La semana arrancaba en el Sevilla FC con la noticia de la renovación del contrato del portero portugués Beto hasta 2017, con opción a una temporada más en función del número de partidos disputados. Contrasta esta renovación con el buen año de joven canterano Sergio Rico, una de las revelaciones de la temporada en la Primera División y con un futuro muy prometedor por delante al que la renovación del luso supondrá un reto ¿cómo funcionará esta cohabitación?
Beto llegó al Sevilla cedido por el Braga a mitad de la temporada 2012 / 2013, como solución de emergencia ante la lesión de Palop y tras la marcha de Diego López en dirección al Real Madrid. Al día siguiente de firmar ya fue titular, y ya ni siquiera la recuperación de un mito como Palop pudo desbancarle. Su concentración en el campo, agilidad y buenas actuaciones instaron al club hispalense a hacer efectiva la opción de compra de dos millones de euros.
Titular indiscutible durante temporada y media, en el curso actual sus repetidas lesiones, su carácter peculiar, tendente a los gestos exagerados, algunas actuaciones dudosas y la aparición de una buena alternativa le han puesto en entredicho ante su propia afición.
Sergio Rico ha desarrollado en la cantera sevillista toda su carrera, siempre con muy buenas expectativas de futuro. Su extraordinaria planta (mide 1’94 m) y sobriedad bajo palos hace que sus técnicos en las categorías inferiores le comparen nada menos que con Courtois. Partía como tercer portero de la plantilla, debutó esta temporada en Primera ante el Getafe por las lesiones de Beto y Barbosa, al que ha superado ampliamente en el escalafón.
Su inexperiencia no se ha notado en ningún momento, defendiendo la puerta sevillista ante las continuas lesiones de Beto con total solvencia y aplomo. Continúa con la estela de buenos porteros de la casa de los equipos sevillanos, como Javi Varas o Julián en su club, o como Doblas o Adrián en el Real Betis. Renovó también hasta 2017 este invierno y el futuro que le queda por delante dadas es tan grande como la ilusión que está provocando en sus aficionados.

La renovación de Beto nos deja un panorama complejo. Un portero de 32 años, que ha demostrado su calidad en los últimos años pero que entre lesiones y bajones ha perdido parte de la buena imagen que tenía para sus seguidores. Su renovación le deja en el club hasta los 34 años. Enfrente, Sergio Rico, portero de 21 años pero perfectamente acoplado a la Primera División que representa el futuro y la ilusión. Ambos con números prácticamente calcados en esta temporada (antes del partido ante el Levante los dos contaban con 24 partidos y 24 goles recibidos), resulta difícil decantarse por uno.
Siendo positivos, queda claro que la portería del Sevilla va a estar bien cubierta por uno u otro durante estos próximos años, pero desde luego es el tipo de situación que acaba generando problemas. Si Beto es titular, tal vez se esté coartando el futuro de un porterazo como Rico, que podría forzar una salida que dejara al club sin ninguno de los dos, sin el portugués sin edad y sin el sevillano por falta de oportunidades. Si Rico se queda el puesto, puede ser complicado para un tipo con el carácter de Beto conformarse con pasar en el banquillo los últimos años de su carrera. La tercera vía, la alternancia de porteros, suele tener consecuencias desquiciantes para ambos.
Émery tuvo que vivir una situación parecida en Valencia entre Alves y Guaita, una dura competencia que enrareció el ambiente. Veremos como lidia con esta reedición del problema, que cuenta con la peculiaridad de la diferencia de edad.