Esto se acaba. Queda una jornada en la Liga española y se van cerrando los temas que quedaban pendientes. Ya tenemos dos equipos en Segunda División y a los cuatro de Champions. No queda mucho para la última jornada, pero ese puesto de descenso aun pendiente es lo suficientemente doloroso para proporcionarle emoción a la fecha postrera. También en Europa se van definiendo campeones, aunque quedan aun, con mucha emoción, las Ligas inglesa e italiana, además de, por supuesto, las finales continentales.
El partido: Levante y Alavés comparten penas
Penúltima jornada de Liga que nos deparaba un duelo por todo lo bajo entre Levante, recién descendido matemáticamente tras caer goleado entre semana en el Bernabéu, y Alavés, con quienes los granotas se habían ido intercambiando el farolillo rojo en las anteriores jornadas. El partido, que hace unas semanas podía preverse como fundamental para determinar quién podía salvarse del descenso, se convierte en un funeral compartido entre dos aficiones que al principio de temporada no esperarían verse en esta situación.
Cuando llegan estas fechas de cada campaña, siempre me gusta comentar que, para mi, esta lucha por el descenso es más importante incluso que la lucha por la Liga. Lo de los poderosos es darse el gustazo de ser campeón o quedarte con las ganas de serlo. Lo de las zonas bajas de la clasificación puede ser la diferencia entre la supervivencia o, incluso, la desaparición. El título es la alegría suprema, pero lo que da de comer a un club (a veces incluso a parte de una ciudad) es estar en Primera División. O en el caso de los equipos que quieren ser grandes, entrar en Europa. Además, el título es coto vedado al alcance de solo unos pocos. Mientras no haya un nuevo Súper Dépor, cosa que parece harto difícil en estos tiempos.
Ayer en el barrio de Orriols, el Levante estaba dispuesto a dar la imagen rebelde de la segunda mitad de la Liga y no la inoperante de la primera vuelta, la que les llevó al desastre. No obstante, el shock del descenso llegó hasta el momento de verse por debajo en el marcador. En un partido donde primaba el miedo a perder sobre las ganas de vencer, el Alavés golpeó primero gracias a un Joselu que se quedará en Primera. El nacido en Alemania suena para el Espanyol, pero a mi modo de ver, merece incluso plazas más importantes.
Suyo fue el 0-1 que daba oxígeno al Alavés en el minuto 36. Con ese resultado se llegaba al descanso, tras el que todo cambiaría radicalmente. A los siete minutos, Óscar Duarte, remató con tremenda precisión un córner de cabeza al fondo de las mallas, pasando el estrés a las cabezas de los visitantes. Desde ese momento, el Alavés se deshizo como un azucarillo y el Levante le fue cazando en contras letales. Primero Roger al filo de la media hora y luego Morales, como epitafio a los partidos de Primera División del Levante en casa, en el último minuto del descuento, cerraron el 3-1 que certificaba el descenso de ambos.
Tras cada gol del Levante, la petición de perdón a sus aficionados. Una pena que el precioso Ciutat de Valencia, recién remodelada, tenga que servir para la Segunda División. Tras el partido, abrazos entre caras largas, alguna lágrima y la decepción compartida de saberse los últimos de la competición. Pero son dos clubes con fuertes estructuras, que seguramente cogerán fuerza en la división de plata y volverán a no mucho tardar a la máxima categoría. Desde aquí, vaya un simbólico abrazo a todos sus aficionados.
El momento: En – Nesyri firma la clasificación para Champions
Ya son meses hablando de la decepcionante segunda vuelta del Sevilla FC. De cómo un equipo que a media temporada se postulaba como la alternativa al título frente al Real Madrid, andaba ahora asomando al precipicio que marca la salida de los puestos de Champions.
Sin una buena andadura en competiciones europeas ni en Copa del Rey que compense la decepción que supone el haberse descolgado de la pelea por el título de Liga, el último clavo en el ataúd de Lopetegui hubiera sido verse superado en la última jornada por el máximo rival conciudadano, el Betis. Para evitar esa contingencia, necesitaba solo un punto en las dos últimas jornadas.
A la altura del minuto 85 de partido en el Metropolitano, dicho punto seguía lejos de Nervión. El Atlético ganaba 1-0 al Sevilla, que veía como en la última jornada le iba a tocar jugársela en un doble enfrentamiento. Ellos contra el Athletic en el Sanchez Pizjuán, el Betis frente al Real Madrid en el Bernabéu.
