En un país maravillosamente enloquecido por el fútbol como es Argentina, la pasión siempre vive en el alambre. Por un lado, la victoria se celebra con devoción y se disfruta como en ningún sitio. El lado oscuro es la impaciencia, que te puede llevar a defenestrar a Messi porque no haya logrado aun ningún título internacional, o a devorar seleccionadores a la velocidad de la luz.
Cuando Jorge Sampaoli asumió el cargo en Junio del año pasado, la selección albiceleste se encontraba en una situación complicada en la fase de clasificación para el Mundial de Rusia. Con un arranque renqueante, fue de empate en empate hasta que la victoria final en Ecuador les concedió uno de los billetes para la cita de este verano.
Desde el alambre, Sampaoli tuvo que enredarse en una ensalada de nombres en sus alineaciones y convocatorias, así como de disposiciones en el campo, dibujos tácticos y demás, algo normal en un seleccionador recién llegado, pero aliñado en su caso por la urgencia de los resultados y por la impaciencia de los apasionados aficionados. Como en un embarazo, nueve meses después, y con el Mundial en el horizonte, el técnico de Santa Fe parece tener una idea clara de lo que busca, aunque para ello deba dejar fuera a jugadores como Icardi o, sobre todo, Dybala para dar valor a jóvenes jugadores del torneo local como Meza o Lautaro Martínez.
Tras lo visto ante Italia, podemos hacernos una idea de la Argentina que nos encontraremos ante España. Siempre teniendo en cuenta el factor Messi, que supedita cualquier dibujo o pretensión táctica en beneficio de su libertad para crear. Podemos decir entonces que ante Italia, precisamente por la ausencia del crack rosarino, vimos la esencia de la selección de Sampaoli. Esto (ayudado por la indiscreción de un fotógrafo de As que desveló las notas del cuaderno del técnico) nos permite prever ciertas cosas de cara al amistoso de mañana.
En portería queda la mayor duda, ya que no resulta fácil predecir la idea de rotación de Sampaoli. En Manchester ante Italia le dio todo el partido a Caballero, por lo que parece lógico descartarle de antemano. Queda la duda entre Romero, que viene siendo el titular en los partidos importantes, o Nahuel Guzmán. En el primer caso, se podría dar la curiosa circunstancia de que coincidieran en el terreno de juego los dos metas del Manchester United. En caso de alinear al portero del Tigres mexicano, habría contado en los dos amistosos con los metas que parecen menos habituales.

En la defensa, Sampaoli optó ante Italia por contar con dos laterales largos, que iniciaban el juego casi incrustados en el centro del campo para ayudar a sacar el balón desde atrás. Por ese mismo motivo, los dos centrales también entraron mucho en contacto con la pelota, sin apenas desplazamientos largos y abriéndose a bandas para facilitar la salida en colaboración con laterales y centrocampistas. Si algo caracteriza a esta Argentina es el buen trato del balón y la prevalencia del juego combinativo. Esto puso en algunos problemas a los centrales e incluso a Caballero, jugando siempre al límite de la pérdida en posiciones peligrosas. En la alineación del viernes, Tagliafico y Bustos ocuparon los laterales y estuvieron en ocasiones desconectados de sus centrales para llegar a las coberturas y cerrar envíos al segundo palo, dejando agujeros que crearon peligro sobre su puerta. Los centrales, Fazio y Otamendi, sí se mostraron seguros y coordinados, tanto en juego aéreo como al cruce no afrontaron grandes problemas, dando muy buena talla. No obstante, parece que en Madrid jugará Rojo en el lateral izquierdo y podría entrar Funes Mori por alguno de los centrales.
La organización del centro del campo fue ocupada por Biglia y Paredes situados, más o menos, en línea sobre el mediocentro, con Lo Celso por delante, haciendo posición de mediapunta. Biglia, el pivote milanista, parece un fijo por su versatilidad y experiencia. Su compañero en el partido de Manchester, Leandro Paredes, forma parte del fondo de armario de Sampaoli, aunque no suela ser titular. Le da al equipo un toque más defensivo, y en su pareja con Biglia se nota cierta escasez de ritmo y de riesgo en el movimiento del balón, son una pareja segura a la hora de ayudar a su línea defensiva, pero plana en la creación. En la segunda parte ante Italia, y probablemente en el partido ante España, Banega sustituyó al del Zenit. Es una opción algo más arriesgada, pero bastante más creativa y divertida. Por delante de ellos, Lo Celso, a pesar de su calidad individual, no tuvo suficiente carácter para hacerse con los mandos, y se perdió. No apareció demasiado y cuando lo hizo no tuvo una actuación muy sustanciosa, pero al menos estuvo voluntarioso en la presión alta. Ante España puede que el joven Meza ocupe ese lugar.
Los dos wings, que llamaría un argentino, juegan de tres cuartos de cancha en adelante. Muy abiertos en principio, el izquierdo, Di María, se mantuvo muy pegado a la banda, mientras Lanzini, por la derecha, buscaba más diagonales al área, anotando incluso el segundo tanto ante Italia. Contra España, la baja de Di María y la probable vuelta de Messi hará que esos dos puestos varíen de jugadores. El romanista Perotti ocupará el carril izquierdo y el propio Messi partirá desde el derecho. A pesar del buen papel del hammer Lanzini, en caso de que el diez barcelonista no pueda disputar los 90 minutos, Sampaoli podría dar entrada a Cristián Pavón, joven promesa de Boca.
En punta formó Higuaín, que realizó mucho trabajo de espaldas al área, bajando a recibir en apoyo del centro del campo a posiciones que parecieran más propias de Lo Celso. Esto le restó algo de energía para la llegada al gol, aunque gozó de alguna ocasión frente al marco de su compañero Buffon. Ante España podríamos ver a la última gran sensación de la cantera argentina, Lautaro Martínez, muy de agrado de Sampaoli y pretendido por el Atlético de Madrid, aunque parece que recalará en el Inter de Milán el próximo año. Se trata de un punta más dotado para el remate y la exhibición de potencia que para la combinación, por lo que variaría el papel respecto al llevado a cabo por Higuaín.
En todo caso, a la espera de lo que finalmente expongan sobre el terreno del Metropolitano, el partido de mañana se espera con la ilusión de una gran cita y con sobrada expectación. Se trata del último amistoso antes de las listas definitivas para el Mundial, que, al fin y al cabo, es lo que todos los futboleros de pro esperamos con más ansia en este 2018.
