La tentación sería decir que el derbi madrileño solo tuvo el interés del asunto del pasillo, pero esto sería identificar esta polémica absurda como algo interesante. El Atlético cumplió con sufrimiento y se acerca a la clasificación para la Champions, mientras el Real Madrid se tomó el partido con la tranquilidad del deber cumplido. Dos que sí fueron a tope y nos dieron emoción hasta, literalmente, el último momento, fueron Betis y Barça. Como el fútbol es emoción, también traeremos a un tipo emocional donde los haya, Iago Aspas, que volvió a marcarse un partidazo en el Celta – Alavés. También compararemos datos del Sevilla de la primera y de la segunda vuelta y pasaremos por Inglaterra e Italia, para ver cómo se están resolviendo estas dos ligas.
El partido: El Atlético derrota a un Real Madrid con el freno de mano
Sin pasillo, como ya se sabía, y con un Real Madrid que tenía la cabeza en otro lado, como reconoció Ancelotti. Del primer asunto, poco que comentar. Yo, que cada vez sigo con más interés las cosas que dice Ancelotti, ya le escuché comentar que si no se iba a hacer con ganas es mejor no hacerlo. Como aficionado atlético, que saben los lectores que soy, yo lo hubiera hecho, como homenaje y, sobre todo, por evitar polémicas absurdas. Eso sí, doy parte de razón a los que alegaban que no se debía hacer por el mal uso de algunos opinadores bufanderos, que priman la humillación a quien hace el pasillo sobre el gesto de concordia en la batalla que debería suponer.
Vista la alineación blanca, desde Lunin hasta Jovic, se notaba que su reino ya no era de este mundo, y que este partido no tenía mayor interés en la casa blanca. En el banquillo aguardaban nombres como Modric, Benzema, Vinicius o Carvajal, y el Atlético quiso salir con fuerza para que a su rival no le dieran ganas de meterse en el partido. O para que, al menos, cuando se acordara de meterse en el partido, los locales llevaran ya ventaja.
Como le correspondía, por ser el único con un objetivo claro en el partido, el Atlético logró salir dominante. Robaba el balón en campo rival, apenas dejaba que los de Ancelotti pasaran del centro del campo y merodeaba el área del ucraniano Lunin. Para ello, el arma fundamental era Yannick Carrasco. El belga que se fue a jugar a China en plena juventud, es un futbolista de los que pocos quedan. Con desborde infinito y personalidad para intentarlo una y mil veces. La pena para él es que le falta gol. Y la pena para el Atlético ayer es que tampoco Correa y Cunha son de lo más clarividentes para definir en el área. Faltaban un Joao Félix o un Suárez que sean capaces de ganar balones para el remate.
Así las cosas, se acercaba el descanso con claro dominio rojiblanco, pero sin remate. Mientras, el Real Madrid, a pesar de jugar sin delantero centro (Jovic pisó el campo, pero es arriesgado decir que jugó el partido), de vez en cuando soltaba algún arranque que hacía pensar en lo peor a los colchoneros más agoreros, pese a la notable presencia de Giménez y Savic.
Poco antes del minuto 40, Cunha encontraba hueco por el carril central, encaraba el área y caía entre Vallejo y Militao. La jugada continuaba, pero el árbitro era avisado por el VAR para que observara el vídeo. En él, se veía un forcejeo no demasiado notable del defensa aragonés con el delantero brasileño y una caída de éste, durante la cual, Vallejo no podía evitarle y le pisaba. Penalti posmoderno que Carrasco materializaba para regocijo de un Atlético que veía como su dominio iba camino de no dar frutos.
El segundo tiempo fue diferente. Como cuando alguien más rápido deja ventaja en una carrera a su rival más lento, el Real Madrid fue moviendo fichas y abandonando su letargo de campeón de Liga y aspirante a la Champions para empezar a pensar que, si los locales no les habían rematado cuando dormían, tal vez era el momento de intentar ir a por el partido.
A pesar de que en la primera mitad de este segundo tiempo el Atlético siguió teniendo ocasiones, incluso más claras que en la primera, el Real Madrid se fue estirando para terminar el partido asediando al Atlético. Sin ahogar, solo por lo corto del resultado y por la inercia que le da la convicción de haber hecho recientemente remontadas mucho más difíciles.
