Para hablar de fútbol y videojuegos en consola, de los esports o del vídeojuego más famoso de fútbol de la actualidad (y desde hace unos cuantos años), creo que sería interesante ver donde comenzó todo y el impacto que ya tuvo en nuestras vidas, tanto las video consolas como los juegos de fútbol para éstas.
Para hacerlo, sólo tengo que recordar mi propia experiencia, cierro los ojos y puedo ver con claridad un televisor negro de tubo de 14 pulgadas, sí, de esos con culo y peso enormes que teníamos todos. Yo jugaba en la cocina y en el despacho de la casa donde crecí, o en la habitación de invitados en el apartamento de la playa, la tele tenía una especie de hendidura en la parte trasera por arriba para transportarla y se venía conmigo según el momento…
Si sigo recordando, aún puedo ver como de ese televisor asomaba un cable por la salida de antena, puesto que el HDMI no aparecía ni en las películas futurísticas y, a pesar de que, ya había visto las primeras pruebas de televisión de alta definición durante la Expo 92, el VGA tampoco había llegado aún, por eso fue el sistema standard durante años.
Sin embargo, lo importante es que por la otra punta de ese cable llegaba hasta una maravilla venida de Japón, con un diseño espectacular de color negro acompañado de detalles y serigrafías blancas: la Mega Drive (Genesis en Estados Unidos) de SEGA, el mayor éxito de la compañía y una consola que hizo historia.

Y, lo mejor es que para transportarte a otros mundos, aventuras, partidas o partidos, no había que descargarse el juego en ningún disco duro, bajarte parches ni tener una cuenta de usuario para la que tenías que estar conectado a internet. Todo era tan sencillo como conectarla a la antena de tu televisor, enchufarla a la red (eléctrica, la otra aún ni sabíamos que cambiaría el mundo), tener, al menos, un mando conectado, meter un cartucho y ponerla en posición de encendido y, tras ver el logo de Sega, tener ante ti todas las posibilidades que te ofrecía el juego.
En esos tiempos, por supuesto, la palabra multijugador no estaba en boca de nadie, pero yo tenía dos mandos por si acaso algún amigo venía a jugar …una pena que a mi hermano no le interesara demasiado este mundo, aunque también viví grandes historias con él las pocas veces que se aventuró a acercarse a los videojuegos.

Yo era de los que escudriñaba todas las posibilidades que ofrecían los juegos, de los que se metía en opciones y a veces, ni jugaba, utilizaba la salida de auriculares con su propio selector de volumen y cerraba los ojos, no para recordar en este caso, sino simplemente para escuchar en mis oídos esas grandes melodías que acompañaban a los juegos y que, desde el menú de opciones, no sufrían la interrupción de los sonidos de saltos, disparos o enemigos.
Era yo y esos 10 canales de sonido, 6 principales del chip Yamaha YM2612, más 4 adicionales del Texas Instruments SN76489,que usaban el modo estéreo de una manera, hasta entonces, diferente a todo lo que había escuchado, incluso podías disfrutar de música clásica en la consola, pura Fantasía, literalmente, porque en el juego de la película clásica de Disney llevaban la banda sonora original con temas de grandes compositores de la historia a los sintetizadores de la Mega Drive… si os estáis preguntando el motivo de que os hable del sonido y más cuando por entonces el FIFA no destacaba precisamente por sus melodías, hay un motivo, por aquel entonces contar con voces era un lujo en la tecnología, y aquí llegó la frase que lo cambió todo:
Estos momentos, siempre formarán parte de mi vida, pero ya no tengo los ojos cerrados, ahora están bien abiertos, junto a la sonrisa que se ha dibujado en mi cara, mientras me inundan recuerdos de una época feliz, sin preocupaciones, con planes e ilusiones, muchas ilusiones, y con momentos que revives como si hubieran pasado ayer, aunque no seas capaz de recordar lo que comiste hace unos días.
Supongo que no son sólo recuerdos de mi vida sino de la vida de una gran cantidad de niños y adolescentes de la época (aún era raro ver a adultos jugando a video consolas, aunque alguno había). Pero un día, además, ese mundo de fantasía de 16 Bits (16 bitios ponía en esa caja negra con cuadrados, futurística y con imágenes del Altered Beast, el juego que traía), me dio la posibilidad de jugar a lo que más me gustaba del mundo aunque fuera de noche y todos mis amigos estuvieran en sus casas. Aunque mis padres me llevaran con ellos un fin de semana de invierno a la playa y fuéramos los únicos que estábamos en el edificio.
Aunque estuviera con un esguince de grado y dolor infinitos sin casi poder moverme, me dio la oportunidad de ganar ligas y mundiales jugando al fútbol sentado y con las manos, y, quizás no existieran los esports, pero acababa de llegar a mi vida EA Sports, y aquí sigue conmigo en 2021, ahora con otra tecnología con muchos más bits (aunque se dejaron de contar en las consolas desde los 128), en otra maravilla llegada de Japón, pero en blanco y de otra marca, Sony.

