Junto con la de este fin de semana, quedan tres jornadas para que acabe la liga regular en algunas de las categorías del fútbol español. Los equipos de Segunda B y Tercera apuran estos últimos encuentros para certificar sus objetivos. Afianzar la salvación, entrar en playoff, asegurar en el playout o asaltar el liderato. Quedan partidos cruciales que marcarán el devenir, otra temporada más, de los clubes del fútbol modesto. Por lo que no puede estar más emocionante este final de liga. También es verdad que en tres jornadas pueden cambiar muchas cosas. La pasada temporada, por ejemplo, en la última jornada, tres de los grupos de la Segunda B, cambiaron de líder.
Y precisamente el Orihuela CF es uno de los equipos que encabeza el grupo seis de la Tercera División. Hace dos semanas conseguían la clasificación matemática para jugar la liguilla de ascenso y hace diez días se colocaron en lo más alto de la tabla, donde todavía siguen. Trabajo, constancia y humildad son algunas de las características que definen a este equipo. Sin un gran presupuesto, están luchando paso a paso a las órdenes del valenciano Miguel Ángel Villafaina.

Villafaina, con solo 34 años, ha cosechado unos números que le avalan. El joven entrenador llegó al Orihuela CF este verano, tras pasar la mayor parte de sus trayectoria en las bases del Levante. Desde entonces y tras 39 jornadas, el conjunto oriolano solo ha perdido cinco partidos. Buena culpa de ello también la tiene el portero. El cancerbero Emilio Romero se sitúa a fecha de hoy como Zamora del grupo con solo 20 goles encajados. Lo que les sitúa, a esta fecha, como el equipo menos goleado de su grupo. Además, con 15 dianas, el delantero murciano Antonio Martínez se coloca quinto en la lista de máximos goleadores del grupo.
La buena planificación y sobre todo, la premisa de la humildad y del paso a paso, han hecho que el conjunto amarillo de la Vega Baja vuelva a disputar una fase de ascenso esta temporada. Atrás quedan los fantasmas del pasado año 2014, cuando se quedaron a las puertas de Segunda B, tras perder en el último partido de playoff ante el Real Betis B. Este año les toca resarcirse de aquello y pelear hasta el final por el ascenso.

Se lo merecen por todas las personas que componen este equipo y también por la ilusión de una ciudad que nunca los ha dejado solos. Es el momento de que luchen para volver a la categoría de bronce, en la que han estado durante ocho años, logrando incluso el segundo puesto de su grupo en la temporada 2011/2012.
Les quedan tres partidos. Tres finales. Se juegan el todo por el todo en este final de liga ante los mejores clasificados del grupo seis, por debajo de ellos. Juegan mañana a las seis de la tarde contra el Eldense, cuarto clasificado. La próxima jornada, el Castalia acogerá un auténtico partidazo entre el CD Castellón, segundo clasificado, y el Orihuela. Mientras que en la última jornada, los de Villafaina se miden con el Atlético Levante en el histórico estadio de Los Arcos.

Un final de liga apasionante. En el que dependen de ellos mismos para certificar ese liderato que les de la oportunidad más clara y segura para ascender: jugarse el ascenso directo entre los primeros de grupo. Si no es así, ya tienen los puntos suficientes para luchar en ese playoff de ascenso de tres eliminatorias.
Suerte, ambición y buen juego es lo que necesita este Orihuela CF, que a buen seguro se dejará la piel hasta el final por volver a donde nunca debieron bajar, a Segunda B.