se vean reflejados en el primer equipo. Pero con un progreso en estos años innegable. Urge igualar condiciones de trabajo entre las y los seleccionados. Y no solo es hablar de remuneración económica, sino también de recursos que la Federación ponga a su disposición. Con la selección, como entidad que, aunque no es pública, es representativa del país y hace uso de sus símbolos y nombre, no debería valer el hecho de que el equipo masculino produzca más, como se esgrime en los clubes.
El dato: ¿Cómo se marcan más goles?
Aprovechando el parón de selecciones, nos ha dado por mirar un poco más allá de las estadísticas más habituales para hacernos una pregunta ¿Cómo se marcan más goles en el campeonato de Liga? ¿Esa distribución se mantiene en el tiempo o es siempre similar?
Así, hemos recopilado datos de goles anotados con la derecha, con la izquierda, de cabeza, de penalti y de falta desde la temporada 2008-2009. Con ello, hemos detectado ciertas cuestiones interesantes para su análisis.
Revisando los datos, encontramos que en el total de las 15 temporadas analizadas, incluyendo lo que llevamos de la presente, el 42% de los goles se anotan con la pierna derecha, el 27% con la izquierda, un 19% de cabeza, el 10% desde el punto de penalti y solo el 3% de falta. Además, vemos que es una distribución muy similar a lo largo de esas 15 temporadas.
Sin embargo, esa distribución deja también algunas curiosidades. Por ejemplo, mientras entre 2008 y 2015, los goles de cabeza supusieron de media el 20%, en los siguientes años bajan al 17%, sin volver a alcanzar esa quinta parte en ningún año. También hemos visto aumentar el porcentaje de goles de penati. Si hasta 2018 solo en dos ocasiones llegaron al 10%, desde entonces no bajan del 12%, llegando hasta el 14% en tres de las cuatro últimas ligas.
Los de fuera: Las últimas divisiones europeas
Ya en su tercera edición, nos vamos acostumbrando todos a este extraño torneo que es la Nations League, que divide a los equipos europeos en cuatro divisiones para posibilitar enfrentamientos más equilibrados entre ellos, con ascensos y descensos como aliciente.
Lo que no es tan habitual es que prestemos atención a las dos últimas divisiones de esta competición, pero esta semana, con el torneo casi por finalizar, vamos a aprovechar para hacerlo. Así, en la liga C, Turquía, Grecia, Kazajistán y Georgia han conseguido ascender a la liga B. Rusia y Rumanía tienen asegurado el descenso a la liga C, donde Armenia, Irlanda, Eslovenia o Suecia ocuparán los otros dos últimos puestos.
Lituania, Bielorrusia y Gibraltar se jugarán el descenso a la liga D para la próxima edición, antes de que se decida si Kosovo, Irlanda del Norte o Chipre les acompañan en la eliminatoria de descenso. Los dos grupos que componen la liga D están ya finalizados, con Letonia y Estonia en ascenso. Como curiosidad, indicar que el peor equipo de esta Nations League ha sido Liechtenstein, con cero puntos en el grupo 1 de la liga D, ya que el último del otro grupo, San Marino, al menos logró un punto.
Jugoso artículo donde se hace un completo repaso del momento tanto de nuestro fútbol como del europeo y donde se analizan curiosidades y problemas.
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