Aun así, el 1-0 se mantuvo hasta el final. Tras la derrota del Betis ante el Barça, este resultado deja a los de Simeone con el objetivo de participar en Champions la próxima temporada muy a mano y con una victoria en un derbi, por lo tanto, felices. El Real Madrid, que ya era feliz desde antes, queda con un solo objetivo en mente: llegar indemne y sano al 28 de mayo.
El momento: Un voleón de Alba que aclara la zona Champions
En un partido con ritmo y ocasiones, los goles quedaron para el último cuarto de hora. El Betis recibía a un Barça que le agasajaba con un pasillo por el título de Copa del Rey, pero que a la postre le dejaba sin Champions. Y aunque los de Xavi ya tenían mucha cara de segundos clasificados pasara lo que pasara, el 1-2 final les sirve para sellar la clasificación matemática a la próxima Champions.
Para ello, la guinda la puso Jordi Alba en el minuto 93, nada menos. En la que se antojaba como última ocasión del partido, Adama Traoré no encontraba manera de conectar con los tres compañeros que le acompañaban en el área bética y cedía el balón atrás para Dani Alves. El brasileño, sobre la frontal pero acostado a la derecha, oteaba el horizonte. Tenía a Aubameyang, Ansu Fati o Frenkie de Jong esperando el centro. Pero decidió probar suerte con una moto que asomaba en el segundo palo.
De lateral a lateral, derecho e izquierdo a la altura del área contraria, vocación ofensiva y puñales por banda. Dani Alves mide una rosca ideal y Jordi Alba engancha un voleón que rompe por el palo corto haciendo inútil la presencia de Rui Silva. El 1-2 definitivo que enterraba los fantasmas del principio de la temporada. Los de Xavi estaban en Champions. Una oportunidad para empezar a construir un proyecto valioso el año próximo, para crear una estructura firme tras los remiendos del pasado mercado invernal. Para el Betis, siempre quedará la Copa del Rey, pero la Champions, con seis puntos de desventaja y solo nueve por jugarse, queda como objetivo pendiente para el próximo curso.
El personaje: Como siempre, Iago Aspas
Como el celeste de su camiseta, Iago Aspas es ya un símbolo imposible de disociar del Celta de Vigo. Este fin de semana, en la goleada por 4-0 del Celta al Alavés, anotó dos goles y no dejó de ser lo que lleva años siendo, la gran referencia del equipo gallego en ataque.
El primero, a la media hora. Luciendo movilidad, apuntaba un desmarque desde el centro del área hacia el perfil izquierdo que Denis Suárez leía magistralmente. El gran pase del barcelonista era incluso mejorada por el de Moaña con un latigazo de zurda que entraba por el palo corto como un obús y se convertía en el 2-0.
Para postre, remató la goleada mediada la segunda parte. Provocó una falta y la expulsión de Ximo Navarro al ser derribado cuando encaraba la portería de Pacheco. El propio Aspas estrellaba el lanzamiento directo en la barrera, pero cazaba de volea el rechace para convertir el cuarto y más bello gol de la tarde. Pudo haber anotado alguno más, este fenómeno que a sus 34 años corre y lucha como un juvenil que esté teniendo sus primeras oportunidades como profesional.
Enfrente, un Alavés deslabazado que se ha ido hundiendo para quedar último a seis puntos de la salvación. Junto a un Levante, a cinco de salvarse, muy vivo pero que ha despertado demasiado tarde, y a un Mallorca, a solo dos, pero con mucha peor imagen que sus predecesores, parecen bastante predeterminados a configurar el trio de descendidos de esta temporada.
El dato: El Sevilla FC de Lopetegui pide la hora en la Liga
Ya hemos hablado en alguna ocasión de las malas sensaciones que ha venido dando el Sevilla FC en esta segunda vuelta de la Liga. Sobre todo en contraposición con las excelentes prestaciones de la primera mitad del campeonato, cuando parecía que iba a poder pelear por el título. Tal es la diferencia que, en una campaña sin títulos pero con clasificación para la Champions, que en cuanto a resultado podría considerarse de objetivo cumplido para el club, el run-run alrededor de Lopetegui empieza a ser clamor.
El empate in extremis ante el Villarreal le da un mínimo aire que le llevará a jugarse la tercera plaza frente al Atlético en el Metropolitano la próxima semana. Aun así, puede ser buen momento para comparar ciertos parámetros de la primera y de la segunda vuelta.
