Hace tan solo unos meses, cuando el mercado de fichajes ejecutaba sus últimas contrataciones, un nombre sonaba con fuerza por encima del resto. Era sin duda el protagonista. Gareth Bale estaba a punto de ser contratado por el Real Madrid tras muchas semanas de dimes y diretes y no fue hasta el último momento cuando la noticia se hizo pública. Además de la tardía llegada del galés, lo más comentado fue el precio que el club de Florentino pagó al Tottenham para hacerse con los servicios del jugador.
91 millones de euros muy criticados por algunos sectores desde los que se desmerecía la calidad del futbolista en comparación con la cantidad que se iba a desembolsar por él, y donde se juzgó que un momento económico complicado para la mayor parte de los ciudadanos se pagase una cifra tan desorbitada como aquella por parte del Real Madrid. Hemos escuchado todo tipo de argumentaciones.
Y por si el dineral que habían pagado por el delantero no era suficiente para observarlo en cada aparición, le sumamos el mal inicio de temporada que el galés hizo tras una limitada preparación veraniega. Además, como suele decirse “las comparaciones son odiosas”, y jugar junto al mejor jugador del mundo, Cristiano Ronaldo, cuando el portugués estaba mostrando su mejor arranque, le complicaba un poco más la situación. Había dudas, demasiadas.

Cuando los medios comenzaron a informar de que el recién llegado a la plantilla sufría una lesión en la espalda que podía mantenerlo alejado de los terrenos de juego unos meses, aparecieron en la memoria de muchos aficionados los 65 millones que el club blanco pagó hacía cuatro temporadas por el brasileño Kaká, y cuyo rendimiento en el Real Madrid dejó mucho que desear.
Pero fue a mediados de octubre, ya recuperado de su lesión muscular, cuando Bale volvía a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros preparado para jugar contra el Málaga ese mismo fin de semana. Desde el momento en el que el jugador volvió a pisar el césped, tras semanas alejado, demostró su calidad y sus ganas de ganarse su puesto en el once de Ancelotti y acallar los rumores que se habían desatado durante los últimos días y los cuales tuvo que intentar cesar el mismo presidente madridista.
A día de hoy, cuando llevamos más de 3 meses de competición, las cifras del jugador están sorprendiendo. Tras 845 minutos jugados desde su llegada a Madrid y 13 partidos disputados, ha marcado 9 tantos, 7 en Liga y 2 en Champions, además de lograr 7 asistencias. Gareth Bale ejerció de director del equipo madridista el pasado sábado frente al Valladolid y marcó un hat-trick, observado y coreado por el público del Bernabéu. No marcaba tres goles en un partido desde el pasado diciembre vistiendo la camiseta de su ex equipo frente al Aston Villa.

Es ahora, momento en el que los números del madridista son más que satisfactorios, cuando surgen los debates en torno a las figuras recién llegadas a los clubes más famosos de España. Han aparecido las comparativas entre el rendimiento de Bale y Neymar, y es el brasileño el que sale perjudicado en las equiparaciones de estos últimos días, quien también parece llevar la batuta en los partidos del Barcelona, por lo menos, hasta la reincorporación de Messi.
Ahora que Cristiano Ronaldo tiene que mantenerse alejado del césped hasta recuperarse al completo de su lesión, Bale cuenta con la oportunidad de coger las riendas y mantener la racha del equipo demostrando calidad y potencia en su juego, y consiguiendo que los madridistas y el resto de aficionados al fútbol comprendan que el jugador blanco se está abriendo paso en el equipo de Ancelotti, está consiguiendo su hueco y sobre todo, está despejado dudas.
Fui de los que criticó el fichaje por innecesario sobre todo teniendo a Di María. Para colmo se prescindió de Özil con lo que aun aumentó más mi indignación.
Sin embargo he de reconocer que Bale me ha sorprendido gratamente. Creo que por fin el equipo no echa de menos la ausencia de Ronaldo y tiene en el galés un recambio de garantías.
Esperemos que en los partidos clave nos de muchas alegrías.
Un saludo y enhorabuena por la página!
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Pues por Pamplona ni se le vio. A día de hoy, Bale no le llega ni a la suela de los zapatos a Diego Costa. Creo que Florentino en un arrebato por no poder fichar a Neymar, se le fue la cabeza gastando lo incontable en un jugador que literalmente «no ha empatado con nadie».
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