Vivimos un mercado de fichajes que, siguiendo con lo acontecido en las últimas temporadas de pandemia, no parece cubrir el hueco que deja la ausencia veraniega de competición oficial. A la falta de liquidez arrastrada por la influencia del COVID-19 en los clubes, hay que sumarle el deseo de éstos por cerrar el ejercicio económico en positivo. Por tanto, no se esperan grandes movimientos, al menos en nuestra Liga, antes del 30 de junio. Y es que a todos les encantaría cuadrar las cifras con alguna venta, pero sin ella resulta imposible acometer altas.
No obstante, los fichajes que sí se han producido en este lapso que va desde el final de la temporada y el inicio de la pretemporada, nos dejan una conclusión clara. Y ésta es que, ahora más que nunca, se valora sobremanera la juventud por encima de los logros. Porque es de sobra conocido que el músculo financiero de la Premier y el PSG no está al alcance de nuestras humildes instituciones. Por ello, el precio de un jugador al que hayan tocado estos colosos se ve incrementado de manera irracional. Pero si el futbolista además es joven, sólo queda alucinar.
El caso Real Madrid
El del equipo blanco es un caso bastante curioso. Por un lado, se han proclamado campeones de, ahí es nada, su decimocuarta Champions League con un bloque formado por veteranos. Tanto es así, que su centro del campo titular en el torneo, el integrado por Casemiro, Kroos y Modric, ronda los 33 años de media, casi la edad (34) que tiene su jugador referencia, Karim Benzema. De hecho, mucho se habla de que el francés podría destronar al croata, y por meses a Lev Yashin, en el segundo escalón del pódium de balones de oro más veteranos de la historia, siempre por detrás de Stanley Mathews (41).

Sin embargo, y pese a que la veteranía ha sido la clave del éxito en un Real Madrid que ha tirado de escudo más que nunca, no han escatimado en euros para fichar juventud. Hablamos del único gran movimiento del mercado patrio, la llegada de Aurélien Tchouaméni al Bernabeu por 80 millones de euros. Una cifra brutal justificada principalmente por el futuro que se le presupone al potente mediocentro, que a sus 22 años es fijo con los bleus aunque sólo haya disputado dos temporadas completas en Ligue 1. Un movimiento, por tanto, arriesgado, aunque acorde a la dinámica del mercado que estamos detectando.
El outlet de Mané y Lewandowski
Champions League, Copa de África, Premier… nadie discute el envidiable palmarés que ha cosechado Sadio Mané en su dilatada carrera. Pieza clave del Liverpool en las seis temporadas vividas en Anfield, el extremo izquierdo ha decidido cambiar de aires tras lograr unos nada desdeñables 23 goles en 51 partidos. Lo sorprendente es que, por haber entrado ya en la treintena, el Bayern de Munich sólo haya tenido que abonar 32 millones de euros por la estrella africana. A poco que rinda como lo ha hecho en los últimos cursos, el fichaje del MVP de la última CAN saldrá más que rentable para los bávaros.

Un club que, por cierto, vive una situación parecida, pero a la inversa con una de sus estrellas. Hablamos del polaco Robert Lewandowski, que a sus 33 años se encuentra forzando una posible salida rumbo al necesitado Barcelona. Presuponiéndole cierta inteligencia al delantero y su agente, la ansiada operación debería cerrarse por unas cifras muy inferiores a los 350 millones en los que se ha tasado (incluyendo comisiones, ficha y demás) el traspaso de Erling Haaland, su sucesor natural, al Manchester City. Es difícil fijar un número, pero dudo que el Barça pagase más de 50 kilos por un goleador al que parece no secársele nunca la pólvora.
Podríamos hablar de los traspasos gratis de dos cracks de 33 años con mucho fútbol por delante: Nemanja Matic a la Roma e Ivan Perisic al Tottenham. O a la inversa de los 75 millones desembolsados por el Liverpool para hacerse con Darwin Núñez, de 22 años, cuya experiencia se limita a la Liga Smartbank y la portuguesa. Pero, en definitiva, lo que se demuestra es que la juventud se paga cara en el mercato y, por el contrario, la veteranía se malvende cuando no se regala. Una cuestión interesante dentro de un fútbol, el actual, en el que las carreras, pese a la creciente incidencia del factor físico en el deporte rey, cada vez se prolongan más. Y si no, que se lo digan a Joaquín.
Y es que el fútbol cada vez está más desquiciado,el dinero lo mueve con parámetros financieros y donde de arriesga cada vez más,como si de la bolsa se tratase,los valores seguros no existen y por ello hay que exponerse, y los directores deportivos deben ser los llamados a especular con esos difíciles condicionantes.Los jugadores jóvenes son los valores con más exposición pero los más rentables si se acierta,y los veteranos, hoy en día en que por diversos factores se prolonga su vida activa,ofrecen razonablemente mayor seguridad pero una progresiva depreciación si no se amortizan.Como en bolsa lo mejor es diversificar y mantener un conjunto compensado entre juventud y veteranía.
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