El 17 de enero de 2013 Víctor Valdés, la “pantera de Hospitalet”, hizo pública su decisión de no renovar su contrato con el F.C Barcelona, que concluye a finales de este año, alegando que busca «nuevas sensaciones en el fútbol”.
El día 26 de marzo del 2014, en el Camp Nou, tras un penalti que el colegiado Ayza Gámez perpetraba pitar a pesar de ser una clara mano a dos metros del área, aunque no voy a incidir más en el trencilla de turno, al suspiro de alivio por la corrección del asistente le siguió una exclamación al ver que Víctor Valdés hacía ostentosos signos de dolor tras atrapar fácilmente el cuero. Tras unos minutos se confirmaba la fatal noticia de que Víctor Valdés será baja por los próximos 6 meses de competición.

Valdés ostenta el récord, junto a Antoni Ramallets, de lograr el Trofeo Zamora en cinco temporadas (cuatro de ellas consecutivas), al ser el portero menos goleado de la Primera División, ha sido campeón de Europa en tres ocasiones y campeón de Liga en seis con el equipo blaugrana. Con la Selección Española, con la que debutó demasiado tarde, es igualmente campeón del Mundo en 2010 y campeón de Europa en 2012. Algo más que un buen portero el bueno de Víctor.
Formado en las categorías inferiores del club, en las que ingresó con tan solo 10 años, no fue hasta el día 17 de mayo de 2006, en el que el F.C. Barcelona jugó en el Stade de France (París) la final de la Liga de Campeones de la UEFA frente al Arsenal F.C., en la que el bueno de Víctor se ganó el favor de la parroquia culé al ser un muro infranqueable para Thierry Henry y sus compañeros.
Atrás quedaron sus enfrentamientos con el entrenador que le hizo debutar al más alto nivel, Louis Van Gaal, que intentó domesticar a un portero tan activo dentro del campo como fuera de él. Al denostado Joan Gaspart le debemos que Víctor continuase en la disciplina culé.

Huérfano de un ídolo que ocupase de manera permanente el arco blaugrana, tras el paso de grandes y absurdos porteros como Vitor Baía, Rustu, Henke, Reina, Dutruel,… el inicialmente vilipendiado por público y crítica deportiva Víctor Valdés, se hizo un hueco en la portería blaugrana desde la que, dada su maravillosa regularidad y seguridad bajo palos, convirtió en innegociable su convocatoria por el seleccionador nacional.
Este año Víctor Valdés estaba cerca de cumplir su sueño, con el único portero en España capaz de hacerle sombra a nivel de calidad, Íker Casillas, con el glúteo endurecido de tanto sentarse en el banquillo, la crítica y el aficionado español veían al bueno de Valdés dispuesto a conducirnos a nuestro segundo Mundial.
Con la lesión producida ayer se truncan no solo los sueños de la parroquia culé, que por unas circunstancias u otras no es capaz de despedirse adecuadamente de sus ídolos, sino también los anhelos del propio portero. Valdés observaba con ilusión estos meses, deseoso de devolverle con títulos al F.C. Barcelona su cariño mostrado en estos últimos años, anhelante de demostrarle al aficionado español que si no ha sido con mucha más antelación el titular del marco nacional es porque frente a él se encontraba el mejor portero de la historia, expectante por vivir nuevas experiencias lejos de su amada Barcelona, con menos estrés y menos presión para poder vivir el fútbol y la vida.
Se rumoreaba su retiro dorado en Mónaco aunque, últimamente, el espíritu indomable de Víctor Valdés y su eterna competitividad parecían llevarlo a la siempre atractiva y competida Premier League… ahora todo está en el aire. Lo que no está en el aire es el deseo del culé de premiar la fidelidad, la honestidad y profesionalidad del bueno de Víctor, a la espera de que pueda visitar de nuevo el feudo culé con la doble V en sus guantes, no dudo que la parroquia blaugrana sabrá premiarle como se merece, ya sea con muletas o llevado en volandas al centro del campo por sus compañeros.
Solo una última reflexión, habrá quien vea en la lesión de Víctor Valdés la posibilidad de que el actual dueño de la portería madridista sea el elegido para sustituirlo, no tengo nada contra Diego López, pero que los árboles no nos impidan ver el bosque, en la Liga Española hay muchos mejores porteros que él, por más que Mourinho y Ancelotti nos intenten hacer ver lo contrario.