Pero el problema ya no solo es haber perdido la oportunidad de luchar por una Liga, ya que un cuarto puesto no está lejos del objetivo que el Sevilla se marcaría al arranque de temporada. El verdadero problema es que el equipo de Lopetegui, una vez que los resultados no se han dado, no ha dejado nada a sus aficionados. Ni fu ni fa. Fútbol plano. Como el que mostró en la primera hora larga del partido de ayer.
De arranque parecía que era el Atlético quien necesitaba puntuar para lograr su objetivo, pero su proverbial poca solidez en las áreas, le llevó a un cuarto de hora final en el que, tras dominar el partido, solo tenía un gol de ventaja. Ahí prevaleció la necesidad del Sevilla, que empezó a apretar la portería de Oblak.
Entonces, emergió En – Nesyri. El joven delantero marroquí estrelló un cabezazo en el larguero en el minuto 79, pero fue en el 85 cuando Óliver Torres le sirvió un balón desde la derecha que En – Nesyri atacó en el segundo palo con un testarazo que amartilló en el fondo de las mallas. Un gol que desató la locura de los sevillistas.
En – Nesyri, que entre lesiones y Copa África se ha quedado lejos de los 18 goles de la pasada campaña (el de ayer fue el quinto de la presente), se mostró tras el partido agradecido a la confianza que Lopetegui ha depositado en él. Aunque no parezca un delantero del nivel necesario para pelear por una Liga, Lopetegui también debería estarle agradecido.
Ayer, aunque no se pueda decir que le haya salvado el puesto, ya que es muy dudoso que a pesar de clasificarse para la Champions el vasco vaya a continuar en el banquillo sevillano, le evitó el disgusto de jugársela en la última jornada. El manteo a Lopetegui tras el partido, fue un gesto de concesión de parte de la plantilla que, sinceramente, no esperaba. Tenía la impresión de que el crédito también se le había acabado en el vestuario. Ayer En – Nesyri le regaló, al menos, la opción de una salida honorable.
El personaje: Quique Sánchez Flores salvó al Getafe
El empate, un poco «pasteloso», del Getafe – Barça de ayer, le daba a los madrileños la salvación matemática y definitiva. Algo por lo que, a la altura del pasado mes de octubre, nadie habría apostado.
Por aquel entonces, cuando Quique Flores volvía al Getafe para sustituir a Míchel, el equipo contaba con solo un punto en los ocho primeros partidos. Fueron dos puntos a la altura de la décima jornada, pero poco a poco, fue alcanzando puestos de fuera de descenso para la mitad de la temporada.
Al final, el que parecía primer desahuciado de la temporada en Primera División, se ha salvado con relativa solvencia. Gracias, en gran parte, al trabajo de un hombre tranquilo, que es capaz de transmitir unión, confianza, de hacer ver que tiene un plan, y que, además, sabe mucho de fútbol.
Supo hacerse con las riendas del equipo para arreglar, en primer lugar, la faceta defensiva. Esto le dio estabilidad a la plantilla. Esa sensación de dejar de ser un colador concede tranquilidad para empezar a pensar en el ataque.
Desde entonces, de la mano de un Enes Unal que ha explotado esta temporada, ha ido sacando puntos con regularidad hasta lograr el objetivo. Una vez más. Quique Flores es uno de esos entrenadores que sacan, cuanto menos, el rendimiento esperado. Sea en el Benfica, el Atlético, el Watford o el Getafe.
El dato: Los temas que quedan por cerrarse
Época de calculadoras, como siempre ante las últimas jornadas. Aunque no sea este uno de los años con opciones más complejas y enrevesadas, sí vamos a intentar hacer un repaso rápido, de manera que la próxima semana afronten los partidos con las cuentas claras y sepan las circunstancias que rodean a cada equipo y resultado que se dé.
Básicamente, se juegan dos cosas, más allá de algún puesto que pueda establecer una diferencia económica en el reparto de premios, serían un puesto de descenso y un puesto para Conference League.
Para el puesto de descenso están implicados tres equipos: Granada (con un 11% de opciones de descuento), Mallorca (con el 33%) y Cádiz (56% de opciones estadísticas de descender). Tres equipos que llevan casi toda la temporada rondando los puestos de descenso, pensando que podrían escaparse, pero que, finalmente, se ven en la última fecha teniendo que librarse de la quema.
