Siempre que escribo lo hago sobre el crecimiento del fútbol femenino. Alabo cada victoria que hacen las féminas por seguir peleando en un deporte en el que reine la igualdad. Pero, desgraciadamente, sabemos que aún quedan muchos pasos que dar. Es cierto que, en ciertos aspectos, se dieron pasos de gigante, pero en otros todavía seguimos siendo “el eslabón débil”.
Para quien no tenga noticias le pongo en contexto: en este mes, por desgracia, hemos tenido que presenciar como un club de nuestra Liga Iberdrola mantenía a su equipo femenino, junto a su equipo técnico, en desamparo total. Nadie había firmado su contrato laboral, no se había dado de alta en la Seguridad Social a ninguno de ellos. Ellos ya habían comenzado a disputar partidos de preparación. Haciendo, por supuesto, todo lo que debe hacer un profesional: trabajar.
Por parte de la directiva argumentan que, estas desavenencias, vienen como consecuencia de un ajuste presupuestario. Que nada tiene que ver con ninguna desigualdad con sus compañeros masculinos. Recordemos también que, el club femenino del Rayo Vallecano, en ocasiones anteriores se había quejado por los picnics que ponía el club a su disposición en los viajes en el que disputaban partidos como visitantes.

Demostrando, una vez más, que no es la primera vez que las jugadoras tienen que salir a plantarse para buscar una mejora. Cabe destacar que, en todo momento, fueron respaldadas por David Aganzo, presidente de la AFE, que defendió a la plantilla franjiroja en una rueda de prensa. El pasado 20 de agosto terminó el periplo de estas jugadoras y su cuerpo técnico con la firma en sus contratos de trabajo y dada por regularizada su situación. Esto ocurrió a sólo once días del comienzo de la Liga Iberdrola.
Les mandamos toda la suerte del mundo a todas las jugadoras que se dejan la piel por seguir peleando día a día con detalles como este. Cuando hablemos de crecimiento, hablemos de fútbol femenino.
Escrito por Stiba Uve (Sevilla)
Es una lucha continua,efectivamente,la del fútbol femenino por conseguir escalar en su deseo de igualarse al fútbol masculino,y no nos engañemos,pese a sus avances,que son muchos,la distancia es aún grande y lo seguirá siendo porque su creciente y manifiesto desarrollo no permite generar las condiciones apropiadas,todavía no,para mover la atención de los aficionados a niveles que generen ingresos y recursos,y sin esto es una utopía poderse codear con sus homólogos masculinos.
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