Se preveía una jornada bonita, con picante. Había tres duelos especialmente interesantes que enfrentaban a los tres que suelen jugarse el título con rivales de enjundia. Real Madrid, Barça y Atlético salieron ganadores y se asientan en los puestos de cabeza, reforzados por la derrota de la Real en Valladolid.
La victoria del Villarreal le acerca a puestos europeos desbancando a Osasuna y Valencia. Sirva como homenaje a su vicepresidente fallecido, José Manuel Llaneza, en un partido en el que alguien perdió la oportunidad de ser héroe. Por la parte baja, respiran Mallorca y Espanyol, mientras sufren Almería, Celta y Sevilla, que pase lo que pase hoy en el Celta – Getafe, quedará 16º a un punto del descenso. A pesar de que el equipo con Sampaoli parece tener más alma, aun queda trabajo.
No nos olvidaremos del sorteo de Copa, que se celebra mientras escribimos estas líneas, de los próximos rivales de Champions, y, con números en la mano, del Griezmann del Barça frente al Griezmann del Atleti.
El partido: Real Madrid – Sevilla, FC Barcelona – Athletic y Real Betis – Atlético
Fin de semana en el que resultaba complicado decantarse por un partido para prestarle el máximo interés. A pesar de estar en la jornada 11, los diferentes objetivos a conseguir por cada uno se prevén muy apretados, por lo que cada punto, sobre todo ante rivales complejos, es oro.
Empezaba en el Bernabéu, con la visita del Sevilla FC. Es el típico partido que los dos grandes no pierden. Llegan a tope de motivación, a sabiendas de que se enfrentan a un equipo con jugadores de un nivel parejo, y que cualquier despiste les puede costar puntos. Cierto es que el Sevilla no viene dando el desempeño esperado este año, pero puntuar en el campo del líder hubiera podido suponer un empujón de moral, confianza y jerarquía para Sampaoli y sus chicos.
Digno partido de los andaluces, que no se descompusieron con el 1-0 inicial de Modric tras sobresaliente jugada y asistencia de Vinicius a los cinco minutos. Incluso consiguieron el empate al principio del segundo tiempo, una buena recuperación de Montiel en campo rival, un magistral pase a la llegada de Lamela y un toque de calidad de éste para superar a Courtois. No es que el Sevilla tuviera mucho más, pero sí supo dominar el juego a ratos. Pero el Real Madrid siempre guarda una carta más.
A un cuarto de hora para el final, Ancelotti introducía a Lucas Vázquez y Asensio. En el primer balón que tocaban, el balear filtraba un gran pase a la carrera de Vinicius y el gallego llegaba para empujar la segunda asistencia del brasileño. El gol que dejaba al Sevilla diez minutos de opción de volver a empatar, se completaba con el enésimo zapatazo imparable de Valverde. El uruguayo que dio el susto en el descuento, dolorido tras una entrada de Papu Gómez, antes había dejado constancia de que se asoma al Mundial en un estado de forma brutal.
El domingo, el doble duelo entre sevillanos y madrileños se trasladaba a la capital hispalense. Allí el Betis recibía al Atlético en un duelo ya importante clasificatoriamente hablando para lo que serán los puestos definitivos de Champions. El partido fue una oda al Cholismo clásico que en los últimos cursos no se ha visto tan a menudo. Aguantar sin un solo tiro a puerta ejecutado, pero sin sufrir demasiado, en el primer tiempo. Acertar con la primera que aparezca en la segunda mitad. Si se puede, ampliar ventaja, y acabar encerrado, pero puntuando. Un libreto parecido al desarrollado en San Mamés y en el Sánchez Pizjuán, que han supuesto que el Atlético sume más del doble de puntos fuera que en casa en esta temporada.
En esta ocasión, dos goles de Griezmann, uno olímpico y otro tras una muy buena asistencia de Cunha, con la inestimable colaboración en ambos de Rui Silva, que sirven para encumbrar al galo a un mes del Mundial y para hacer inútil el golazo de Fekir en el minuto 86. Si bien el partido terminó con un cabezazo al larguero de Álex Moreno y la petición de un penalti por parte local. Para el postre, unas declaraciones comprensibles, pero de mal perdedor de Pellegrini. Debe darle rabia no haber ganado nunca a Simeone cuando suele ser su equipo el que propone y el rival tan solo espera, pero criticar los planteamientos rivales cuando pierdes es poco más que un ejercicio de melancolía.
