El Valencia fue, sin miedo a equivocarme, el mejor equipo que ha pasado por el Camp Nou en toda la temporada. Su primera parte fue una oda al fútbol de ataque que solo un soberbio Claudio Bravo y la divina providencia fueron capaces de contrarrestar.
Lamentablemente para el equipo de la capital del Turia, su imperiosa exhibición no tuvo recompensa en forma de lo que hubiera sido lo más lógico, los tres puntos. El Barcelona, logró una victoria que, seamos sinceros, debía conseguir por lo civil o por lo criminal. Y es que el mono de los horarios este fin de semana estuvo juguetón.
Posteriormente llegó el turno del R.Madrid quien, en menor proporción que los culés, también tuvo su ración de sufrimiento hasta que Ronaldo en los instantes finales bajó la presión de los por entonces taquicárdicos corazones presentes en el Bernabéu.
Sin embargo, el peaje para los blancos ha sido muy alto. No por Bale, siendo visto por muchos como la condición sine qua non para que se le abrieran las puertas del once titular a Isco,. No, las penas vinieron por Luka Modric.
El desgarbado mediocampista croata es el jugador sobre el que gira el fútbol del Madrid. Es el jugador cuya ausencia revela las miserias de una planificación de la plantilla deficitaria y, lo que es más sonrojante, unas rotaciones por parte de Ancelotti totalmente inexistentes.
En estas comienza una semana de Champions donde el Barcelona no debe tener demasiados problemas para eliminar a un PSG que aun así auguro no venderá fácilmente su piel. Por su parte, en la capital se verá un duelo de tronío con un Madrid con tembleque por las ausencias y un Atlético que llega con un Antoine Griezmann tocado por la varita del gol.
Prepárense para este semana, por fin, la cosa se pone seria.