En Leyendas volvemos a hacer nuestra habitual incursión en el pasado, pero esta vez, a un pasado más reciente. El año pasado se cumplieron 38 años del Mundial disputado en España. Italia lo ganó, y jugadores como Platini y Boniek brillaron. Todo ello se uniría en los siguientes años para dar lugar a uno de los conjuntos italianos legendarios: La Juventus de Platini.
El mítico portero Dino Zoff, los defensas Antonio Cabrini, Claudio Gentile y Gaetano Scirea, el centrocampista Marco Tardelli, y el delantero Paolo Rossi: esos eran los seis jugadores titulares del conjunto turinés en aquella final del Bernabéu.

Pero a la Juventus dominadora habitual del fútbol italiano le faltaba una importante cuenta pendiente: por aquel entonces, la Vecchia Signora aún no habia ganado la Copa de Europa. Así, en el mismo verano de 1982, llegan a Turín el delantero polaco Zbigniew Boniek, y el mediapunta francés Michel Platini. A un gran bloque se unen, por tanto, dos de los mejores jugadores europeos del momento.
1982/83
La llegada de Platini a la Juventus

Pero el trago más amargo fue, sin duda, la derrota ante el Hamburgo en la final de la Copa de Europa. Tras dejar atrás al Standard de Lieja, el Aston Villa, y al Widzew Lodz, la Juventus llegaba a la final de la competición. Sin embargo, como sucedió 10 años antes, se falló en el partido decisivo. Un tiro desde fuera del área de Felix Magath a los pocos minutos de partido pilló desprevenido y mal colocado a Dino Zoff, y ese sería a la postre el resultado final.
1983/84
Primeros títulos

Dos nombres míticos juventinos como Zoff y Bettega dejaban el club el verano de 1983. Zoff para retirarse, y el delantero Bettega para ir a una aventura fin de carrera al Toronto Blizzard canadiense. Del Avellino llegaba Stefano Tacconi para suplir la baja de Zoff en la portería. Nicola Caricola llegaría para reforzar la zaga, procedente del Bari. En la delantera se ficha al ex-Verona Domenico Penzo.
Michel Platini vuelve a proclamarse con la Juventus máximo goleador de la liga italiana, aumentando su registro a las 20 dianas. Además, el equipo logra su 21º Scudetto. Lo hace, además, a falta de dos jornadas para el final, frente al Inter, en San Siro, imponiéndose 1-2 con goles de Cabrini y Platini. En Copa, sin embargo, cae sorprendentemente ante el AS Bari, de la Serie B, en octavos.

En la Recopa, la primera ronda fue superada sin mayores problemas ante el Lechia Gdansk polaco; en octavos tuvo lugar una difícil eliminatoria ante el Paris Saint-Germain, en la que los italianos tuvieron que hacer valer el valor doble de los goles en campo contrario para poder pasar (2-2 en Paris y empate a 0 en Turín).
Los cuartos fueron sufridos, victoria por la mínima en ambos partidos al sorprendente Haka finlandés. En semifinales esperaba el Manchester United. El 1-1 en Old Trafford daba una ligera ventaja al conjunto italiano que no desaprovechó en la vuelta: 2-1, lo que permitía abrir las puertas de una nueva final europea.
Y esta vez no se falló. El 16 de mayo de 1984, ante unos 60.000 espectadores en el St. Jakob Park de Basilea, la Juventus se proclamaba campeona de la Recopa gracias a su victoria por 2-1 ante el Oporto. Corría el minuto 12 cuando Beniamino Vignola, de un tiro cruzado, batía al meta portugués Zé Beto. En el 29, Antonio Sousa batía a Tacconi de otro tiro desde fuera del área colocando la igualada. En el 40, Vignola roba un balón en la medular y lo pasa magistralmente a Boniek, quien en pugna con el central del Oporto logra tocar para batir por raso a Zé Beto. Era el 2-1, resultado que se mantendría en la segunda mitad, significando el título de la Recopa para la Juventus.
1984/85

Claudio Gentile, tras 11 temporadas en la Juventus, se marchaba a la Fiorentina. Llegaba en su lugar, procedente del Avellino, Luciano Favero. Del mismo equipo llegó ese verano de 1984 Bruno Limido. El zaguero Pioli (Parma) y el delantero Briaschi (Genoa), completaban el cuadro de fichajes turinés.
Quizá la Juve se centró en exceso en el logro de la Copa de Europa, quedando en el sexto puesto de la Liga a 7 puntos del sorprendente campeón, el Hellas Verona. En Copa el papel también es discreto, cayendo en cuartos ante el AC Milan.
La trayectoria en Copa de Europa llevaría de nuevo a la Juventus a la final. En 1ª ronda elimina al Ilves Tampere finlandés. Posteriormente, en octavos, se enfrenta al Grashopper. En cuartos tocaría el campeón checoslovaco, el Sparta Praga. Es en semifinales cuando más sufren los italianos. Ante el Girondins de Burdeos, tras un 3-0 en casa todo hace pensar en un fácil camino a la final.
Nada más lejos de la realidad. El equipo francés gana 2-0 en la vuelta, haciendo sufrir de lo lindo a la Vecchia Signora. Pero dos años después, la Juventus liderada por Platini podrá asaltar el trono del fútbol continental.
La tragedia de Heysel
Se espera que a la tercera vaya la vencida, ante el tetracampeón, el Liverpool inglés, pero lo que sucedió aquel 29 de mayo de 1985 en Heysel antes del partido dejó en un segundo plano todo lo deportivo. Punto y aparte merece este hecho, conocido como «la tragedia de Heysel». Una carga de hooligans ingleses contra aficionados de la Juventus acaba con una avalancha humana que se salda con 39 muertos.
El partido, de todos modos, se disputa, y se decanta del lado de la Juventus merced a un gol de penalti inexistente transformado por Platini. Nada importaba, realmente, ni la polémica, ni el ansiado título continental de la Juventus. 39 personas se habían dejado la vida en las gradas cuando habían ido a ver una final, a disfrutar con su equipo. Los equipos ingleses serían descalificados seis años de todas las competiciones continentales.
Formaron por la Juventus ante el Liverpool: Tacconi; Brio, Cabrini, Favero, Scirea; Bonini, Tardelli, Platini, Boniek; Briaschi y Rossi. En el minuto 84 Prandelli sustituyó a Briaschi. En el 89, Vignola a Rossi.
1985/86