Pero centrémonos en el comienzo, donde el fenómeno empezó. Cuando apareció el primer FIFA, llamado FIFA International Soccer sin número ni año, y dejando claro que no venía de Europa, ese soccer por football en el nombre les delata, sino de Canadá (como Bono el portero del Sevilla), ya habían pasado una gran cantidad de juegos de fútbol por mis manos, creo que he tenido decenas y decenas desde que tenía mi Spectrum pero eso es otra historia…
Aquí no había equipos, sólo selecciones, no había jugadores reales, pero sí que había opciones que desde el principio lo hacían diferente y muy interesante. Podías poner los textos en español, decidir si los porteros los manejabas tú o la máquina, si querías que hubiera fuera de juego o no, o incluso el clima que acompaña al partido entre otras… esto le daba un realismo y unas posibilidades a las que no estábamos acostumbrados. Incluso, cosas que ya mostraban, nos daban pistas que eran conscientes de todo lo que rodeaba al fútbol más allá de simular jugarlo y que le daba una importancia a lo que estabas a punto de enfrentarte como nunca lo habías visto.
Por ejemplo, el hecho de que un comentarista cubriera el partido y nos diera detalles del partido que íbamos a disputar, por supuesto todo por escrito pero que hubiera un nombre y una cara que nos diera datos como la cantidad de público que había en el estadio o detalles de los equipos que se enfrentaban, más allá de las características con un número del 1 al 10 de los equipos que no lo decía el comentarista pero te mostraban la información.
Una vez dentro, antes de comenzar seguían dándote una opciones que nos ayudaban a encarar los partidos de manera diferente, como por ejemplo, la cobertura que nos daba la posibilidad de elegir cuanto campo queríamos que cubriera la defensa, el medio del campo o el ataque, o la estrategia, la formación o la alineación del equipo. Ahora parecerá lo más normal del mundo pero yo, por primera vez, me podía preparar bien para cada partido.

Visualmente era una pasada, colores muy vivos, unas banderas en movimiento simulando estar hechas en 3D, pero donde destacaba era una vez que jugabas con sprites grandes y una vista isométrica que lo diferenciaba de los demás juegos donde solían ser de vista lateral o cenital y que hacía que intentar meter los goles por la escuadra fuera de obligado cumplimiento y que las paradas de los porteros fuera de una gran espectacularidad.
Además, hasta tenías que elegir cara de la moneda que tiraba el árbitro para elegir campo o saque. El árbitro era uno más en el campo, no como en los juegos actuales donde no aparece y si te pasabas con un empujón exagerado por ejemplo, te echaba a la calle sin contemplaciones. El público cantaba, estaba animado, no de estado de ánimo, sino que se movía, se levantaba, sacaba el puño…
También había publicidad en las vallas, lo que hacía que fuera la mejor y más realista ambientación que te podías encontrar en esa época. Estaba plagado de detalles, animaciones de los porteros y jugadores muy variadas. Los banderines de córner se movían con el viento, si sacabas un córner (o incluso cuando sacaba el portero) aparecía una pequeña pantalla el que lo pateaba para que pudieras fijarte mejor en el lugar a donde querías sacar.
Claro que faltaban muchísimas cosas, como que no había dorsales en la espalda, aunque sí en la estrella del jugador que tenías seleccionado, pero lo mejor del juego es que era muy, muy divertido, con muchas opciones de juego, con diferentes formas de meter goles y, por supuesto, con sus trucos como ponerte delante del portero para que te rebotara cuando sacaba.

A eso se sumaba horas de diversión, ya que podría jugar mundiales (de los de 2 puntos la victoria y de clasificarse los mejores terceros de cada grupo) o podría jugar con amigos en el mismo equipo o en diferentes. Recuerdo, cuando iba esos fines de semana de invierno a la playa con mis padres. No había nadie en nuestro edificio, pero sí había un bético en el edificio de enfrente. Siempre hay béticos en todas partes (de esos que te decía que Mel era mejor que Polster porque había sido pichichi de segunda…).
Y cuando se asomaba a su terraza si veía que estaba la persiana de mi casa levantada, siempre llamaba al timbre para echarse un mundial conmigo. En verano no es que fuéramos íntimos amigos, pero esos fines de semana nos reíamos. Y discutíamos mientras nuestros equipos se enfrentaban muchas veces (y eso que eran selecciones y no podíamos jugar derbis).

Éste fue el principio, luego vendrían clubes, ligas de muchísimos países, portadas con jugadores destacados (incluso por país). Partidos y campeonatos online, gráficos de alta definición, hiperrealistas, bandas sonoras con canciones de grandes artistas conocidos y por conocer (mención aparte esa intro con Song 2 de Blur…) e, incluso la polémica con los derechos de los jugadores que ha sacado a la luz Zlatan… y poca gente no está ahora en el juego, pero todo esto son otras historias, hoy, simplemente quería que todo el mundo supiera de donde cómo sonó por primera vez esa frase de Andrew Anthony como inicio de el primer FIFA EA Sports, It´s in the game.
Creo que es un artículo genial,no solo por detallar minuciosamente la evolución de los videojuegos de fútbol,sino también porque parece que,al leerlo y/o verlo,se impregna uno de las emociones del autor y se traslada con facilidad a los momentos que relata y a los escenarios que vive.Y yo en mi vida he jugado con ellos.Bravo!!.
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