El Real Madrid se proclamó el sábado campeón del Mundo de Clubes por quinta vez (octava si le sumamos las tres Intercontinentales que posee), lo cual merece abrir nuestro artículo de hoy, y también iniciar una reflexión sobre dicha competición. Hoy hablaremos también de otras competiciones, como la Superliga, la Champions o el Mundial femenino de fútbol. Sin olvidar nuestra Liga ni a un equipo en serios problemas.
En la Liga, no cambian los cuatro primeros. A continuación, Rayo y Villarreal pinchan, para gusto de Betis y Athletic. Por el descenso, el Sevilla va olvidando la pesadilla de la primera vuelta, igual que respira el Cádiz saliendo del pozo. A la espera de lo que haga hoy el Espanyol, Almería y Celta retroceden. Mientras, el convulso Valencia acompaña a Getafe y Elche en el camino hacia la categoría de plata.
El Real Madrid, obvio campeón del Mundo
Finalizó la edición 2022 del Mundial de Clubes de la FIFA, con el Real Madrid como campeón por quinta (u octava, como explicábamos antes) ocasión. Más allá del desarrollo de la competición y del desempeño, algo desigual sobre todo en defensa, del campeón, queda la grandeza de un club que gana de manera rutinaria lo que para el 99% de los equipos sería un acontecimiento histórico.
Poco que contar de una final que fue entretenida por lo abultado del tanteador. Un 5-3 para un Real Madrid frente al Al Hilal saudí, en un partido definido desde el minuto 18, cuando Vinicius y Valverde ya habían puesto 2-0 a los de Ancelotti. Marega, que junto con Vietto han sido los más destacados de los asiáticos en este Mundial, recortó distancias a la mitad del primer tiempo, dando pie a los momentos más complicados de los blancos.
A los nueve de la reanudación, Benzema anotaba el 3-1, y cuatro minutos después, Valverde sentenciaba con el 4-1. Ahí se acabó la final, pero no el entretenimiento. Un cuarto de hora loco entre el minuto 63 y el 78 vio a Vietto anotar el 4-2, Vinicius el 5-2 y finalmente Vietto para el definitivo 5-3.
Desde lo futbolístico, implica para el Real Madrid una alegría indudable ante un inicio de año muy dubitativo. Consagró la defensa como el mayor problema de los blancos, desajustados ante rivales débiles. Confirma también que Ceballos le va ganando enteros a Tchouameni, aunque el francés siga siendo el titular. Puede marcar la vuelta del buen Valverde, con esos dos goles en la final. Sigue dejando dudas sobre el físico de Benzema, que apareció en la final pero sigue necesitando cuidados. Y nos deja a un Vinicius sin tanto asunto feo que le rodea en las últimas jornadas, siendo el gran catalizador del juego del Real Madrid. Por su banda empieza todo.
Pero es ineludible otra reflexión, la referente a la competición en sí misma. El Mundial de Clubes actual, como bien interpretó y explicó Ancelotti, supone mucho más lo que se puede perder que lo que se puede ganar para el campeón de Europa de turno. Tras diez ediciones con campeón europeo, si el representante de nuestro continente cayera en una próxima edición, sería una vergüenza y la anticipación de una crisis. Es un título que el campeón de Europa da tan por descontado, que no supone mayor alegría. Igual que no supone ya casi sorpresa ver caer al representante de Sudamérica frente a alguno de una confederación teóricamente inferior.
La competición ha quedado tan devaluada, que no interesa más que un torneo de verano un poco venido a más. De hecho, confieso que he estado dudando en titular «El Real Madrid es campeón del Mundo y a nadie le importa», pero no quería que pareciera que menospreciaba lo logrado por el club, que ha cumplido su función a las mil maravillas.
A pesar de recelar habitualmente de los cambios que las instituciones de turno realizan en las competiciones, veo con ganas ese horizonte del 2025. Entonces empezará el Mundial de 32 clubes a celebrar cada cuatro años. Al menos habrá partidos que apetezca ver, aunque si sigue por el camino actual, será una especie de segunda parte de la Champions League, con los europeos intratables.
Doctor, me duele el Valencia ¿es grave?
Volviendo a nuestra actualidad más nacional, el Valencia sumaba el sábado su quinta derrota consecutiva ante el Athletic de Bilbao en un Mestalla enfurecido. O tal vez sería más correcto decir un Mestalla harto ya de estar harto. Una mayoría de los aficionados se concentraron en los aledaños del estadio para entrar 19 minutos tarde como protesta y con una petición clara al dueño: deja en paz a este club histórico.
La afición del Valencia acogió hace algo más de ocho años a Peter Lim como un posible salvador tras años de disputas entre los anteriores accionistas. Prometió finalizar el nuevo estadio e invertir en la faceta deportiva para mejorar el equipo. De todo aquello, nada queda.
El nuevo estadio sigue siendo una especie de cadáver arquitectónico, y por el equipo han pasado ya multitud de entrenadores que acaban saliendo de mala manera ante las promesas incumplidas de fichajes y facilidades deportivas. Gatusso ha sido el último de ellos. Un hombre que pareció caer bien en Valencia, un perfil luchador, pero que ha acabado agotado por el desinterés de una directiva que solo busca tratar de revalorizar jugadores para vender más caro de lo que ficha. El beneficio económico siempre estuvo reñido con el deportivo, y Peter Lim y sus adláteres no parecen ser conscientes de ello.
Volvió Voro, múltiples veces salvador (incluso en el nombre) del equipo y habitual figura de consenso. Pero incluso esta vez ha encontrado malas caras en parte de la afición, que le ven como un blanqueador de la figura de la directiva actual. Como una marioneta.