El verano de 1985 iba a suponer una verdadera revolución en la plantilla bianconera, dejaban el equipo ilustres como Tardelli (Inter), Vignola (Verona), Boniek (Roma) y Rossi (Milan), y entraban Massimo Mauro (Udinese), Lionello Manfredonia (Lazio), Marco Pacione (Atalanta), y, sobre todo, dos hombres que entrarían a formar parte de la mejor historia del club: el danés Michael Laudrup (Lazio) y el delantero Aldo Serena (Torino).
El rejuvenecimiento del equipo era palpable y se notó en la Serie A. La Juventus conquistó su 22º Scudetto con un Platini menos goleador pero igual de importante, y un soberbio Michael Laudrup a su lado.

El dominio en Italia no se tradujo en una buena campaña europea. No obstante, mención especial merece el triunfo de la Juventus en la Copa Intercontinental ante Argentinos Juniors, lo que daba al conjunto italiano, por vez primera, el honor de ser ‘campeón del mundo’ a nivel de clubs. Se sufrió de lo lindo, pues hubo que llegar a la tanda de penalties para conseguirlo. Pero como se decía antes, la Juve falló en su reválida europea.
Pasó sin problemas la 1ª ronda ante el Jeunesse d’Esch luxemburgués. En octavos, esperaba el sorprendente campeón del Scudetto 84/85, el Hellas Verona. Tras el 0-0 en Verona, la Juve pasó gracias a un 2-0 en la vuelta.
Fue en cuartos donde cayó la Juventus de Platini, ante el FC Barcelona. El 1-0 del Camp Nou fue seguido de un 1-1 en la vuelta, en Turín. Archibald puso el 0-1, haciendo estéril el empate logrado después por Platini. Aquel Barça llegaría a la final, la final de los penalties ante el Steaua de Bucarest.
1986/87

La mayor novedad del verano de 1986 fue la marcha del entrenador, Giovanni Trapattoni. Llevaba desde la 76/77 en el banquillo turinés. Le sustituyó Rino Marchesi, procedente del Como. En el apartado de incorporaciones, destacaba el regreso de Beniamino Vignola, tras un año en el Hellas Verona.
En la Serie A domina el Nápoles de Maradona. La Juventus logra finalmente el subcampeonato. La Copa de Italia vuelve a caer en cuartos ante el Cagliari.
En la Copa de Europa el sorteo depara un rival fácil para la 1ª ronda, el Valur islandés, sin sorpresas. Llegan los octavos de final, espera el Real Madrid. En la ida se cae por 1-0 en el Bernabéu. Para la vuelta idéntico resultado, esta vez para la Juventus. Durante la tanda de penalties el portero del Madrid, Buyo, se erige en el héroe de la noche, lo que deja a la Juventus eliminada, de nuevo, lejos de la final y, otra vez, ante el campeón español.
La figura de Platini en la Juventus
A final de temporada, Michel Platini decide abandonar la Juventus. Cuelga las botas con 32 años, tras cinco temporadas, 147 partidos en la Serie A, y 70 goles con la camiseta bianconera.
Platini, que nació el 21 de junio de 1955 en Joeuf, un pueblo de la Lorena francesa, debutó en primera con el Nancy, donde jugó siete temporadas antes de recalar, en 1979, en el Saint-Étienne, por entonces uno de los grandes equipos del fútbol francés.

Aquí nos hemos centrado en la trayectoria de Platini en la Juventus, donde logró sus máximos triunfos y marcó una época en el fútbol europeo y mundial. Fue 72 veces internacional con Francia, marcando 41 goles. Guió a su selección al título europeo de 1984, donde fue el máximo goleador con 9 tantos, récord en una fase final de Eurocopa que aun hoy sigue sin superarse, con la añadidura de que entonces habían muchos menos partidos (eran 8 equipos en lugar de 16) en un torneo de este tipo.
Un mediocentro ofensivo de una clase inigualable, ganador en tres ocasiones del Balón de Oro. Considerado por la FIFA como uno de los mejores futbolistas de todo el Siglo XX tenía una gran habilidad con el balón destacando un golpeo de libre directo portentoso. Pese a que no tenía un físico muy fuerte, de hecho tuvo algunos problemas respiratorios en sus inicios, suplía ésta carencia con una técnica y visión de juego fuera de lo común.
Platini y Juventus, Juventus y Platini. Una simbiosis perfecta que duró tres maravillosos años.
La Juventus es un gran equipo y club pero es lo opuesto al Real Madrid en las finales de Copas de Europa. El Madrid casi seguro que la gana, la Juventus casi seguro que la pierde. Pero lo peor es perder de una manera ridícula, como sucedió en 1983 contra aquel Hamburgo.Dos años después,en aquella final tan deprimente y polémica de Heysel de Bruselas, creo que acertaron con jugarla, pero fue una tontería celebrarla con esas emociones que no venían ya a cuento. Ganaron por un penalti inexistente un partido horrible, atrasado, rodeado de policías y una gran tensión latente.
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