Alexandre Rosell i Feliu, más conocido como Sandro Rosell, ha centralizado estas últimas semanas todas las noticias referentes al equipo culé. El que ha sido el 39º presidente de la historia del Fútbol Club Barcelona entre el 1 de julio de 2010 y el 23 de enero de 2014 presentó su dimisión el pasado jueves, haciendo temblar los cimientos de la directiva culé.
Diplomado en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE, su primer trabajo fue vender perfumes allá donde nadie pensaba que hubiese mercado, en Oriente Medio. Desde allí, su jefe en la fábrica de perfumes lo contrató para el departamento de marketing internacional del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92. Su innata capacidad de reconocer un buen negocio no pasó desapercibida para las principales multinacionales. Casi con la misma rapidez con la que recorría la banda en el Sant Andreu, Sandro entró en contacto profesional con Coca Cola, NBC, el Comité Olímpico Internacional,…

Hasta que se cruzó Nike en su camino, desde allí su historia es más conocida para el seguidor culé, con el equipo brasileño estuvo hasta que ganaron la Copa del Mundo en Corea y Japón, corría el año 2002. Ese mismo verano se enfrentó a una de sus decisiones vitales, ser el responsable mundial de deportes para Nike y trasladarse a Portland o volver a Barcelona. El deseo familiar de regresar a la Ciudad Condal pesó más que el sueño americano y, al poco de volver a pasear por las Ramblas, se enroló en la candidatura de Joan Laporta, con quien fue vicepresidente del club entre 2003 y 2005.
Proclamado uno de los mejores conocedores del panorama futbolístico mundial, y muy especialmente del brasileño, se le considera el principal artífice de la adquisición de las piezas que cambiaron la reciente historia del equipo culé, entre ellos la llegada de Ronaldinho y Rafael Márquez, bajo la bandera del técnico Frank Rijkaard.
Pero este idílico periplo como gestor pronto se truncó por sus desavenencias con Joan Laporta motivadas por la cartera de fichajes y el gran ascendiente de Johan Cruyff sobre el presidente culé. A finales de la campaña 2004/05 abandonó definitivamente la directiva culé para pasar a un segundo plano hasta que en junio del 2008 reaparecería anunciando su candidatura a las elecciones blaugranas. Y en julio del 2010, con 35.021 votos, fue legitimado como el presidente que más apoyos ha conseguido en la historia del club.
Hubo dos mandatos en Sandro Rosell, en el primero, se mantuvo agazapado ante la omnipresente presencia de Guardiola, hacedor del gran Barça y gran estandarte de la última época laportista. La montaña de títulos y prestigio del subordinado contuvo a Sandro que se esforzó para mantenerlo contento a pesar de sus evidentes diferencias de caracteres. Tras la renuncia de Pep, quizás motivada porque el presidente se negó a echar a alguna vaca sagrada, Sandro logró coger el ansiado timón del club.

Era su momento, a pesar de que ese momento sólo ha durado un año y medio. Tal vez la culpa fuera de su torpeza. Tal vez el pensarse intocable…El soci culé le ha perdonado sin mayores problemas el ensuciar con negocios de Qatar la otrora limpia camiseta blaugrana, sólo altruistamente manchada por Unicef, la no renovación del símbolo de la emotividad y lucha culé de los últimos años, Eric Abidal, la incomprensible venta de Thiago, sus ansias faraónicas para hipotecar el club con un estadio para siempre recordado en el futuro…
En lo deportivo, libre de Guardiola, dejó a Zubi de florero y ascendió a director del primer equipo a Tito Vilanova, un entrenador más propicio a asumir la dirección de un equipo decidido por la directiva, que a defender el terreno ganado 25 años antes por Johan Cruyff, , cuando le espetó a su presidente que “no tenía ni puta idea” y que todo el poder deportivo era suyo.

Este reciente verano Sandro cumplió su máximo deseo como presidente del Barça, repetir el fichaje galáctico que realizó como vicepresidente, pudiéndose atribuir todo el mérito de la operación, Neymar firmó como jugador culé. Pero Sandro no contó con un farmacéutico de Olesa de Montserrat, Jordi Cases. Su querella contra el presidente por los contratos de Neymar, admitida a trámite por el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, puede suponer la imputación del dirigente azulgrana y provocó su dimisión irrevocable. La voracidad mostrada por Sandro Rosell en Brasil ha convencido a muchos de que quizás, detrás de todo pudo haber un interés económico personal.
A Jordi no se le conocen padrinos, a pesar de que Pedro J. Ramírez se haya postulado como su más ferviente defensor, eso sí, incitado por la cobardía y acérrimo odio hacia la entidad blaugrana de Eduardo Inda. Al señor Inda se le vincula estrechamente a la voluntad e influencia de Florentino Pérez en círculos periodísticos próximos al Madrid, harto desde años de la hegemonía blaugrana, y otro claro ejemplo de manipulador de guante blanco, de hecho la parroquia blanca duerme silenciosa a pesar del, hasta ahora nunca explicado, coste del fichaje de Gareth Bale y su posible financiación por entidades bancarias rescatadas con fondos europeos.
Sandro Rosell se va, según él anteponiendo su familia sus deseos, para algunos una muestra de honradez, para otros el signo de la culpabilidad y de que el ascenso a la dirección de organismos y entidades importantes solo le está permitido a aquellos deseosos de enriquecerse a cualquier precio, incluso el amor a unos colores…Que pase el cuadragésimo presidente del Fútbol Club Barcelona y que la pelota siga entrando en el marco rival, sigamos hablando de lo importante…el fútbol en estado puro.
Buen artículo pero solo una puntualización, la salida de Rosell es debido a las amenazas que ha sufrido su familia durante todo este tiempo y no tiene nada que ver con el fichaje de Neymar.
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El tiempo lo dirá Marius. Yo deseo que sea por eso y no porque verdaderamente está inculpado. Si eso es así pasará a la historia como un presidente honrado del que tienen que aprender muchos políticos, si no será un elemento más en el panorama de la corrupción española. Muchas gracias por tu valoración del artículo.
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En mi opinión, teniendo en cuenta los personajes que hay en el fútbol (y sino mira lo que pasó anoche en Santander) Rosell ha actuado como un tipo honrado. Hay que recordar que ni siquiera está imputado. El día que lo esté, si lo llega a estar, tampoco querrá decir que es culpable. Por eso pienso que ha dado ejemplo, sobre todo a otros equipos que van de grandes y ni siquiera tienen elecciones porque no hay quien tosa al «amado líder».
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