Si ya no nos queda ni siquiera Voro, entonces sí que resulta preocupante el futuro deportivo del Valencia. En puestos de descenso, tiene un fundamental partido ante el Getafe la semana que viene que puede hundir a uno de los dos. Un histórico que lleva año coqueteando con el drama, y que en cualquier momento, podría despeñarse definitivamente. Peter vende ya.
La Superliga renace con buenas intenciones
Ante el gesto torcido que provocó en la mayor parte de los aficionados el primer proyecto de la Superliga europea, así como el reproche legal con el que UEFA buscó frenar el intento de los clubes, la mayor parte de los firmantes de aquel proyecto se echaron atrás. Ahora, la Superliga, sin el mismo respaldo explícito de los clubes que en la primera ocasión, se reinventa para no resultar tan elitista. Al menos de boquilla.
El coto cerrado que propusieron en un primer momento los más poderosos, con el que asegurarse la parte principal del pastel, ha quedado muy suavizado. Además han incluido en el decálogo presentado por la empresa promotora del proyecto, una serie de buenas intenciones de difícil oposición. Un decálogo de buenas intenciones. Los diez mandamientos de la buena imagen, que no sabemos muy bien cómo se podrían poner en marcha ni cómo piensan desarrollarlos ni qué esconden detrás.
La participación dependerá de méritos deportivos, las ligas nacionales seguirían siendo el cimiento del fútbol europeo, los recursos se repartirán de manera más estable y sostenible, se cuidará la salud de los jugadores, los clubes gobernarán las competiciones, el objetivo es crear la mejor competición del mundo, se busca una experiencia global en los aficionados, aumentar la solidaridad tanto con el fútbol femenino como con el resto de equipos no participantes en la Superliga y el respeto a los valores de la Unión Europea componen los diez puntos.
A partir de estos diez mensajes claves, veremos qué desarrollo se pone en marcha. Al menos se agradece que el envoltorio sea más agradable que el de la anterior ocasión, pero el interior sigue teniendo un tufillo sospechoso. Que los ricos sean más ricos y para el resto, migajas.
Mundial femenino, patrocinios y principios
Durante la semana, la prensa británica hacía saltar la liebre. Las federaciones de fútbol de Australia y Nueva Zelanda, organizadoras del Mundial femenino a celebrar este año, mostraban su malestar a la FIFA por los (más que) rumores de patrocinio de Visit Saudí en la cita mundialista. Es decir, Arabia Saudí, un país con poco respeto a los derechos de las mujeres, aparecería como patrocinador de un Mundial femenino que busca, aun, trascender los límites de la discriminación por género en el ámbito del fútbol.
Por suerte, el fútbol femenino no es aun tan aborregado como el masculino. Aparte de los organizadores, la poderosa federación de Estados Unidos (actuales campeonas) también ha pedido explicaciones. Incluso estrellas como Alex Morgan han levantado la voz contra lo que suena a broma de mal gusto.
En España, de momento, nada. La Federación patria, que comparte vínculos con Arabia Saudí por medio de la Supercopa, no está para criticar esas decisiones de parte de la FIFA. Más aun teniendo en cuenta el cacao que sigue teniendo Rubiales en lo referente a la selección femenina.
Poderoso caballero es don dinero, me recordaba el compañero Carlos Serrano cuando comentamos la noticia entre los redactores. Pero esperemos que reine la cordura y, aunque solo sea porque las jugadoras no tienen tanto que perder (al no tener tanto que ganar) como sus homólogos masculinos, presionen para no hacerlas partícipes de ese paripé infame que sería dicho patrocinio.
Llegan las competiciones europeas
Con nada menos que un Mundial por medio, esta semana vuelven las competiciones europeas de fútbol a nuestros campos y pantallas. Aunque teniendo en cuenta que retornan el 14 de febrero, podríamos decir que retornan a nuestros corazones.
En Champions, encontramos que los grandes nombres no están seguramente en su mejor año. Por ello, podría ser buena temporada para ver sorpresas. Empezamos mañana a lo grande. Con un PSG en horas bajas frente a un Bayern Múnich que también tiene sus debilidades. Completan el día Milan y Tottenham. Para el miércoles quedan dos de esos equipos que podrían dar la sorpresa llegando lejos: Brujas y Benfica. Junto a ellos, una pareja que vive tiempos difíciles en sus respectivas ligas: Chelsea y Dortmund.
En Europa League, el jueves, se dirimen ocho partidos de ida de las ocho eliminatorias. FC Barcelona y Manchester United llegan en un gran momento para presentar el plato fuerte. Pero también estaremos atentos al Sevilla, en su competición fetiche, ante el peligroso PSV. Habrá que ver si la herida Juventus levanta cabeza contra el Rennes, y recomendamos por lo bonito que puede ser, el cruce entre Ajax y Union Berlin. Betis y Real Sociedad, por su primer puesto en fase de grupos, quedaban exentos de esta ronda.
Por último, en Conference, el Villarreal, único representante español en la competición, también pasó exento. Así, en las ocho eliminatorias que arrancan esta semana, hay poco que destacar. Si acaso, podemos echar un vistazo al Lazio – Cluj o al Sheriff – Partizan. Pero no se engañen, es café para muy cafeteros.
El Madrid es indudablemente el equipo más competitivo en competiciones internacionales y ante equipo extranjeros,lo demuestra una vez más y no precisamente cuando atraviesa su mejor momento,otra cuestión es en la Liga y en sus enfrentamientos con el Barsa.
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