Pronto resolvió por su parte el Barça un duelo frente a otro de los gallos de esta temporada, el Athletic Club bilbaíno. La visita de Valverde al Camp Nou era ya de por sí un día especial. Pero además, los leones son capaces de activar en el Barça esa motivación extra de la que hablábamos antes con el Real Madrid, y cuando esa motivación se despierta, estos dos equipos son casi insuperables.
Entre el minuto 12 y el 22, Dembélé, Sergi Roberto y Lewandowski, pusieron un 3-0 en el luminoso que sonaba a definitivo. Todavía faltaba el cuarto y definitivo de Ferrán Torres. Demasiadas emociones para una sola noche en el lado de los vascos, que apenas hicieron acto de presencia. Entre los locales, fue el gran día de Dembélé, que además de su gol, dio asistencias en los otros tres tantos de la noche.
Así las cosas, en un fin de semana comprometido, los tres primeros sacaron adelante sus partidos con victorias. Aun queda mucha Liga, mucho tiempo para que dé vueltas la clasificación y las sensaciones de cada equipo, pero, sea por pegada inconmensurable, sea por calidad o sea por gestionar la racanería, cada uno en su estilo, los tres vencen y comandan.
El momento: La Copa del Rey, contra viento y marea
Este mediodía se celebró el sorteo de la primera ronda de la Copa del Rey, que se disputará a partido único en el fin de semana del 12 y 13 de noviembre. Es decir, solo una semana antes de que arranque el Mundial de Catar.
Un problema añadido para una competición que, a pesar de ganar fechas al instaurar el partido único en sus primeras rondas, nunca consigue quitarse ese halo de estorbo en un calendario sobrecargado de competiciones. Eso sí, hasta que llegan las últimas rondas y se desata la emoción a raudales que solo los torneos de eliminatorias directas pueden darnos. Por no hablar del día de la final, esa especie de Super Bowl a la española, que suele ser fiesta mayor para dos aficiones. Sobre todo si alguna de ellas no pertenece a alguno de esos equipos que ganan con frecuencia. O si no que se lo digan al Betis, actual campeón.
Así, para algunos equipos esta primera ronda supondrá su Mundial por anticipado. El partido más importante en años. Y los que se lleven el premio de eliminar a un Primera, más aun si es un histórico, tendrán esos Warholescos quince minutos de fama antes de volver a su día a día. A nadie le amarga un dulce, ni tampoco un día de fiesta. Ni, por supuesto, una taquilla que pueda resolverte el presupuesto de la siguiente campaña.
Exentos Real Madrid, FC Barcelona, Real Betis y Valencia CF por ser participantes de la Supercopa, la principal atracción resultaba para el Atlético de Madrid. Su rival será la Sociedad Deportiva Almazán, de la soriana localidad del mismo nombre, que milita en 3ª RFEF. Veremos si puede jugar en el Municipal de la Arboleda, un coqueto campo con capacidad para 2.000 espectadores, casi la mitad de los habitantes de la localidad. Solo una vez ha pasado de primera ronda en Copa, cayendo precisamente contra sus vecinos del Numancia en segunda fase de la 92-93, jugando solo una vez contra un rival de Primera, la UD Salamanca de la campaña 78-79.
El modestísimo Club Deportivo Cazalegas – Ébora Formación, de la Preferente castellanomanchega, sito en la cercana a Talavera de la Reina localidad del mismo nombre, recibirá nada menos que a la Real Sociedad. Se trata de un equipo fundado hace solo un par de años a partir de dos clubes anteriores. Con siete victorias en siete partidos, lidera su grupo de Preferente. Un equipo con vocación moderna, de progreso y formación, al que el empujón de una eliminatoria de estas características le vendrá que ni pintado.
