Última jornada de fin de semana antes del parón mundialista. Para rematar la extraña sensación que dejan siempre las jornadas entre semana, tenemos al líder Real Madrid jugando en Vallecas hoy lunes. Por ello, sale del domingo por la noche el Barça como líder provisional, una bonita forma de despedir a un histórico como Gerard Piqué.
El Osasuna se aprovechó de que quienes le preceden no ganaron y se situó quinto a un punto de Champions, reforzando el extraordinario trabajo de Arrasate y sus chicos. Entre sus predecesores está un Atlético de Madrid que no pasó del empate en casa ante el Espanyol y sigue en la peor crisis de la última década. También el Valladolid continúa en buena racha, y ya se sitúa décimo desbancando a un Valencia que perdió una buena oportunidad ante diez jugadores en Anoeta.
Por abajo, Girona y Getafe mejoran posiciones, aunque los madrileños esperaban vivir más tranquilos a estas alturas del año. El Elche continúa con el farolillo rojo, con cuatro puntos y ninguna victoria hasta el momento y siete de distancia para alcanzar la salvación, que marcan Cádiz, Celta y Sevilla en triple empate a once puntos, con Almería y Espanyol a poca distancia.
Pero, sobre todo, fue el fin de semana del mayor derbi de España, el que se juega en Sevilla. Y también el de la retirada de Gerard Piqué, de quien también nos acordaremos en este artículo. Sin olvidarnos del sorteo de competiciones europeas que se celebró hoy.
El partido: Real Betis 1 – Sevilla FC 1
Un derbi sevillano siempre es señal de intensidad y de rivalidad futbolística en estado puro. Un partido de los de antes, de los que se juegan con más corazón que cabeza y de los que disputa una ciudad entera. En las oficinas, en los bares, en los comercios, todo Sevilla juega el derbi. Así, cuando llega el día del partido, la bella capital andaluza es un hervidero de emociones que se reflejan en el terreno de juego y puede hacer tomar malas decisiones a cualquier experimentado profesional.
Este Betis – Sevilla ha sido ejemplo de ello. El equipo de Pellegrini llegaba como favorito, mientras Sampaoli trataba de hacer llegar a los suyos al descanso mundialista de la mejor manera posible para reconstruir en esta segunda pretemporada un equipo que, cuando se suponía que podría aspirar a los primeros puestos, resulta que se encuentra flirteando con el descenso.
En un primer tiempo más o menos igualado, aunque con un Betis mejor asentado, el partido se rompió con la expulsión de Montiel a los 38 minutos. El lateral argentino cruzó muy tarde y con la plancha demasiado arriba ante una avanzada de Álex Moreno. El colegiado, en principio, mostró tarjeta amarilla, pero el VAR le pidió que fuera a verla al monitor y descubrió los detalles que convertían la entrada en roja.
El Betis se relamía ante un Sevilla en inferioridad numérica, anímica y futbolística. Más aún cuando cinco minutos después y ya al filo del descanso, Navas anotaba en propia puerta el 1-0 para los locales. A los locales solo les quedaba llegar al descanso con esa ventaja de marcador y efectivos para obligar a los de Sampaoli a comerse la cabeza en el vestuario. Pero este es el partido más intenso de los que se juegan en la Primera División española, y Fekir no pareció estar demasiado preparado para ello.
Mientras conducía el balón con la presión del Papu tras él, soltó el brazo en un gesto antinatural que le valió (tras una nueva visita al VAR) la expulsión que igualaba las fuerzas segundos antes del descanso. Pero si esto no era suficiente, antes de los cinco minutos de la segunda mitad, de nuevo el VAR tuvo que avisar a Sánchez Martínez para que revisara un pisotón en el tobillo de Borja Iglesias que dejaría al Betis con nueve para diez del Sevilla.
Los visitantes, que llegaban como víctima propiciatoria al duelo y con temor a recibir un resultado doloroso, fueron poco a poco tomando el control del partido. Aunque el Betis logró tirar de dignidad para sacar adelante algún ataque prometedor a pesar de contar con ocho jugadores de campo, la necesidad de verse por debajo en el marcador y la ventaja de un jugador más se fue imponiendo para que el Sevilla viviera más cerca del área de Bravo.
