Al Real Betis Balompié le duró la alegría de derrotar contundentemente al Real Valladolid lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks. Estuve anoche en el concierto de Joaquín Sabina en Sevilla y no he podido evitarlo.
Y es que tras la espectacular goleada al equipo pucelano, con hattrick incluido de Rubén Castro, el delantero canario compareció ante los medios y se acabó la felicidad y tranquilidad por unas lamentables declaraciones.
De sobra es conocida la situación judicial del jugador bético y el asunto de los cánticos machistas por parte de un minúsculo sector de la afición verdiblanca. Tras la exhibición sobre el terreno de juego, era previsible y obligado que Rubén atendiera a la prensa así como era segura la pregunta sobre los famosos cánticos. Pues bien, Castro no fue capaz de condenarlos, argumentando que cada uno es libre de cantar lo que le venga en gana y que siempre había tenido una buena relación con esa gente. Patético.
Sonará extraño y chocante, pero yo exculpo al delantero. La culpa es del gabinete de comunicación del Real Betis Balompié. Con mucha guasa pero con su pizquita de seriedad, comentaba con mis amigos que Rubén Castro tiene una neurona en funcionamiento en su cabeza, la que le permite ser un goleador extraordinario. ¡102 goles en casi cinco temporadas! Conociendo al personaje, el club bético tendría que haber puesto en aviso al canario para que contestara ante la pregunta inevitable de otra manera. No lo hizo y, con razón, los medios de comunicación pusieron el grito en el cielo y se hicieron eco de la metedura de pata de Rubén.
Horas más tarde el futbolista grabó un mensaje en vídeo rectificando sus palabras de mediodía y condenando la violencia y cualquier manifestación que se haga a favor de ella. Pero ya era tarde. El daño estaba hecho y la rectificación resultó torpe e ineficaz. Queda claro que al jugador le dieron un toque de atención y que el mensaje no fue sincero, como sí fueron las palabras vomitivas y asquerosas tras el partido.
Además, con estos procederes erróneos, se da aliento a periodistas ávidos de hacer leña del árbol caído, en parte por su falta de elegancia y en parte por su condición de aficionados de otros equipos de la ciudad de Sevilla. Sirva como muestra de lo que escribo, este titular mezquino y ruin de la crónica del partido publicado en el periódico La Razón.
Y aun así, aun teniendo varios asuntos extradeportivos que perjudican al club porque hace que viva en un continuo estado de intranquilidad, el Real Betis Balompié es colíder y sigue siendo el principal favorito para lograr el ascenso a Primera División.