Quedan apenas tres días para que termine el mercado de fichajes en España y los clubes de nuestra Liga tienen mucho trabajo por hacer para cuadrar sus cuentas. No obstante, siendo realistas, lo que verdaderamente tienen es miedo. Miedo a que llegue cualquier equipo y les robe alguna pieza clave dejándoles sin margen de maniobra.
Es cierto que la Liga Inglesa vive en una burbuja con un mercado totalmente inflado donde a los propietarios de los clubes no les tiembla el pulso a la hora de tener números rojos en sus balances. Este modelo no es muy sostenible puesto que una vez que el magnate de turno se canse tendrá que buscar a otro dispuesto a seguir dándole a la manivela del sobrecosto. Sin embargo, en este mercado veraniego tengo la sensación de que incluso otras ligas más semejantes a la nuestra gozan de mayor músculo financiero. Insisto en que puedo estar equivocado y sea simplemente una presunción sin fundamento pero ese resquemor tengo.
Lo que sí que no es una sensación sino una realidad es el otro gran peligro al que se enfrenta nuestro fútbol: la liga de Arabia. Los clubes del país del Medio Oriente gozan de una línea de crédito ilimitada por parte del gobierno. Esto, junto con la exención de pagar impuestos, hace que jugadores de todas las edades estén recalando en aquel campeonato. Y digo todas la edades porque lo que en un principio parecía ser un nuevo retiro dorado para quienes encaraban el ocaso de sus carreras se ha convertido en una especie de bazar donde jóvenes promesas como Gabri Veiga no dudan en marcharse anteponiendo el dinero a su carrera.
Me pregunto qué piensan hacer UEFA y FIFA al respecto. Es curioso como se les llena la boca con el Fair Play Financiero mientras esto sucede o clubes como el PSG rizan el rizo de la alquimia financiera cuadrando cuentas mediante la venta de jugadores a equipos de Qatar, país que casualmente coincide con el del dueño del club.
De seguir así, en unas temporadas tendremos una estampa con Tebas agitando una pancarta con el eslogan #Ligasostenible en un campo vacío porque la competición ya no le interesa a nadie.
Toda esta situación está permitida por los organismos internacionales que manejan el fútbol,léase FIFA por encima de todo,y que están desestabilizando a clubes y jugadores a nivel general y a nuestra Liga en lo particular,y para acrecentarlo permiten que el mercado aún esté abierto con la competición en marcha,un caos,un desconcierto,y esto se está reflejando en un evidente temor en directivos y una desconcetracion en los jugadores cuyo resultado es tremendamente evidente en algunos clubes como el Sevilla entre otros equipos ya que nadie está seguro de su inmediato futuro, entrenadores que no saben cuál podrá ser su plantilla y jugadores cuyo destino es incierto.Que daño para nuestro deporte y que mercantilización de un mundo que, no hace tanto,tenía un hálito romántico que ha sido una de las causas que atraía al aficionado y lo fidelizaba.
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