Desde el momento en el que Florentino Pérez dejó de tomar las decisiones en el área deportiva, el Real Madrid mejoró considerablemente en el aspecto meramente de confección de la plantilla. Y no sólo por la evidencia de los títulos conseguidos sino porque económicamente ha sido un éxito.
La sorprendente salida de Casemiro se une a las sonadas ventas o no renovaciones la temporada pasada de Sergio Ramos y Varane (éste último al Manchester United que parece ser nuevo club amigo). Florentino tiene claro que el club está por encima de cualquier nombre y teniendo esa premisa siempre en consideración se dedica a ejecutar cada venta sin el mínimo reparo.
Vender a un jugador con probablemente la mejor parte de su carrera ya finalizada (Casemiro tiene 30 años), y hacerlo por una cantidad considerable (70 millones más variables), es desde el punto de vista de gestión de activos una decisión sencillamente brillante. Insisto, estoy analizando lo meramente económico. En lo deportivo el tiempo dirá pero a juzgar por los títulos conseguidos tampoco parece que en el pasado fueran malos movimientos.
¿Y por qué al Madrid no le tiembla el pulso en deshacerse de un titular y emblema de la historia reciente del club? Pues sencillamente porque ya se habían encargado previamente de fichar a su sustituto. Tchouaméni y Camavinga demuestran la apuesta por el talento joven como recambio generacional.
El Madrid soluciona dos problemas con este tipo de operaciones, por un lado mejora su economía haciendo caja y por otro se quita de encima un dilema futuro como es el de tener que renovar, por cantidades no bajas precisamente, a jugadores pasada la treintena.
Si a esto sumamos, la capacidad del club de atraer jugadores de primer nivel que finalizan contrato, véase Alaba y Rüdiger, sólo queda decir que la gestión en los últimos años es simplemente magnífica. Cierto es que se puede hablar de algún lunar como Reinier o el propio Hazard. Sin embargo, el primero es producto del riesgo que conlleva apostar por jugadores sin tener experiencia en el fútbol de élite, alguno sí o sí va a salir rana pero se verá ampliamente compensado por los aciertos. Y en cuanto al belga, su fiasco es producto de las lesiones y no de que no encajara en el equipo.
Títulos y un estadio nuevo mientras la plantilla se sigue renovando. Cuesta no tener envidia desde el otro lado del puente aéreo.
Se puede considerar que la gestión del Madrid es acertada,pero también es más fácil gestionar un club de su entidad donde la marca ya da cierta ventaja,claro que a ello igualmente ayuda tener las ideas claras, y ser fieles a ellas para mantenerse firmes en la toma de decisiones.Desde luego su principal rival, y con una marca casi igual,no ha sido capaz en estos últimos años de conseguir gestionarse satisfactoriamente,y este año,el de las palancas,personalmente pienso que está arriesgando su futuro.
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