Y se acabó la fase de grupos de la Eurocopa más abierta de la historia. Los más nostálgicos ya notan cómo se nos va entre los dedos la que para muchos es la ronda más entretenida del torneo, por la participación de las selecciones más exóticas y las carambolas de última hora. Algo que, por cierto, ha propiciado este amplio formato de veinticuatro combinados, permitiendo más intriga hasta el final aunque sirva de repesca para selecciones vencidas en los dos primeros envites.
El vaso ya está medio vacío y otorgando razón a los expertos, el bajo listón hacia octavos ha provocado cierto inmovilismo. Las grandes, Francia, Inglaterra, España, Italia… se han clasificado, algunas con más apuros. Pero si nos vamos al grupo F, algo nos sorprende. La Austria de Alaba, laureada en categorías inferiores, fuera y Portugal pasa como tercera. Islandia como segunda podría ser comprensible pero el primer puesto de Hungría…

Pocos lo hubieran predicho merced a la clasificación de los magiares para la cita. Tuvieron que acudir a la repesca contra una Noruega oculta en el olvido. De hecho, el combinado entrenado por el alemán Bernd Storck parecía tener que conformarse con participar en un torneo de este calibre, algo que no sucedía desde México 86.
Pero en una Eurocopa todo puede pasar y la victoria ante Austria el primer día le ha dado alas al equipo centroeuropeo. Adam Szalai, excastillista y pieza clave en el ataque, y Stieber fueron los goleadores ante un combinado austríaco nervioso y mermado por la expulsión de Dragovic (2-0). Contra Islandia, los rojos sufrieron más y sólo consiguieron amarrar un empate (1-1) en el minuto 88 y gracias a un gol en propia meta del defensa Saevarsson. Con cuatro puntos, el partido contra Portugal se encaraba con otro tono.
Y pese a que Cristiano Ronaldo, que por fin estuvo a su nivel, marcó dos goles, los lusos no pudieron doblegar a una alegre Hungría (3-3). La suerte parece haber encontrado acomodo en las filas magiares, sobre todo en Balasz Dzsudzsak, que anotó dos goles de rebote (el primero lo marcó Zoltan Gera). Un empate de postín ante una favorita que no acaba de carburar pero que se jugaba mucho en el encuentro. Con ello, Hungría no sólo pasa como primera de grupo a Octavos, sino que lo hace invicta. Por ello, hoy muchos futboleros se preguntan: ¿Estamos ante la vuelta de la selección que maravilló en los 50 con Kocsis y Puskas?

La responsabilidad de devolver la gloria al fútbol magiar recae en seis futbolistas que componen la columna vertebral del otrora equipo de oro. Primero, Gabor Kiraly, el portero que ya ostenta el récord como jugador más veterano de una Euro a sus 40 años y dos meses. El baluarte defensivo es Roland Juhasz, un central con experiencia en el Anderlecht.
Ya en el centro del campo, hay que destacar a tres jugadores muy diferentes. Dos extremos con experiencia, como son Zoltan Gera (37 años) y Balasz Dzsudzsak, no muy destacado en el Bursaspor turco. Y un mediocentro creador con muy buena pinta y largo futuro (21 años), Adam Nagy, que ya suena para media Europa y destaca por su nivel técnico en la parcela ancha. Por supuesto, Hungría también tiene delantero, y su nombre es Adam Szalai. Una promesa que no acaba de romper en la Bundesliga, pero que está muy por encima de Priskin en la selección.