El Granada recibe a un Espanyol, seguro en la media tabla, en su campo. En caso de victoria, se salva siempre. Si se da el empate solo bajaría si ganan Mallorca y Cádiz sus partidos. En caso de derrota, se va a segunda si el Mallorca gana y el Cádiz no pierde.
El Mallorca tiene que viajar a Pamplona, el hogar adoptivo de su técnico Javier Aguirre. Si gana, no hay posibilidad de que descienda. Si en esta última fecha el Cádiz logra más puntos que el Mallorca, para los isleños será el puesto de descenso.
En cuanto al Cádiz, juega contra el recién descendido Alavés. El hecho de que los vascos lleguen sin opciones de salvarse es una ventaja para los andaluces, a los que solo les vale ganar y que alguno de sus rivales no lo haga.
En cuanto al puesto de Conference League, competición en la que los españoles debutan en la próxima campaña, se la disputan en la última jornada entre Villarreal y Athletic. Ambos, ante rivales de Champions.
En el caso del Villarreal, se la juega en el Camp Nou. Con un punto de ventaja ante el Athletic, la victoria le daría la europlaza. En cualquier caso, si obtiene los mismos o más puntos que el equipo vasco, logra la séptima plaza.
Por el contrario, lógicamente, si es el Athletic el que consigue más puntos en la última fecha, será el que estrene la Conference League en la Liga española. Para ello, visita al Sevilla, que se juega frente al Atlético la tercera o cuarta plaza, aunque en ambos casos conduce a la Champions.
Los de fuera: Semana de final europea
El próximo miércoles tendremos la primera final europea de las tres competiciones en marcha. Será la Europa League, y aunque no tiene equipos españoles, Eintracht y Rangers se enfrentarán en el sevillano Sánchez Pizjuán para dirimir al campeón.
Se trata de una final inesperada entre dos equipos con más historia que presente, y con unas aficiones entregadas que, esperemos, teñirán Sevilla de ilusión y alegría. El Eintracht ha cerrado la Bundesliga este fin de semana con una decepcionante undécima plaza, y más cerca del descenso (sin llegar a temer) que de la clasificación europea. Pero puede verse, por sorpresa, con una plaza para la próxima Champions. Como demostró al eliminar a Betis y Barça, es un equipo que aprovecha muy bien los espacios. Veloz y difícil de prever, con un 3-4-3 en el que aparecen jugadores a los espacios por sorpresa, destacan en ataque Kamada, Kostic o el ex de Atlético y Villarreal, Santos Borré.
El Eintracht de Frankfurt sabe ya lo que es triunfar en Europa. Venció en la Copa UEFA del año 80 frente al Borussia Moenchengladbach. Lleva cuatro años sin ganar títulos, desde la Copa Alemana de 2018 en la que sorprendió al todopoderoso Bayern, y llega a esta final como ligeramente favorito.
El Glasgow Rangers ha cerrado también este fin de semana la Premier escocesa, con un segundo puesto tras su eterno rival, el Celtic de Glasgow. Además, el próximo fin de semana tiene la final de la Copa, en este caso contra el Hearts. Por lo que puede verse con dos títulos en menos de una semana. Sería un bonito hito que haga olvidar el desastre de la refundación de hace una década, para redondear el título de Liga de la pasada temporada. Sería su segundo título europeo, tras la Recopa de 1972. Su gran estrella, por encima de los jugadores, es su técnico. El neerlandés, ex del Barça, Giovanni Van Bronckhorst, forma con un 4-2-3-1 con un juego más «controlado» que el Eintracht. Destacan Tavernier o Ryan Kent, y en caso de ganar la final, habrían eliminado a tres equipos alemanes en la competición, tras superar a Dortmund y Leipzig.
Una espectacular final, que se jugará a cara de perro, entre equipos que valoran este partido como una oportunidad histórica.
Mucho sufrimiento por parte del Sevilla,bueno de sus aficionados, qué además estamos muy decepcionados por el juego desplegado por el equipo.Hay que hacer una profunda y certera reflexión para tras ella proceder a modificar desde la planificación a la plantilla.En nuestra Liga,por cercanía y simpatía están implicados Cádiz y Granada,lo mejor para ellos.Y como sevillano disfrutaremos de la final aportando el marco y ayudando al mejor ambiente,lástima que ni Sevilla ni Betis la jueguen.
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