En la Bundesliga femenina, las cosas no funcionan como en la masculina. Fundada en 1990, no fue hasta 2015 que el Bayern Munich levantó su primer título. Desde entonces suma tres campeonatos y protagoniza una pelea cara a cara con el Wolfsburgo para ver quién domina cada temporada.
Hoy vamos a conocer mejor a una de las jóvenes esperanzas de las muniquesas para afianzarse en la supremacía del fútbol alemán. Se trata de Giulia Gwinn. A los 22 años, esta polivalente jugadora de banda, es una fija en las alineaciones del equipo que se está jugando la Bundesliga junto a Wolfsburgo, Hoffenheim, Eintracht y Turbine Potsdam.
Hablamos de una jugadora diestra, rápida, con buena conducción, notable visión de juego y poderosísimo disparo. Esto último, seguramente, es lo más espectacular de su juego. Siendo, posiblemente, una de las pegadoras más potentes del fútbol femenino mundial.
Tal vez para potenciar esa característica, es más fácil verla jugar a pierna cambiada y progresando por banda izquierda. Su capacidad para ocupar campo y su compromiso defensivo, la sitúan en esta temporada como lateral izquierda en su club, aunque tiene experiencia, tanto en el Bayern como en la selección, para jugar tanto en mediocampo como en defensa, por ambos costados.
Giulia Gwinn ha sido internacional en todas las categorías, desde sub 15. Es una fija en las listas de Martina Voss – Tecklenburg para la absoluta. Suma ya 17 entorchados internacionales, habiendo disputado ya un Mundial, el de Francia de 2019, donde fue nombrada mejor jugadora joven del torneo.

Nacida en la pequeña y coqueta localidad de Ailingen, a las orillas del lago Constanza, casi en la frontera con Suiza, empezó a jugar con ocho años en el equipo de su pueblo. Se fue enrolando en varios equipos de la zona, hasta que con 16 años, recibió ofertas del Turbine Potsdam, del Bayern Munich y del Friburgo.
Curiosamente, se decantó por este último club, que entre los tres candidatos a su fichaje, era el de menor categoría. Tal vez lo hizo porque, de esa manera, le iba a ser más fácil debutar en el primer equipo. Así fue, en su primera temporada en Friburgo, con 16 años, ya jugó sus primeros partidos en la Bundesliga.
Cumplidos los 20, dio el salto al Bayern de Munich, para levantar la pasada temporada su primer título liguero con las bávaras. Eso sí, lo tuvo que hacer desde fuera de los terrenos de juego, porque estaba recuperándose de una rotura del ligamento cruzado de la rodilla que se produjo en un partido con su selección ante Irlanda.
La experiencia de vivir tan joven una lesión de tal gravedad, endurecida por la circunstancia de tener que afrontar la recuperación en plena época de pandemia, ha fortalecido y acelerado la maduración de Giulia Gwinn. Sus propias compañeras se sorprenden al ver que se lesionó siendo una jugadora que no alzaba la voz en el vestuario, y ha vuelto siendo una líder del grupo.
Así que Gwinn está de vuelta. Y quiere que esa grave lesión quede como solo un triste recuerdo que no puede cortar su progresión. Es más, de esos malos momentos ha surgido una jugadora más fuerte.
Así que, ya saben algo más de Giulia Gwinn, una jugadora de imparable progresión de la que escucharán hablar mucho en los próximos años. Ya está en el máximo nivel, tanto en su club como en selección, pero además, está dispuesta a asumir galones.
Que tenga mucha suerte y ayude a subir el nivel del fútbol femenino,cada vez más competitivo,vistoso y atractivo.
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