Ronald Koeman sigue siendo un hombre tranquilo. Tras un verano en el que el Fútbol Club Barcelona se ha declarado zona catastrófica, Koeman parece el único que se toma un café entre las llamas. Llegó al banquillo del Camp Nou para sostener al equipo en sus horas más bajas y, a pesar del mal juego y los resultados discretos, ahí sigue, blindado por un finiquito que el club no puede asumir.
Todos estamos de acuerdo: Koeman no es entrenador para el Barça. Recibió lecciones directas del mismísimo Johan Cruyff, pero su forma de entender el fútbol está alejada de lo que espera el culer. Poco atrevido, decisiones lentas, y sin ningún complejo cuando el Getafe te domina en tu propio estadio.
En la cabeza de Koeman, el fútbol es muy sencillo. Si se va ganando de forma cómoda, los cambios son jugador por jugador. Si se gana sufriendo, introduce un central. Si el equipo pierde, un delantero. Ya está. No hay más. La perfección de la sencillez futbolística que echa por tierra libretas llenas de sesudos análisis del rival y dinámicas de juego.
A Koeman le vacían la mochila
Mientras Joan Laporta se ha visto en serios aprietos este verano, Koeman ha comenzado la temporada con calma y seguramente muy feliz. Ha perdido a Messi, y le han quitado de encima a Griezmann, Firpo, Emerson, Todibo, Aleñá, Matheus, Trincao, Ilaix y Pjanic. A cambio, le han traído a Memphis, Agüero, Eric García y Luuk De Jong.

Descontando a Agüero, quien vino para contentar a Messi, el resto de recién llegados son fichajes avalados por Koeman, especialmente Luuk De Jong. El discreto nueve, suplente en el Sevilla, es una petición expresa del entrenador, quien buscaba un rematador clásico que complementara su esquema.
Por lo tanto, a Koeman se le ha dado casi todo lo que ha pedido este año. Una inteligente decisión por parte de Laporta para que el neerlandés no pueda poner excusas si el equipo no carbura. A la vez, le motiva con una renovación totalmente condicionada a ganar algún título, a contar con la cantera y a jugar como debe jugar el Barça. Son mensajes directos de Laporta, quien intenta reflotar al club. Y lograr ese objetivo pasa indiscutiblemente por el cambio de las ideas futbolísticas de Koeman.
Bueno,los aficionados conocemos perfectamente que cada entrenador,como cada aficionado,tiene sus filias y sus fobias,y no solo en relación a los jugadores sino en sus planteamientos tácticos y forma de ver el fútbol, y esto a veces con más rigidez y en otros con más flexibilidad,y gustarán más o menos mayoritariamente a la afición,pero si obtienen resultados se les perdona y punto.
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