En los últimos años, se está otorgando mucha importancia a la formación de los entrenadores de fútbol base. No obstante, queda mucho camino por recorrer en este asunto, incluso para profesionalizar este oficio pero eso ya es otro tema.
Para llegar a ser un buen entrenador de fútbol base, no es suficiente con la pasión a este deporte y la buena voluntad. Durante muchos años estos parecían los únicos requisitos necesarios para que una persona se pusiera a cargo, como entrenador, de un grupo de niños sin embargo esto no es así. La pasión y la buena voluntad no son suficientes ya que en estas categorías, donde se construyen los pilares fundamentales para un futuro futbolista, deben existir entrenadores formados que conozcan las nociones elementales del fútbol en los diferentes aspectos (técnico, táctico, físico y psicológico).
Otro aspecto a tener en cuenta es que no todo el mundo dispone de competencias para ser entrenador de un equipo de la base de un club. Incluso me parece inadecuado, por parte de clubs de élite, tener ex jugadores profesionales como entrenadores de la cantera, cuando no tienen ni formación, ni destrezas o habilidades sociales para dirigir y formar a un grupo de niños. El haber sido jugador de fútbol profesional no asegura poder ser un buen entrenador. Tampoco logro entender cómo se dan tan pocas oportunidades, para llegar a los banquillos de élite, a buenos entrenadores que sin embargo no fueron jugadores profesionales. Esta es una cuestión que abordaremos en los próximos artículos.

Es importante que los entrenadores de fútbol base tengan una formación previa referente a la educación y al deporte (cursos de entrenador, INEF, etc.), que sea una persona equilibrada y sensata y que posea entre otros conocimientos deportivos, pedagógicos y psicológicos.
También existen algunos aspectos fundamentales, que aseguran que un entrenador de base contará con las garantías necesarias para formar y educar no solo a futuros deportistas sino, sobre todo, a futuras personas. Tales aspectos son: el nivel intelectual, las habilidades sociales, el sentido común, la formación académica y un nivel cultural importante.
Sin duda, la experiencia con este deporte es un apartado importante, por lo que antiguos futbolistas profesionales, que además sumen las características anteriores, pueden ser profesionales de gran calidad como entrenadores de equipos de la cantera.
Por supuesto, es muy importante por parte de los entrenadores el interés por mejorar cada día y la voluntad para adquirir mayor formación de cualquier aspecto relativo a esta profesión. Es recomendable la asistencia a cursos, conferencias, seminarios y charlas para con ello adquirir mayor formación y estar permanentemente informado a través de artículos que enriquezcan nuestros conocimientos.
Es cierto que el interés por saber más y mejorar es más intenso al principio. Por ello, es importante cuidar ese interés con el paso de los años. Nunca debemos dejar de aprender.