Tras una semana anunciando el fin de ciclo cual profecía maya, dando por descontada una sangría blaugrana en el Bernabéu, resulta que el F.C.Barcelona emuló a Julio César tras la batalla de Zela y llegó, vio y venció.
No seré yo el que utilice estas líneas para hablar de árbitros, para eso ya tenemos a Ramos y a Ronaldo arropados por Arbeloa, Guti y el resto de palmeros. Simplemente me gustaría comentar que, según los argumentos esgrimidos por los capitanes blancos, Undiano Mallenco ha de dedicarse a la novela negra puesto que es capaz de urdir un complot judeomasónico contra el Madrid, siendo un mero ejecutor de fuerzas superiores con intereses ocultos y comenzar dicha conspiración pitando un penalti al Barsa del que Guruceta estaría orgulloso.
Volviendo al fútbol, el encuentro deja algunas conclusiones. Primera que, aun teniendo una verbena de defensa en la que de 4 defensores solo uno demostró serlo, el F.C.Barcelona fue capaz de llevarse la victoria. Segunda, que el Madrid no ha sido capaz de ganar ni al segundo ni al tercero de la Liga. Tercero…para esto necesito un párrafo aparte.

Messi es simplemente el mejor e Iniesta el único que le puede tutear. El argentino tiró del equipo en los momentos difíciles y dejó en evidencia a aquellos que osan o incluso desean dudar de él. Cuando el 10 decide jugar, normalmente el partido será lo que él quiera que sea y eso es lo que sucedió anoche.
Y junto a él Don Andrés Iniesta que pasará a la historia sin un Balón de Oro pero que no lo necesita puesto que con el de verdad le es suficiente. Ayer el manchego sacó su repertorio y dejó claro que este deporte puede por momentos llegar a ser arte simplemente por jugadores como él.
Y a todo esto nos quedan 9 partidos de Liga donde la calculadora será la protagonista y donde, como siempre sucede en este campeonato, ganará el mejor, mal que le pese a los amigos de la conspiración.