La tan criticada Copa del Rey por su sistema de competición aburrido y favorable para los “primeras” apenas deja lugar a las sorpresas. La eliminatoria a doble partido hace cuesta arriba el camino a la hazaña y diluye las gestas de una noche. Y en esas estamos, en los Dieciseisavos de final, primer escollo a ida y vuelta. Con la eliminación del Cornellá anoche sólo quedan tres equipos de 2ª B en liza. Dos de ellos, Alcoyano y Huesca han saboreado la categoría de plata hace poco, pero al otro, el CE L’Hospitalet, el bronce no le deja emerger.
Sin embargo, ese equipo, el conocido Hospi, tiene esta noche la oportunidad de reconciliarse con la historia. Porque el Atlético de Madrid era una de las guindas del bombo y los de Simeone jugarán en Freixa Llarga cuando se cumplen 50 años del mejor Hospitalet de siempre. El calendario es juguetón.
Últimamente, el equipo franjirrojo había adquirido cierta popularidad por motivos extradeportivos. Su expresidente, Miguel García del Valle, es un personaje más dentro del circo mediático futbolero. Su encendida defensa del españolismo frente al separatismo catalán le abrieron las puertas de la televisión y ahora las de la política, dentro del partido Ciutadans.
Seguramente hoy en día, al ver la web del club en obligatorio catalán, le lleven los demonios. El otro, nos lleva a la Copa del centenariazo. Y es que precisamente tuvo el Hospitalet que enfrentarse en esa recordada 2001-2002 al campeón, el Deportivo de La Coruña. El problema es que no se presentó como protesta al obligarles a jugar en el Mini Estadi, su campo es de césped artificial. Sí, se plantaron como había hecho el Barça un año antes. El Barça jugó esa Copa del Rey, pero al Hospi le costaría dos años de exclusión.
Y siguen las conexiones con los culés, porque la última vez que el Hospitalet se coló entre los mejores en Copa, cayó eliminado con un global de 10-0 precisamente a manos del Barça. Desde entonces, su deambular por 2ªB le ha reservado ciertas opciones de ascenso. De hecho, en las últimas dos temporadas han sido 2º y 1º de su grupo. Sin embargo, entre liga regular, play-offs y repescas, la Segunda B puede ser un calvario para el aspirante, porque si nos parece larga la Liga Adelante…
Actualmente, disputa su quinta temporada consecutiva en la categoría de bronce bajo las órdenes de Kiko Ramírez, un exdelantero peleón con pasado glorioso en el Nástic. Sus pilares son: el portero Craviotto, toda una institución allí, los trotamundos del mediocampo Carril y Luque, y el olfato goleador del experiquito Canario.
Nada que ver con el equipo que encumbró al equipo del Llobregat en la mejor temporada de su historia en la 1964-65, hace ahora cincuenta años. Parcet; Roca, Isidro, Barrenechea, Vacunín; Mesones, Arnás; Ferrando, Ramírez, Ballcells e Iznata. Ese era el once de gala en el mejor año de los franjirrojos. Quedaron undécimos en Segunda y buena parte del éxito se debe a la labor desde el banquillo del almeriense Julián Arcas, que sustituyó al uruguayo Dagoberto Moll en la jornada 22.
Las estrellas de este equipo eran: Barrenechea y Ferrando, que jugarían años más tarde en 1ª con el Granada; el malagueño Iznata, que jugaría un partido con el Real Madrid que ganó la Copa del Rey en el 68; y los sudamericanos Mesones y Ramírez. El primero, argentino, se haría famoso décadas más tarde como entrenador de Valladolid, Betis o Elche, entre otros. El segundo se convertiría en internacional con Chile durante su etapa franjirroja.

Como es habitual en este deporte, los descensos conllevan mucho más que la propia pérdida de categoría, y el Hospi bajaría a Tercera el año siguiente. De ahí a Regional y para entonces, la crisis económica y deportiva ya se había instalado en el club. Por eso resultan tan importantes los partidos como el de hoy para los equipos modestos. Porque tal y como están las cosas, no es que sea la única oportunidad de enfrentarte a un equipo grande en años, sino que puede ser el último partido importante de un club antes de su extinción o refundación.
Por ello se espera que las gradas del Municipal de la Feixa Llarga, llamado Olímpic por su pasado glorioso como sede del Béisbol en Barcelona 92, se llenen esta noche para animar al club local. Seguro que se encomendarán al espíritu de los legendarios Parcet, Mesones o Ramírez para dar la campanada ante el Atleti. Sea como sea, esperemos que el fútbol esté por encima de todo y vuelva el respeto y la caballerosidad de antaño a las gradas. Porque no hay nada más bonito en el fútbol que un padre con su hijo acudiendo al estadio con las bufandas anudadas al cuello.