Hay atacantes con una gran capacidad física, ya sea por velocidad o por fuerza, y ese es un factor que siempre ayuda a sacar ventaja ante el entramado defensivo rival. En el caso de la jugadora sobre la que hablamos hoy, su juego es un despliegue de talento espectacular con un objetivo claro: el gol. Saber estar, saber adelantarse, buscar la mejor solución posible en cada situación, son virtudes de futbolista perspicaz, inteligente en su desarrollo sobre el terreno de juego. Y ese es el caso de la jugadora sobre la que vamos a hablar hoy, la delantera polaca Ewa Pajor, del Wolfsburgo alemán.
La joven atacante polaca es un auténtico peligro en el área y sus alrededores. Diestra y sin una gran altura (mide 1’67 metros), resulta muy molesta para las defensas rivales por su rapidez, no ya en cuanto a velocidad en su carrera, sino rapidez mental y de ejecución. En el área no duda, elige bien frecuentemente y resulta letal. Funciona como un auténtico ordenador capaz de determinar la mejor opción entre todas las posibles. Pero además, esa escasa envergadura se ve agigantada por una fe y una determinación inconmensurables. Persigue cada balón como si fuera el último, es muy difícil de amedrentar por fuerza y es un perro de presa a la hora de presionar. Su inteligencia, de la que hablábamos antes, multiplica esa sensación de peligro. Le gusta aparecer en diagonal, habitualmente llegando a zonas alejadas del foco principal de la jugada o cayendo a bandas, mucho más que servir como ariete de referencia. Sin duda, una gran goleadora, que brilla más con espacios, que va sobrada de recursos para el remate a un toque o para el mano a mano, donde gusta de romper a las porteras rivales con su agilidad física y mental.
Ewa Pajor nació en la pequeñísima aldea granjera de Pegow, al oeste de Polonia, hace poco más de 22 años. Con ocho años entró en la estructura del modesto Orlety Wielenin de Uniejow, para posteriormente, dado su talento, ingresar con 12 años en uno de los equipos más prestigiosos del país: el Medyk Konin.
Allí empezó a despuntar muy temprano. En 2012, aun con 15 años, ya debutaba con el primer equipo, y resultaba clave con sus 64 goles en tres temporadas para lograr con su equipo tres copas y dos ligas de Polonia. Por el camino, llevó a la selección polaca sub 17 al título de campeonas de Europa de la categoría, alzándose además con el trofeo a mejor jugadora del campeonato. Esto llamó la atención de uno de los clubes femeninos más grandes de Europa: el Wolfsburgo alemán.
En el verano de 2015, con 18 años, Ewa Pajor llegó a la Bundesliga alemana dispuesta a continuar su progresión entre algunas de las jugadores más famosas del planeta. Allí tuvo que pasar una primera temporada de adaptación. No fue titular en ninguno de los siete partidos de Bundesliga disputados con el primer equipo, incluso alternando sus presencias con el equipo filial. Tuvo también bastante presencia en la Champions League, aunque se quedo sin participar en la final que perdió su equipo ante el todopoderoso OL francés. Tampoco participó en la final de Copa que ganaron ante el SC Sand, en el que fue su primer título como wölfinnen.

Tuvo que llegar la segunda mitad de la temporada 16/17 para que se asentara en el equipo alemán. Con las titularidades empezaron a llegar los goles y su talento natural hizo que empezara a ser importante para conseguir el doblete de Liga y Copa con el Wolfsburgo.
Pero la temporada de su consagración definitiva fue la 17/18. Con 14 goles en 28 partidos entre todas las competiciones, empezó a presentar los frutos de su enorme calidad entre un ramillete de excelentes futbolistas. De nuevo campeonas en Liga y Copa, esta vez sí fue titular en la final de la Champions, aunque de nuevo el Olympique de Lyon la dejó sin poder levantar el máximo título europeo de clubes.
Pero la explosión hacia la élite del fútbol mundial se ha producido en esta primera mitad de la temporada 18/19. De las 13 jornadas de Liga que se llevan disputadas ha participado en diez, todas ellas como titular, alcanzando la espectacular cifra de 15 goles, que la sitúan en la cabeza de la tabla de goleadoras de la Bundesliga femenina. En el reparto de esos goles llama la atención que haya conseguido tres hat-tricks, uno de ellos en la victoria 7-0 ante el Bayer Leverkusen, donde redondeó su actuación con un espectacular gol de chilena. También en Champions ha logrado ya dos goles, ambos en la eliminatoria frente al Atlético de Madrid, donde también repartió tres asistencias. Está demostrando que, esta inteligente goleadora, ha llegado a la élite para quedarse, como demuestra el hecho de que haya empezado a asomar en las listas de mejores jugadoras del mundo tras su brillante 2018.
Con la Bundesliga parada por el invierno, queda por ver si sigue a tan alto nivel en la fase definitiva de la temporada. Al estar triunfando en un equipo de máximo nivel, podríamos decir que la carrera de Pajor ha alcanzado el nivel que ella podría esperar, aunque seguramente le quedará el resquemor de no pertenecer a una selección de mayor nivel. El escaso profesionalismo del fútbol femenino en Polonia hace que el buen nivel de las categorías inferiores no se vea reflejado en el potencial de la selección absoluta. Desde que debutara en 2013, forzando un penalti, anotando un gol y dando una asistencia, hasta este momento, ha disputado 47 partidos con la camiseta de su país, anotando 28 goles.
Veremos hasta donde llegan en Champions esta campaña las alemanas del Wolfsburgo y si son capaces de dejar de lado a sus bestias negras del Olympique de Lyon. Mientras, Ewa Pajor seguirá luciendo su muestrario de recursos para hacer lo que mejor sabe: golear.
