El fútbol y la épica se dieron ayer la mano en Mestalla. El F.C.Barcelona salió reforzado de un difícil campo en el que no triunfaba en Liga desde hacía 5 temporadas. Los blaugrana se aferran a sus posibilidades de ganar la Liga más disputada de los últimos 20 años.
Tras el batacazo del pasado jueves en el Camp Nou ante el Granada, y las victorias de Atlético y Real Madrid, el Barça se veía obligado a ganar sí o sí. De nada servía un empate y la derrota no se podía contemplar. Koeman dió de nuevo entrada en el 11 titular a Dest en el carril derecho en detrimento de Sergi Roberto y optó por dejar en el banquillo al recién renovado Mingueza a favor de Araújo.
Los primeros minutos fueron un vendaval de combinaciones y presión alta tras pérdida, con el Valencia encerrado en su área y un Barça volcado. Ya en el minuto 2 se vio lo que sería esa primera parte. Gran combinación entre jugadores de ataque que culmina Pedri con un disparo cercano que se va fuera por poco. En el 11, Araújo logra conectar un centro de falta de Messi que Cillessen rechaza bien colocado. En el 17, un centro raso de Griezmann se pasea por el área naranja sin que nadie llegue a rematarlo. La falta de definición de los catalanes no parecía inquietar demasiado. El Valencia, en cambio, apenas pudo disfrutar de un par de ocasiones comandadas por Gayá, quien no tenía dificultades en deshacerse de la vigilancia de Dest.
Sin embargo, la segunda parte se inició con un cortocircuito generalizado en el cuadro azulgrana. Si hay algo que ha unido al barcelonismo en estos últimos dos años, ha sido la crítica al rendimiento de Clément Lenglet. Tras un primer año en el que convenció a todos, el joven central francés se ha dedicado a dilapidar su crédito a base de desaciertos y errores. Corría el minuto 48 cuando decidió hacer una incursión en solitario, sorteando diversos rivales, para perder el balón en la frontal del área rival. La contra que montó el Valencia, llevada en volandas por Guedes, acabó en córner. Y ese córner lo remataba Gabriel Paulista, precisamente el par que debía cubrir Lenglet, completamente solo.
Del mazazo al fútbol y a la épica por la Liga
Fue un mazazo y un jarro de agua fría. En el fútbol, la única justicia que existe es la del balón al golpear la red. El Valencia olió la sangre en la herida reciente y comenzó a estirarse para buscar un segundo gol. Precisamente, lo que más le convenía al Barça. En el 55, un magnífico pase de Messi, que aprovechaba una gran internada de Frenkie De Jong (que bien acuchilla las defensas rivales este chico), era interrumpida por la inocente mano de Lato. Regalaba así el empate el Valencia, no sin suspense, ya que Cillessen logró desviar un terriblemente mal lanzamiento de Messi. Busquets fue el más rápido para volver a meter en el área el balón y, tras un disparo de Pedri que era sacado bajo palos, Messi tuvo su segunda oportunidad para anotar.
El Barça volvió a creer en sí mismo y volvió a dominar el balón. En los siguientes 10 minutos, ofrecería su mejor juego en esa noche. En el 62, otra vez De Jong se escapa de los defensas para aparecer en el área y rematar un centro de Alba. Cillessen, de nuevo, desviaba como podía, para dejar el balón a merced de Griezmann, quien tan solo tuvo que empujar para dar la vuelta al marcador. 12 goles en Liga lleva el Principito, su cuarto gol en las últimas cuatro jornadas, pero constantemente cuestionado partido tras partido.

Y no podía faltar Messi, quien en el 67 marcaba un golazo de falta desde la frontal. Ahí el fútbol comenzó a desfallecer y la épica y el esfuerzo comenzaba a imponerse. La consigna era fácil: mantener el balón y hacer un gran rondo, pero ahí está Lenglet para llevar la contraria y regalar balones a zapatazos. El espectacular gol de Carlos Soler inquietó al barcelonismo, que dejó de respirar hasta que el árbitro pitó el final del partido.
En esta semana se decide gran parte de la temporada. El Sevilla recibe hoy al Athletic y no quiere descolgarse de la Liga. El sábado, el Barça espera tumbar el Atlético para ser líder. Algo a lo que también aspira el Madrid, quien puede acusar el desgaste que le supondrá su visita a Stamford Bridge. El fútbol es maravilloso. Quién iba a imaginar que el Barça de Koeman pudiera llegar así a final de temporada.
A resultas de partido de hoy lunes, con el Sevilla a la rueda de los tres magníficos y sin quererse descolgar,la Liga continua siendo apasionante y ya veremos cuál de los cuatros pierde fuelle antes en esta bonita lucha por la gloria en otro atípico y durísimo año.
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