Entre los integrantes de los cuatro equipos, ahora tres, que disputan la Supercopa de España en Riad hay alguien por encima de todos que necesita este trofeo como punto de inflexión para comenzar su carrera de éxito. No es otro que Xavi Hernández. Al entrenador catalán se le empieza a pedir resultados en forma de copas que exhibir en el museo. El juego va llegando, todavía con muchas idas y venidas, pero es el momento de los títulos y esta Supercopa parece una ocasión única.
El partido de ayer entre el Madrid y el Valencia, con clasificación de los blancos, deja la sensación de dos equipos que no están precisamente en su mejor momento. El equipo ché por una simple cuestión de limitación en la calidad de su plantilla y el Madrid por una extraña nebulosa de bajo rendimiento que se mostró el fin de semana en Villarreal y que se confirmó anoche. Benzema no aparece salvo desde los once metros, y Vinicius, llamado a brillar en ausencia del francés, no atraviesa su mejor momento. A la falta de pólvora se une un mediocampo que no muerde y que hace que jugadores como Parejo o Almeida campen a sus anchas marcando el ritmo de los partidos. Y esto es un problema cuando delante tienes calidad.
Como decía, la situación parece propicia para el Barsa que llega a la cita como líder de la Liga y en un buen momento no tanto de juego como de hambre y convicción. Los jugadores son conscientes de que la historia se graba a base de títulos por menores que estos parezcan. Y lo cierto es que para los culés, merced a una travesía por el desierto trufada de bochornos europeos, la palabra menor ya es pretérito.
No lo tendrá fácil ante un Betis que tiene un equipo hecho dirigido por un entrenador excelso. Es cierto que la baja de última hora de Álex Moreno rumbo a la Premier deja un socavón en la parte defensiva e incluso ofensiva de magnitudes considerables. Sin embargo la calidad sigue estando ahí, así como la ilusión por completar el éxito histórico de la Copa del Rey con una Supercopa donde a priori vas casi como atrezzo esperando todo el mundo un Clásico en la final.
Esta vez no vale con competir de tú a tú y perder. Esta vez, como dirían los taurinos, es puerta grande o enfermería.
Si,es posible que el Barsa sea el necesitado,incluido su entrenador,pero eso no debe ser suficiente,el Madrid siendo cierto sus defectos y situación sigue siendo tremendamente competitivo cuando hay un título en juego,y el Betis actual puede encarar cualquier partido y poner cara su derrota,así que dejemos correr el balón y disfrutar del juego.
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