El Barcelona no para de sacar talento de la Masía, siendo la última aparición rutilante Marc Guiu. Se suele decir que el surgimiento de una buena generación es cuestión de rachas y suerte, sin embargo se necesita algo por encima de todo: un entrenador que apueste.
Es cierto que la precaria situación económica del conjunto culé es el abono perfecto para mirar a los más jóvenes, no obstante desde que llegó Xavi las cosas en las categorías inferiores han cambiado. En los primeros entrenamientos del técnico de Tarrassa allá por noviembre del año 2021 principalmente dos cosas le llamaron la atención. Por un lado algo bastante obvio para cualquiera que se sentara a ver los partidos del Barsa y no es sino la baja calidad que tenía la plantilla.
La segunda cuestión sólo era discernible para alguien que había pasado toda una vida en la cantera blaugrana y que posteriormente había sido dirigido por entrenadores obsesionados con el modelo. Los jugadores del Barcelona B que se unían puntualmente a los entrenamientos del primer equipo tenían una característica en común, no conocían el juego de posición que había colmado las vitrinas del club. Las cosas se estaban haciendo mal, rematadamente mal.
Se realizó entonces una purga de técnicos en las diferentes categorías y se apostó por una reestructuración en el organigrama. Cada domingo, todo jugador que se pusiera una camiseta del Barsa tenía que seguir el mismo esquema. Esto ha provocado que cuando se necesita tirar de los jóvenes, su adaptación al primer equipo sea mucho más fácil. Luego será la calidad o la propia suerte la que ponga a cada futbolista en su sitio pero de primeras se hace todo lo posible para que triunfe o por lo menos para que aporte. Y es que al contrario de lo que sucede en otros clubes, el objetivo de la cantera culé ha de ser nutrir al primer equipo. Sólo teniendo a jugadores de la casa en la plantilla te aseguras de que el compromiso así como el sentimiento culé nunca se pierda.
Y esto Xavi lo ha entendido a la perfección, su apuesta es tal que no dudó en terminar el partido contra el Athletic con hasta cinco jugadores por debajo de 17 años. En el Barsa actual no se mira el carnet de identidad, se mira el talento y esa es una grandísima noticia que permitirá dejar a un lado el cortoplacismo habitual de los clubes grandes para formar un equipo de futuro.
Totalmente de acuerdo con la importancia de la cantera a todos los niveles,no solo económico sino fundamentalmente por el sentimiento que genera y el vínculo afectivo con los colores y el club,pero aún más de acuerdo con la política que en este sentido lleve el entrenador y la sincronización que debe tener con los entrenadores de la cantera para tratar de marcar una forma de juego similar que ayude a la adaptación del canterano cuando pase al primer equipo.Y en eso hay que felicitar al Barsa y por supuesto a Xavi.
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