Pero tuvo que ser un zapatazo brutal de Gudelj a siete del final lo que definió el empate final. Resultado que pudo volver a alterar el propio Gudelj, invitado inesperado al papel de goleador, pero que Bravo evitó con una gran parada ya en el descuento.
Al final, un empate que deja a los dos equipos son sensación de victoria y de derrota al mismo tiempo. El Sevilla va contento por el papel de equipo inferior que llevaba al derbi e insatisfecho por no haber aprovechado los minutos de superioridad numérica para darle la vuelta completa al marcador. El Betis, más necesitado de ganar estos partidos de máxima rivalidad, siente que ha perdido una oportunidad de oro de darle la puntilla a un enemigo herido. Pero por otro lado, respira por haber aguantado un punto con dos menos.
Las cuitas y disputas de directivos, son caso aparte, y nos retrotraen a esos años 90 de show en los palcos. Una pena.
El momento: La afición del Villarreal se harta de Setién
Se viven semanas convulsas en Villarreal. Tras el fallecimiento de Llaneza, que tanto dolor dejó, llegó la espantada de Émery para recalar en el Aston Villa de la Premier League. A muchos sorprendió el fichaje de un entrenador tan controvertido en sus últimos trabajos como es Quique Setién. El cántabro llegó para dejar su sello personal. Uno de esos entrenadores con fútbol de autor, claramente reconocible.
Pero el problema es que, tras empatar con el Hapoel Beer Sheva, perder con el Athletic, con el Lech Poznan y en casa con el Mallorca, la afición se ha cansado. De acuerdo que son solo cuatro partidos, que aun es poco tiempo para coger un equipo a mitad de temporada, pero Setién ya era un poco sospechoso y este arranque no hace que genere mucha ilusión a los castellonenses.
La afición ya debe sentir cierta incomodidad por no poder jugar en su estadio y tener que vivir el destierro en el Ciudad de Valencia. Tampoco debía estar contenta con el desempeño del equipo, que no ha llegado a asentarse en zona europea a pesar de tener una gran plantilla, menos aun con la marcha del anterior entrenador.
Pero Setién ha terminado de hartarles. Con solo cuatro partidos de aburrimiento y juego insulso, ayer llegaron los gritos de «Quique vete ya». Mal asunto.
El personaje: Piqué se despide del fútbol
Todos sospechábamos que no nos quedaba mucho de ver a Piqué en un campo de fútbol, o al menos en la Liga española. Pero esta semana se han precipitado los acontecimientos. Entre semana publicaba un vídeo, que recordaba a la famosa «decisión» de Griezmann de hace unos años, pero más corto (lo cuál se agradece).
Este innovador anunciaba así en sus redes sociales que el sábado iba a disputar su último partido en el Camp Nou para despedirse, no solo del Barça y del fútbol español, sino del fútbol en general. A pesar de los rumores que le situaban en alguna liga exótica, sobre todo en Estados Unidos, su idea es colgar las botas de manera definitiva. Algo que ha pillado por sorpresa a todos, parece que incluso en su club.
Su despedida del fútbol ha estado tan rodeada de controversia como su propia carrera. Se ha hablado de sus problemas personales, que los negocietes que rodearon a la Supercopa, de una posible mala relación con Xavi… Muchos motivos se han apuntado. Lo cierto es que el fútbol le estaba abandonando en los últimos años y su desempeño estaba lejos de su máximo. Además, hace años que su empresa le parece interesar mucho más que el fútbol. Y parece también que ciertas limitaciones de la nueva Ley del Deporte podrían haberle traído problemas de mantenerse en activo.
Se fue Piqué. Uno de esos Personajes con mayúsculas que le dan vidilla al fútbol. O le odias o le amas, no admite término medio. Pero como él mismo advertía en su vídeo de despedida, con un sutil plano en el que aparece mirando hacia el palco de su estadio, volverá al fútbol y al Barça. Y será divertido volver a tenerle.