Otro cruce de altura le ha correspondido al UD Alzira. Nada menos que un histórico de la Copa, el Athletic de Bilbao. El equipo valenciano, que milita en la 2ª RFEF, recibirá en el estadio Luis Suñer Picó. Asumió el nombre de su creador, que a pesar de fallecer con solo 21 años, fue director general de la empresa familiar, Avidesa, y precursor de la UD Alzira. Esta hermosa localidad de 45.000 habitantes, de los que 5.000 caben en su estadio, recibirá al 23 veces campeón de Copa. Para el UD Alzira, que tan solo ha alcanzado la Segunda División durante una temporada, es su segunda participación en Copa, aunque tiene un curioso éxito. En 1984 venció por 3-0 en un amistoso al Ajax de Amsterdam, que contaba con Koeman, Rijkaard o Jesper Olsen en sus filas.
Otro pelotazo ha pegado en el sorteo el Velarde CF, de la Regional Preferente cántabra. En su caso, recibirá al Sevilla FC de Sampaoli en un año donde la Copa puede ser la tabla de salvación hispalense. Se disputará en el Estadio de La Maruca, en Muriedas, localidad perteneciente a Camargo, junto al Aeropuerto de Santander. Debe su nombre a Pedro Velarde, héroe del levantamiento de Madrid el 2 de mayo de 1808 ante las tropas napoleónicas. Su mayor éxito fue disputar la fase de ascenso a Segunda B en tres ocasiones, sin lograrlo en ninguna.
Otros rivales de equipos de Primera serán L’Alcora, Santa Amalia, Rincón, Autol, Fuentes, Algar, Barbadás, Mollerussa, Real Unión, Arenteiro, San Roque de Lepe y Quintanar del Rey. Todos ellos derrocharán ilusión en uno de los partidos más importantes de sus historias.
El personaje: De Burgos Bengoetxea pudo trascender
Rosa Parks era una ciudadana afroamericana de Alabama, en Estados Unidos. En un tiempo en los que los asientos de los autobuses están diferenciados para blancos y para negros, ella decidió que si había un asiento vacío en la zona de los blancos, ella debía tener derecho a poder utilizarlo. Rompió la norma, sin importarle las consecuencias, porque esa norma era injusta. Y trascendió, entró en la historia y se convirtió, con ese simple gesto, en parte de la historia de la lucha por los derecho civiles de los negros en Estados Unidos.
No se le pedía tanto a De Burgos Bengoetxea cuando, tras el reciente fallecimiento de José Manuel Llaneza, tótem del gran Villarreal de los últimos tiempos, debía arbitrar en La Cerámica el encuentro entre los locales y el Almería. A los once minutos de la segunda mitad, Álex Baena marcaba el gol que, en ese momento, suponía el empate para los locales.
Con una amarilla en su haber recibida apenas cinco minutos antes, el canterano Baena decidió levantarse la camiseta para dedicar su tanto al fallecido mentor. «Gracias por todo Llaneza», rezaba el modesto cartel escrito a rotulador sobre la camiseta interior del medio ofensivo de Roquetas de Mar.
Al pasarse la camiseta por encima de la cabeza, aun sin quitársela, la normativa indica que debía ser amonestado, y por tanto, expulsado. De Burgos Bengoetxea pudo haber sido un pequeño héroe, tan solo tendría que haber mirado para otro lado. O mejor, haber dicho directamente que no iba a expulsar a un jugador por homenajear a una figura recién fallecida tan importante en nuestro fútbol.
No se pedía una tremenda transgresión de las normas. Tal vez esto le hubiera supuesto una sanción. Seguramente Álex Baena podría haber escogido otra forma de homenaje, a sabiendas de que tenía una amarilla. Pero era el momento de trascender, y el colegiado se limitó a comportarse como uno mas. Una pena, no todo el mundo tiene en su vida la oportunidad de recibir el aplauso generalizado y de pasar a la (pequeña) historia con un sencillo gesto cargado de ética.
El dato: El Griezmann del Atleti, frente al del Barça
Antoine Griezmann ha sido uno de los jugadores que más ríos de tinta ha despertado alrededor de sus fichajes en los últimos años. Cuando parecía que se marcharía del Atlético al Barça en 2018, se inventó el documental que terminó con su decisión de quedarse con los colchoneros. Al año siguiente, con menos adornos, sí tomó el camino de Can Barça.
Eran tiempos dorados. Se había proclamado campeón del Mundo con Francia, brillaba en el Atlético y se discutía sobre si comía o no en la mesa de Messi y Cristiano. Su precio de venta al club catalán, de 120 millones de euros, no parecía caro. Si acaso despertaba dudas por ser un cromo repetido entre los culés.
