At.Madrid – Sevilla. Favorito el Atlético. Pasa el Sevilla.
Alavés – Valencia. Favorito el Valencia. Pasa el Valencia porque la suerte le sonrió en la ruleta rusa desde los once metros.
R.Madrid – Leganés. A ver quien era el valiente que ponía un duro por el Leganés. Pues si ha habido alguien que lo ha hecho, a estas alturas no sabremos donde está.
Espanyol – FC Barcelona. Cuidadín.
La Copa del Rey por fin se vuelve a parecer al torneo de la sorpresas que todo aficionado al fútbol quiere. En teoría no puede ser por el formato ya que sigue siendo el mismo desde que se quitaran las eliminatorias a un solo partido. En mi humilde opinión apostaría por una subida de calidad generalizada del fútbol español donde cualquier equipo te puede pintar la cara. Apostaría por eso y por el mal momento que pasan alguno de los grandes.
La fórmula Simeone del Atlético parece haber llegado a su fin. La dependencia de Diego Costa y la falta de concentración junto con un gran partido de un Sevilla renacido hacen que el equipo del Calderón viva una de sus peores temporadas.

Y luego está el Madrid. Un equipo plano «ayudado» por Zinedine Zidane quien estando a 19 puntos del líder en Liga se permite el lujo de prescindir de muchos de sus mejores hombres en Copa. Error monumental que pone en una situación delicada al entrenador galo. Tras hacer la mejor temporada de la historia del club, va camino de realizar la más bochornosa de su historia (si no lo es ya).
Enhorabuena al Leganés, equipo trabajado con una de las mejores defensas de Europa. Y enhorabuena al Alavés, digno subcampeón del año pasado que se dejó todo anoche contra el Valencia. Garitano y Abelardo, dos entrenadores con menos prensa que otros pero que afortunadamente no la necesitan.
En definitiva, la Copa vuelve a ser la Copa.