A la primera ocasión de la que dispuso y con cuatro partidos aun por disputarse, el Real Madrid se ha proclamado campeón de Liga tras vencer en su campo al Espanyol. Siendo esa la gran noticia y el asunto principal por resolver en cada temporada liguera, la falta de emoción hace que vayamos a fijarnos estas cuatro semanas en el resto de asuntos, aun por resolver. El resto de candidatos a Champions siguen dando sensaciones contradictorias casi de semana en semana, y en el descenso, aun queda mucha tela por cortar. Además, Real Madrid y Villarreal aun tienen que terminar de dirimir sus semifinales de Champions esta semana, ante los dos grandes de Inglaterra, City y Liverpool.
El partido: El Real Madrid pide la cuenta frente al Espanyol
Ya lo dijo Ancelotti, los grandes tenistas resuelven sus partidos en el primer match ball. Así lo hizo el Real Madrid, con un 4-0 contundente para evitar dudas. Y a celebrar el título de su 35ª Liga española, como corresponde.
Además, lo hizo con más eficacia que brillantez arrolladora. De hecho, disparo a puerta menos que su rival. Con bajas y descansos, el Real Madrid dispuso un once complicado de imaginar (con Casemiro y Vallejo de centrales, o con Ceballos y Mariano de titulares). Siguiendo con el símil del tenista, ganó de forma parecida a la que ha ido resolviendo la temporada, con saque y volea, acertando en las dos áreas.
Una virtud que ha llevado a que muchos observadores hayan pasado la temporada advirtiendo de un previsible futuro descalabro de los merengues. Más allá de algún mal resultado y de detectar la importancia suprema de Benzema, el Real Madrid ha sido el equipo más regular del torneo, y por ello se lo ha llevado.
A pesar de que el tiempo y los resultados están dando la razón a la falta de rotación de Ancelotti, este equipo tiene una gran plantilla. Esto se demuestra en el hecho de que, aunque normalmente sean Benzema y Vinicius quienes estén haciendo funcionar a este equipo, en muchos partidos han surgido «invitados» inesperados que han rendido al nivel de las principales estrellas. Cumplidores como Lucas Vázquez, Camavinga o Fede Valverde, o creadores de gol como Asensio o el que desatascó el partido de este sábado, Rodrygo. El brasileño es un auténtico futbolista en toda la extensión de la palabra. Sin tener las condiciones de otros compañeros, este joven futbolista sabe lo que debe hacer en cada momento.
Sus dos goles en el último cuarto de hora del primer tiempo trajeron la tranquilidad necesaria para abrir la lata. Después vinieron Asensio y el inefable Benzema para cerrar la goleada. Y luego, a celebrar. La cuenta, que nos vamos. El que se quede detrás, que siga pagando.
El momento: Rodrygo entra en la historia
Hace una semana hablábamos de cómo un joven aun no asentado en su equipo, el bético Juan Miranda, le daba el gol decisivo a su equipo. Esta semana tenemos a otro joven que marcaba el gol necesario para un título. Aunque en este caso no tenga la épica de ser canterano ni el gol fuera tan fundamental, ya que luego vinieron otros tres. Fue solo la última piedra del camino arrancado a finales del verano pasado.
Rodrygo Goes, un brasileño de solo 21 años que cumple su tercera temporada en el equipo blanco, no es titular indiscutible, pero en estos años se ha ganado el respeto de sus entrenadores, compañeros y rivales. Uno de esos jugadores que, en un equipo del nivel del Real Madrid, pueden parecer de relleno. Y es verdad que seguramente no es de los que son capaces de darle la vuelta a los partidos complicados contra grandes rivales por sí mismo. Pero es un gran conocedor del juego, de muy buenos movimientos, con una toma de decisiones superior a la habitual de su edad. Además, con facilidad para el gol.
Partiendo desde la izquierda, combinó con Marcelo en el minuto 32, recibiendo una pared realizada en una baldosa para, en tres toques, dar por cerrada la Liga. Control con la derecha, toquecito con la izquierda para encontrar el hueco entre los defensas, y remate abierto con la derecha al palo más lejano para Diego López. El gol de la tranquilidad. El que abría el grifo. Y luego, a celebrar.
El personaje: Carlo Ancelotti, la victoria del hombre tranquilo
Como jugador, dos Copas de Europa, tres Scudetto, cuatro Copas de Italia, una Supercopa de Italia, una Copa Intercontinental y dos Supercopas de Europa.
Como entrenador, tres Champions, dos Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, único entrenador de la historia en ganar un título en cada una de las cinco grandes ligas europeas, campeón de Copa en España, Inglaterra e Italia, dos veces campeón de la Supercopa de Alemania y una en España, Italia e Inglaterra.
Y aun así, hay quien sigue discutiéndole su nivel como entrenador.
Carlo Ancelotti, a sus 62 años y en su segunda época como entrenador del Real Madrid, se ha proclamado campeón de Liga. Ya se que, por supuesto, Benzema, también Vinicius, o incluso Courtois, han brillado en esta exitosa temporada de los blancos. Pero si me tengo que quedar con alguien como personaje fundamental, lo hago con el entrenador.
Este técnico de perfil bajo, de trato amable, cara de simpático hasta cuando se le sube la ceja, poco dado a levantar la voz ni en la sala de prensa ni en el vestuario, da imagen de técnico al que los mundos modernos del marketing y la prensa palmera son capaces de devorarle. En su anterior etapa en el banquillo del Bernabéu se le defenestró tras ganar una Champions en su primera temporada y alcanzar las semifinales en la segunda, además de quedar segundo con 92 puntos en su segunda Liga. Pero se le acusó de entrenar poco y no mantener a raya al vestuario.
