En estos días es casi imposible cuando nos ponemos a pensar, hablar o, en este caso, a escribir, abstraernos de todo lo que está pasando a nuestro alrededor y no tan alrededor. No somos capaces de evadirnos de una realidad, nueva e implacable, que ha golpeado con fuerza a todo y a todos y que nos hace sentir la necesidad de hablar o hacer referencia a todo lo que está pasando, porque los problemas de antes, lo que nos quitaba el sueño hasta, a veces, siendo realmente importantes, ahora nos parecen cosas banales.
Hoy, todos seguimos en nuestras casas (al menos los más afortunados) y continuamos luchando contra algo tan difícil de creer como de combatir, porque cada día que pasa cuanto más sabemos del virus más interrogantes nos deja y las certezas que vamos teniendo sobre él son mucho peores de lo que esperábamos, confirmando todos nuestros temores. Para muchos es la peor situación que hemos vivido, pero yo veo el lado positivo y pienso que al menos la puedo pasar en el lugar más seguro del mundo para mí, mi hogar.
Esta situación, además, (por supuesto es lo de menos) nos ha dejado sin fútbol. Más allá de algún challenge con papel higiénico (o quizás deberíamos llamarlo en estos tiempos el oro blanco) donde hay que dar pataditas a un rollo sin que caiga al suelo. También, viendo nuestros teléfonos móviles, parece que la gente ha sustituido a sus equipos de fútbol por partidos e ideologías políticas.
Otro lugar donde los ultras quieren hacerse fuertes e imponerse con el clásico: estás conmigo o contra mí. Sin querer politizar ni polemizar, quizás, en esta situación habría que hacer un «Bigardo» y decir aquello de “los de Colorado son los nuestros”, para recordarle a la gente que todos estamos en el mismo equipo y que hay que ver que el virus es el auténtico y único rival, en este caso usando bien ese: «Písalo»

Pero aquí estamos para hablar de fútbol y en mi caso de publicidad en el fútbol, aunque ahora mismo esté parado indefinidamente y sobre todo, sea lo menos importante del mundo. No sé si ahora os pasa como a mí y cuando pensáis en un estadio de fútbol lleno de gente, animando y saltando los unos al lado de los otros os parece ciencia ficción (a mí ya me pasaba cuando veía en una serie o película fumar a alguien en un bar o restaurante). A mí, me pasa incluso cuando juego al FIFA (que me ayuda a echar un poco menos de menos el deporte rey) y veo esos estadios llenos siempre hasta la bandera, siendo, además, los estadios reales.

(fuente: Mundo Deportivo)
El FIFA está siendo, junto a los rollos de papel (oro blanco) y la redifusión de partidos históricos, lo único que nos queda del deporte rey en estos días inciertos. De hecho el gran derbi se disputó en el FIFA (curiosamente por dos jugadores que no son de la ciudad y han llegado a los equipos este año). Incluso, ha habido un campeonato entre equipos de primera división, que por lo visto ha tenido bastante seguimiento y aceptación con cientos de miles de espectadores (yo es que soy más de jugar que de ver en este caso). Aunque si esos números los comparas con un circo en directo por Facebook que tuvo 16,8 millones nos da un poco de perspectiva y nos habla de que los datos de estos días están totalmente supeditados al confinamiento.
Pero volviendo al principio, como no soy capaz de obviar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, hoy os quiero hablar de la publicidad de lo que hoy hace que todos juguemos en casa, tanto literal como en el sentido futbolístico, los videojuegos de fútbol.
En videojuegos siempre ha habido anuncios en los que lo principal es simplemente enseñar cómo son, la calidad de los gráficos, etc… pero luego hay anuncios que transcienden esto y que sin mostrar cómo es el juego o no en su totalidad son piezas mucho más notorias. Porque dejan de sertrailers que adelantan lo que tendremos en nuestras pantallas por conceptos que les dan un valor más allá de sus características.
Para mí el ejemplo más notorio fue el de Xbox y su juego Halo, donde no sólo no aparece ni un solo frame del juego sino que dota de grandiosidad y épica a la guerra que se libra en él y lo hace con una de las cosas que tecnológicamente debe estar alejado de un videojuego como es un diorama.
El anuncio que os traigo hoy de fútbol es una mezcla de ambas cosas, hay parte fuera del juego, en el mundo “real” y parte integrada de cómo se verá el juego. A nivel formal y conceptual es un anuncio muy del estilo de Nike, de hecho hemos pasado del “Joga Bonito” de la marca deportiva a un “Play Beautiful” de la empresa canadiense de videojuegos. Pero incluso el ritmo frenético, la espectacularidad, los protagonistas, viejas leyendas, incluyendo a estrellas de otros deportes (en este caso el recientemente fallecido Kobe). Incluso el hecho de darle esa dimensión entre épica y divertida junto a hipérboles monstruosas que rozan el absurdo de los anuncios más clásicos de Nike, están aquí.
Aunque hay que reconocerles que está exagerado hasta el límite, todo es mucho más dinámico, buscando esa sensación de globalidad que da el hecho de poder manejar a Messi, Agüero o a cualquier estrella del balompié desde cualquier parte del mundo, y que aquí caben todos los actores que están alrededor del fútbol, y por tanto del videojuego de fútbol: jugadores, aficionados, periodistas, jugadores de videojuego e incluso las personas que se dedican a crear el juego. Y es que me parece muy interesante donde comienza el anuncio, que realmente es donde comienza todo, donde se capturan los movimientos reales de los jugadores, donde aunque sea algo totalmente virtual respira por los cuatro costados el espíritu del fútbol (además soy muy fan de los “meta”, las disciplinas que hablan de cómo se desarrollan esas disciplinas).

Quizás todo este paralelismo sea dado por el hecho de que lo que se busca es plasmar ese realismo, esa distancia cada vez menor entre lo que vemos en el videojuego y el fútbol real, no deja de ser el mismo target al que se dirigen, y esa sensación podría ser aún mayor si los códigos de comunicación que se siguen son los que ya relaciona el aficionado con la comunicación del fútbol.
Para mí lo mejor es que se fue mucho más allá de lo que es el videojuego, el montaje, algunas situaciones y la música, aunque todo nos suene haberlo visto antes. Lo peor es que no tiene absolutamente nada con el concepto que se supone abandera el anuncio que es el de “Play Beautiful” quizás hubiera sido más acertado cerrar con un “Play without limits” algo que se demuestra durante todo el anuncio y que de verdad sólo puede decirlo un videojuego, algo que, incluso confinados, nos hace disfrutar de nuestra pasión. #quedateencasa #playwithoutlimits
Un artículo ameno y original,donde sobre el fondo de la publicidad en el deporte,se apoya la campaña de protección sobre el Covid19 y se sugiere una forma más activa y positiva de superar el mono por el fútbol,por encima de entretenerse solo con ver partidos enlatados por muy apasionantes que sean.
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