Gavi se come el mundo, con el permiso de sus padres
Pablo Martín Páez Gavira, conocido como Gavi, cumplió 18 años el pasado mes de agosto, pero con 17 debutó en un Barcelona necesitado de calidad, de liderazgo y de símbolos. Y en apenas unos partidos, Luis Enrique debió ver en él lo que se ve en los grandes jugadores y se lo llevó a la Final Four de la Nations League de 2021, en la que dio la cara como en él es habitual, y se ha hartado de demostrar en este año escaso que lleva en el estrellato.
Con todo el ruido que se ha formado a su alrededor, para bien y para mal, Gavi ha seguido a lo suyo y está en su primer mundial cuando apenas ha alcanzado la mayoría de edad. Y no sólo eso, sino que fue el MVP en su debut, la total aniquilación de Costa Rica por parte de España (7-0), y marcó un excelente gol que lo deja como el tercer goleador más joven de la historia de los mundiales y el primero español.
El joven sevillano, que mide 1,71m, es una rara avis en el fútbol español, y mundial en la actualidad. Se trata de un centrocampista todoterreno con la percha de un Pedri o de un Xavi Hernández. Y, aunque Gavi tiene calidad de sobras, las similitudes, físicas y futbolísticas, con el clásico centrocampista estilista con el que el fútbol español ha iluminado al mundo acabarían ahí. El andaluz es un guerrillero al que no le importa bajar al barro y pegarse con rivales que le sacan más de 10 centímetros y, seguramente, más de 10 o 15 quilos. En Barcelona recuerda al Deco que llegó siendo Balón de Oro para fajarse en la medular en beneficio de Ronaldinho; un jugador que podía hacer lo que quería en una baldosa, pero que su contribución al equipo era mucho mayor, incluyendo equilibrar el centro del campo y batallar por todas las zonas del césped como si no hubiera un mañana. Palabras muy mayores.
Ese juego de centrocampista total es la seña de identidad de un Gavi que bien es un box to box, bien ayuda a la construcción, bien se incorpora a rematar desde segunda línea o bien traga millas como el que más en beneficio del equilibrio de su equipo. Luis Enrique sabe muy bien lo que ve en el culé, y se ríe de las críticas que ha recibido por llevarlo desde el principio, como también lo saben los ganadores de las pasadas ediciones del Balón de Oro, que votaron a Gavi como el mejor joven por delante de talentos como Tchouaméni, Camavinga o el británico Jude Bellingham, con palmarés y números más ilustres que el sevillano.
Con 18 años, por supuesto que el barcelonista no es un jugador perfecto; necesita pulir muchas cosas, ser quizá menos brioso en su juego, ya que es algo que le ha labrado varias tarjetas, y aprender a dosificarse más a lo largo de las temporadas, por nombrar sólo algunos aspectos. Pero lo cierto es que la joya que hoy en día es Gavi es difícilmente comparable a ningún otro futbolista de su edad. Que nadie dude de que si fuera neerlandés o brasileño se ofrecerían burradas por él, o de que si fuera alemán el Bayern se le echaría encima cual gato en celo. Por suerte, si las lesiones le respetan, apunta a ser una auténtica leyenda del Barcelona y de la selección española. Lleva un MVP y un gol en un partido mundialista, y esto, el torneo y también su carrera, sólo acaba de comenzar.
Es eso un jugador total,es un hombre orquesta que sabe tocar alternativamente varios instrumentos y a veces simultanearlos,y pese a su incuestionable clase se faja como un trabajador del fútbol cuyo papel fuese principalmente hacer kilómetros y pelearse con el contrario para justificar su presencia en el campo.Si la lesiones lo respetan el que va a tener que pelearlo va a se el Barsa para retenerlo.
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Gabi es un jugador joben, solo tiene 18 años, y este andaluz ya promete dentro del Barça. Seguro que en breve otros equipos se lo disputarán.
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