Esta temporada llegó como sospechoso de los mismos males. Durante el curso fue acusado de machacar a la plantilla por realizar pocas rotaciones. Ahora le sobran cuatro jornadas para poder preparar las semifinales de Champions y esperar a ver qué ocurre. Además de sacar lo mejor de jugadores como Vinicius o Benzema, o de no montar un espectáculo cuando el prometido Mbappé no llegó a principios de temporada.
Cuando fue preguntando sobre cómo las celebraciones podían afectar a la preparación para el partido de vuelta del miércoles dijo que la mejor manera de prepararse era estar felices. A la mierda las imposiciones del fútbol moderno. Cuántos entrenadores hubieran impedido las celebraciones como si esto les hubiera asegurado el pase a la final. Ancelotti ha organizado un equipo capaz de ganar la Liga sin que se le haya loado demasiado. Y luego, a celebrar.
El dato: ¿Rivales flojos o gran campeón?
Una de las cuestiones más debatidas en este título del Real Madrid, es el hecho de que los rivales se hayan ido autodestruyendo sin llegar a oponer demasiada resistencia al campeón. El que gana es el mejor, sobre todo en una Liga, que seguramente es menos emocionante que los torneos de eliminatorias en su resolución, pero demuestra sin duda quién ha sido el mejor a lo largo del año.
Así que, pidiendo que no se pueda usar esto para desacreditar de ninguna manera el título del campeón de este año, vamos a repasar los datos de los inmediatos perseguidores de los campeones de las últimas temporadas para ver si, en ese sentido, ha sido una Liga normal o una floja. Siempre teniendo en cuenta que eso no es responsabilidad del campeón, que es quien hace lo que debe, sino que desacredita, si acaso, al resto de aspirantes.
Tomamos las puntuaciones de los cuatro primeros clasificados en las cinco últimas temporadas a la altura de la jornada 34. Observamos en primer lugar que en las tres últimas temporadas son los mismos cuatro protagonistas: Real Madrid, FC Barcelona, Atlético y Sevilla FC. En las dos anteriores sale del cuarteto el Sevilla para que entren Getafe en la 18/19 y Valencia en la 17/18.
Tan solo en esa temporada 17/18, el líder tenía más puntos que ahora a estas alturas de competición. Aquel Barça tenía 86 puntos por los 81 del Real Madrid. Se frena además esta temporada una progresión descendente en los puntos del líder. De 86 se pasó a 80, 77 en la 19/20 y 76 en la pasada.
Lo que sí es claro es que el de este año es el peor segundo de las última cinco campañas. El FC Barcelona con 66 puntos queda por debajo de los segundos de las cuatro campañas anteriores, que estaban entre los 71 y los 74 puntos. Destacar también que los cinco puntos de ventaja del Barça sobre el Atlético, solo es superior a la diferencia del año pasado, que eran cuatro entre Real Madrid y Sevilla. En los tres años anteriores, esa diferencia superaba los diez puntos.
Con estos apuntes, se ve que el Real Madrid no es peor que los campeones anteriores, sino que son sus perseguidores quienes no han dado la batalla que sí dieron en otros cursos. No en vano, es la primera vez en los últimos años que a un campeón le sobran cuatro partidos.
Los de fuera: Todos los ojos puestos en City y Liverpool
Por dobles motivos, las miradas de este fin de semana estaban puestas en City y Liverpool cuando observábamos fuera de nuestras fronteras. Los dos se están jugando el título de la Premier en una especie de ruleta rusa. El que falle, caerá. Pero además, son los dos rivales de los equipos españoles en las semifinales de la Champions, y los dos que tienen ventaja tras la ida para alcanzar la final.
Ambos jugaban el sábado, con pocos descansos en sus onces iniciales. Al fin y al cabo, ya sabemos que para los ingleses su liga es tan o más importante como la Champions. Los de Manchester dominaron claramente el partido, aunque no lograron un resultado tranquilizador hasta casi la hora de juego. Marcaron pronto por medio de Rodri, rematando una falta lateral, pero fueron cuarenta minutos de dominio infructuoso hasta el remate en un córner de Aké que supuso el 0-2. Gabriel Jesús y, en el descuento, Fernandinho, completaron el 0-4 final.
Una gran jugada culminada por Keita en el minuto 19, fue suficiente para que el Liverpool venciera en Newcastle y continúe la persecución del líder City. Con pocos sustos más allá de un gol anulado a los magpies aun en el primer tiempo, los reds pudieron ampliar su ventaja y llegar más tranquilos al final. Ahora, a no tener problemas tras el 2-0 y la superioridad demostrada ante el Villarreal en la ida.
Pero hay una final de Champions que ya está definida y en la que habrá representación española. El FC Barcelona femenino, certificó el jueves en Wolfsburg, tras caer 2-0 frente al equipo local, su pase a la final que se disputará el 21 de mayo en el Juventus Stadium de Turín. El 5-1 del Camp Nou fue renta suficiente, a pesar de las complicaciones que pusieron las alemanas. Enfrente tendrán al Olympique de Lyon, contra quienes buscarán la revancha de la final perdida en Budapest en 2019. En duelo francés ante el PSG, las multicampeonas de Europa completaron el 3-2 de la ida con un 1-2 que certificaba su superioridad.
Coincido plenamente en la valoración de nuestro campeonato,han sido los supuestos rivales los que han de demostrado sus carencias e incapacidad para poder pelear por la Liga,y también el papel relevante de Ancelotti, no obstante,asentado esto, considero que el arbitraje y el indeciso y confuso VAR han jugado un cierto papel desestabilizador en no pocos momentos de la competición,y esperemos que en la próxima o aún en lo que resta de esta, pueda mostrar una mayor coherencia y lo que sería mejor pasase desapercibido.Ojalá.
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