Lejos queda ya esa Supercopa que parecía el comienzo de una nueva era. Por el camino una serie de lesiones clave y una nueva eliminación en Europa acompañada de una derrota en Almería que pone al Barcelona en una situación más peligrosa de lo que en un principio pueda parecer.
Se presenta el equipo de Xavi en el Santiago Bernabéu en, probablemente, el peor momento de la temporada. Pedri se rompió, como ya sucediera la temporada pasada, y el Barsa se dio cuenta de dos cosas. Por un lado de que sin la figura del canario el juego del equipo se resiente hasta el punto de por momentos ser vulgar y por otro, de que no tiene un recambio. A esto se suma la lesión muscular de Lewandowski, primera desde 2016, y la ya conocida de Dembélé.
El Barcelona, como cualquier grande, no debería poner excusas ni quejarse de los jugadores que pierde por el camino ya que sus presupuestos deberían ser sinónimo de plantillas amplias y suplentes de garantías que disputen el puesto de titular. La cruda realidad culé es que, salvo el tándem Alba/Balde, no hay ningún jugador, ninguno, que aporte algo saliendo del banquillo. Los motivos son diferentes según el caso. Tenemos a Ansu Fati que rechazó operarse en contra del consejo de los médicos y que parece no contar ya no sólo con la confianza del cuerpo técnico sino con la suya propia. Está también Raphinha que es como el Guadiana, un día parece que va a ser Balón de Oro y los tres siguientes desaparece. Y por último tenemos los casos de Ferrán Torres o Sergi Roberto que simplemente no tienen nivel. En el caso del primero, parece que no lo tiene todavía asumido y se autoengaña vendiendo un renacimiento que nadie ve.
Y entre tanto llega el Madrid que viene de golear al Liverpool en Anfield y de ver como lo que a priori era un resultado pésimo contra el Atlético se convirtió en la reducción de la ventaja en un punto y, lo más importante, en ver como su eterno rival le perdonaba la guillotina en el torneo de la regularidad.
El Madrid huele la sangre y ésa es la peor noticia para el Barcelona.
Lo que parece seguro es que veremos una eliminatoria muy disputada y que además permita el disfrute del espectador neutral aparte del disfrute de la afición ganadora, que se da por descontado.A ello vamos.
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