Dos temporadas después, su precio, su rendimiento y, sobre todo, su sueldo, eran otros más de los graves problemas que generó la directiva de Bartomeu. Se cedió con compra obligatoria de vuelta al Atlético de Madrid, con un pago inicial de 10 millones, al que sumar 40 millones si jugaba 45 minutos en el 50% de los partidos a las órdenes de Simeone. Esto llevo a la absurda situación de, a pesar de estar dejando un buen rendimiento, se haya pasado varias jornadas de esta temporada entrando a mitad del segundo tiempo.
Por fin acordaron un precio entre 20 y 25 millones para poder usar al jugador (por parte del Atleti) y poder cobrar algo más (por parte del Barça). Pero eso no compensa el déficit de rendimiento del jugador en la Ciudad Condal, más cuando sus últimos partidos en el cuadro colchonero están siendo sobresalientes.
¿Realmente hubo esa diferencia de rendimiento? Veámoslo con datos. Con el Atlético de Madrid, Griezmann ha disputado, en sus dos etapas, 308 partidos oficiales. En el Barça disputó 102 encuentros. Sus datos de goles y asistencias, son mejores con los rojiblancos. Anota de media 0,48 goles por partido, frente a los 0,34 que anotó en el Barça. En asistencias la diferencia es menor, de 0,19 a 0,17, pero también favorable a su club actual. No obstante, cabe destacar que la pasada temporada con el Atlético marcó peor media de goles que en Barcelona, con 0,22 goles por partido.
Sus datos con el Barça también fueron peores que los que tiene en su 110 partidos con la selección francesa. Allí promedia 0,38 goles y 0,29 asistencias por partido. También cabe destacar que en la Real Sociedad, siendo aun un joven en formación, promedió peores datos que en el Barça, con 0,26 goles y 0,09 asistencias.
Sus 0,4 goles y 0,2 asistencias de la presente campaña, confirman que el hábitat del Atlético le es más propicio. Seguro que querrá prorrogar su momento de forma durante el próximo Mundial, donde defiende título e intentará mantener su estatus ante estrellas como Benzema y Mbappé.
Los de fuera: Nuestros rivales velan armas
Vamos con el habitual repaso al estado de los rivales de nuestros equipos en las competiciones europeas de esta semana.
En Champions, el Copenhague, rival del Sevilla con el que luchará por el puesto de Europa League, no pudo pasar del empate ante el Midtjylland, quedando relegado a la octava plaza, más cerca del descenso que del título. También mañana, el Real Madrid, ya clasificado, visita Leipzig. Los alemanes lograron en Bundesliga salvar un empate ante el Augsburgo, ya que perdían 3-1 en el minuto 89. Esto les coloca octavos, a un par de puntos de las plazas europeas.
Para la sesión del miércoles, el Barça busca agarrarse a un clavo ardiendo tratando de vencer al Bayern. Los bávaros consiguieron acercarse a solo un punto del líder Union Berlin, tras ganar al Hoffenheim por 0-2 este fin de semana. También rival alemán para el Atlético de Madrid, un Bayer Leverkusen de Xabi Alonso al que tratará de eliminar definitivamente de la competición. Los de las aspirinas empataron en casa a dos goles con el Wolfsburg, lo que les sirve para mantenerse un punto por encima del descenso.
En Europa League, el Betis viaja al campo del Ludogorets, en un duelo entre los dos primeros del grupo. Son segundos de la liga búlgara, pero con un partido menos que el líder CSKA de Sofía, al que podrían superar si vencen el partido aplazado. Este fin de semana vencieron 1-0 al Botev Plovdiv. La Real visita Chipre para jugar contra el Omonia, líder contra último. Además, vienen de perder 3-0 contra el líder de su liga, el Pafos FC, y se sitúan décimos.
Por último, el Villarreal, en Conference League, recibirá como líder a los israelíes del Hapoel Beer Sheva, terceros de grupo aun con opciones. Este sábado golearon al Hapoel de Jerusalén por 1-4 y le igualaron como terceros clasificados en su liga.
Ya las competiciones han entrado en plena ebullición, lástima que el inoportuno,y en esta ocasión,más que sospechoso Mundial,le ponga el freno para una reanudación que tendrá visos de comienzo y puede marcar un antes y un después para muchos equipos.
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