En primer lugar, lo más básico, los puntos obtenidos. Cerró la primera vuelta con 2’16 puntos obtenidos en cada partido, mientras que en la segunda ha obtenido solo 1’5 puntos por encuentro disputado. Para que se hagan una mejor idea, vamos a extrapolar estas ratios a la liga completa. De haber mantenido el ritmo de la primera vuelta, el Sevilla sería ahora comodamente segundo con 76 puntos, a cinco de un Real Madrid que aun no sería campeón matemático, aunque los hispalenses tendrían una desventaja suficiente para pensar en poder proclamarse campeones.
Esto nos puede hace pensar que el resultado de una temporada, entre ser segundo, tercero o cuarto, tampoco es muy diferente, ya que el premio es el mismo. Sin embargo, si extrapolamos la ratio de puntos de la segunda vuelta a toda la temporada, encontramos que el Sevilla sería séptimo, empatado con el Villarreal, y peleando por entrar en las competiciones europeas menores.
Podemos encontrar explicación a esta diferencia en el porcentaje de veces que se repiten los resultados de los partidos. Mientras en la primera vuelta ganaba el 63% de los encuentros, empataba el 26% y perdía solo el 11%, ahora gana menos de la mitad de lo que ganaba (el 31%), empata más del doble (56%), pero pierde solo un poco más (el 13%). Esto podría hacernos pensar en un equipo que sigue siendo seguro, pero que ha perdido la chispa para resolver los encuentros.
Si buscamos en el reparto de goles, los favorables han pasado de ser 1’58 por partido a ser 1’31, mientras que los recibidos han ascendido de 0’68 a 1 por partido. Así vemos que el Sevilla, realmente, ha perdido solidez en las dos áreas, llegando al nivel de igualarse con sus rivales y dejar que sean pequeños detalles los que hagan que sus partidos caigan a favor o en contra.
El internacional: Inglaterra e Italia se aclaran ligeramente
Las dos ligas más emocionantes del continente siguen sin tener campeón, aunque los pocos partidos que ya quedan por disputarse hacen que el panorama se vaya aclarando en Serie A y en Premier League.
En Italia, no ha habido diferencias en esta jornada. Ambos ganaron tras empezar perdiendo. Pero el tropiezo del Inter de hace dos jornadas frente al Bolonia, permiten que los dos puntos de ventaja del AC Milan les hagan soñar con levantar un Scudetto esquivo en la última década.
Eso sí, su calendario es algo más complejo que el del Inter. Tiene que recibir al Atalanta y viajar a la cancha del Sassuolo, pero la grandeza del objetivo puede darles alas o atenazarles. Al Inter, actual campeón, le queda la final de Coppa de este miércoles y luego visitar al Cagliari y recibir a la Sampdoria, dos equipos que se juegan el descenso.
En Inglaterra sí hubo cambios. Los dos equipos que aun seguían vivos la pasada semana en Champions, Manchester City y Liverpool, se repartieron las alegrías y decepciones de esta semana.
Los de Guardiola caían en Champions, pero goleaban 5-0 al Newcastle. Los de Klopp se apuntaban a la final de París, pero no pasaban en Anfield del empate a un gol ante el Tottenham. Con estos resultados, la ventaja del City se amplía a tres puntos con tres partidos por delante.
En el caso del líder, visitan al Wolverhampton y al West Ham para cerrar recibiendo al Aston Villa. El segundo clasificado visitará al Aston Villa y al Southampton, para terminar en casa ante el Wolverhampton. Además, el Liverpool tiene los benditos entretenimientos de las finales de FA Cup y Champions.
Un pequeño apunte a lo ocurrido en el dervi madrileño,no me ha gustado en mi visión del fútbol la ausencia del pasillo al campeón,no hay,por ningún lado humillación sino reconocimiento noble al vencedor.Cada vez se enrarece más el deporte como si no fuese suficiente con el que hay en la política.Tampoco fue justo el resultado, ni tampoco del Betis y Barsa ni el Villarreal Sevilla,pero aquí si hay que aceptar y convivir con circunstancias que si forman parte de este deporte y aun más desde que el VAR campa a sus anchas y confusas reglas.
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