El encuentro disputado el 17 de octubre de 2006 correspondiente a la 6ª jornada de la temporada 2006/2007 de la 1ª División de la Liga Española, que enfrentó al Levante UD contra el RCD Mallorca, dejó un curioso episodio con el árbitro que pitó aquel partido, el colegiado Álvarez Izquierdo.
El delantero del Levante Olivier Kapó fue expulsado, según el acta de aquel partido, por dirigirse al árbitro gritando «de viva voz y con los brazos en alto, de forma despectiva y reiterada: ¡uo!«.
Las crónicas de aquel partido relatan la expulsión de Kapó de diferente manera:
- Según el Diario Marca, Kapó “se marchó a la caseta por protestarle al árbitro la jugada de un penalti no pitado».
- Superdeporte, señala que “Fruto de esa desesperación y sensación de impotencia tuvo lugar la expulsión del costamarfileño Olivier Kapó, que protestó al colegiado Álvarez Izquierdo y éste le mostró la roja directa”.
- El Diario As calificó como “¡Vaya día!” el partido de Kapó de quien dijo que “No desequilibró y terminó expulsado por protestar”.
Lo curioso de aquel episodio fue la razón de la expulsión: Kapó gritó al árbitro la palabra “uo” varias veces, ocurriendo que el delantero en cuestión no dominaba apenas el español.

Las reglas que debían aplicar los árbitros ese año (Reglas de Juego publicadas en julio de 2006 por la FIFA) establecían en su Regla número 12 (faltas e incorrecciones) que se debía amonestar con tarjeta amarilla, el “desaprobar con palabras o acciones” y con tarjeta roja a quien “emplea lenguaje o gesticula de manera ofensiva, grosera u obscena”
El colegiado interpretó que decir “uo” moviendo los brazos representaba algo ofensivo, grosero u obsceno, expulsando por ello al jugador del Levante.
En un primer momento el futbolista fue sancionado con un partido de suspensión, si bien, dado que el Levante UD presentó un recurso al Comité de Apelación, se consiguió que se dejara sin efecto tal sanción, ya que este órgano interpretó que el comportamiento de Kapó no podía ser calificado como ofensivo, grosero u obsceno y que, por tanto, tal conducta no era merecedora de expulsión, sino de tarjeta amarilla.
El Comité de Apelación señaló que “La conducta del jugador sancionado se concreta en la formulación de reparos y observaciones al árbitro, que se contempla como infracción leve y que establece la sanción de amonestación. En el vídeo se aprecia que el jugador del Levante habla brevemente con el árbitro y no se perciben protestas ostensibles o insistentes. A ello debe unirse la absoluta indeterminación del término “UO”, recogido por el acta, que por sí solo, tampoco puede ser tomado como injurioso o de menosprecio”
Ya sabéis: si tenéis ganas de dirigiros a un árbitro gritándole algo, decidle “uo”; no deberían expulsaros por ello.