El dato: Una temporada con muchas expulsiones
Tras una jornada de Liga con siete expulsiones hasta el momento, a falta del partido de hoy lunes, echamos un vistazo a la cantidad de tarjetas amarillas y rojas vistas hasta el momento para compararlas con las cuatro temporadas anteriores. La conclusión es clara, podemos estar ante un curso con un número exageradamente alto de jugadores que tienen que abandonar el campo por decisión disciplinaria.
Llevamos en estas 13 jornadas 642 tarjetas amarillas y 54 expulsiones, lo que, de mantenerse la proporción, nos llevaría a 1.877 tarjetas amarillas y 158 tarjetas rojas. Estos datos en principio, no significan nada sin comparar con el resto de temporadas. Veamos cómo fueron.
En cuanto a tarjetas amarillas, sería la más alta de estos años analizados, pero no con demasiada diferencia. El número de amonestaciones suele ser bastante constante. Los anteriores años fueron 1.838, 1.605, 1.832 y 1.839. Este año serían 38 tarjetas más que en la 18/19.
En las tarjetas rojas, la diferencia es mucho más plausible. Los cuatro cursos anteriores se saldaron con 92, 74, 90 y 79. Por tanto, no se pasaba de 100 expulsiones, cuando este año vamos camino de las 158. Con 25 jornadas por delante, estamos a solo 20 expulsiones de las 74 de la temporada 20/21.
No me atrevo a entender si las causas tienen que ver con cambios en la reglamentación, con el uso del VAR, con una mayor sensibilidad de los árbitros o con un desempeño más duro por parte de los jugadores. El caso es que la tendencia es clara y que, a excepción del Girona, único club sin expulsados, todos los demás deberían hacerse mirar cómo frenar esta plaga.
Los de fuera: Sorteada la primera eliminatoria europea
Primera ronda de las competiciones europeas ya sorteada con enfrentamientos notables e interesantes que nos esperarán para después del Mundial.
En Champions, los octavos le deparan al único equipo español un rival de entidad, pero lejos de su mejor temporada. Frente al Liverpool, rememorará la final de la pasada temporada. Octavo a cuatro puntos de Europa, en Premier no parece optar al título, pero, con Salah en estado de gracia, es un rival de entidad que puede centrarse en la competición europea. Habrá que ver también cómo avanza su proceso de venta, recientemente anunciado.
Otro gran duelo entre dos favoritos será el que enfrentará a PSG y Bayern. Un dramático enfrentamiento entre dos clubes que darían por hecho superar esa ronda de octavos. Uno de ellos terminará en fracaso esta campaña europea.
Otro de los favoritos, el City, se enfrentará al RB Leipzig. Milan – Tottenham, Dortmund – Chelsea o Inter – Porto son también duelos que suenan bonitos. En cuartos, todos desearán a los ganadores de los otros dos duelos por considerarlos débiles: Brujas – Benfica y Eintracht – Nápoles.
En Europa League tendremos un interesantísimo United – Barça, con el morbo de ver a Cristiano en el Camp Nou. El Sevilla vuelve a su competición con un rival complicado, el PSV neerlandés. Del resto, destacar el Ajax – Union Berlin y el Roma – Salzburgo como duelos que pueden ser interesantes.
En Conference League, el Villarreal estaba exento al haber liderado su grupo. Entre los cruces de eliminatoria de Play – Offs, el Lazio – Cluj, Braga – Fiorentina o Ludogorets – Anderlecht pueden ser los más destacables.
Pero lo cierto es que cualquier ronda eliminatoria deja sorpresas y grandes momentos cuando menos lo esperamos. Así que tocará disfrutar cuando en febrero lleguen las rondas del KO.
Coincido plenamente con este análisis de una competición nacional llena de acontecimientos anexos a la disputa de los partidos,y también en ellos,sorpresas en el rendimiento esperado, para bien en casos como el Osasuna,Betis entre otros,para mal Sevilla o Atlético,e incluso Villarreal o Elche,cambios de entrenadores o la noticia de la retirada de Piqué en plena temporada.Y en el caso del Gran Dervi,en mí opinión es desde luego el encuentro más pasional de un fútbol cada vez más cerebral en los terrenos de juego,y en ello meto lo más negativo como las rencillas y actitudes de quienes por su posición como directivos deberían mostrarse más comedidos y racionales.
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