No solo de delanteros y goleadores vive el fútbol. Todas las piezas de un equipo bien engrasado deben funcionar correctamente para alcanzar el éxito. En el fútbol de las últimas décadas, con una mejoría evidente de las condiciones físicas, los laterales han ganado peso específico, siendo una de las posiciones que mejor expresan las necesidades de cualquier futbolista de hoy en día de saber actuar en funciones defensivas y ofensivas. Este es el caso de una de las mejores laterales derechas del mundo, Ève Périsset, la francesa del PSG.
La joven Ève Périsset, de 24 años recientemente cumplidos, es un tren de largo recorrido. Se trata de una jugadora aun en progresión, que temporada a temporada va mejorando sus prestaciones, aprovechando su experiencia. Cubre toda la banda con solvencia y, por su velocidad y potencia, a pesar de apenas alcanzar el 1’60 m de altura, resulta dura de superar en defensa y difícil de frenar en ataque. Su versatilidad la permite poder ocupar la banda tanto como lateral clásica, como carrilera larga en una defensa de cinco o, incluso, como centrocampista. Goza de un buen disparo lejano y, en ocasiones, su potencia le juega malas pasadas en forma de duras entradas.
Ève Josette Noelle Périsset nació en la nochebuena de 1994 en Saint – Priest, una localidad a las afueras de Lyon, perteneciente a su área metropolitana. Desde muy pequeña vivió el fútbol en su casa, sobre todo por su hermano, que progresó por las categorías inferiores del Olympique Lyonnais hasta que una grave lesión le impidió tener la opción de convertirse en futbolista profesional. A los seis años entró en su primer equipo, el AS Manissieux, para pasar a los 10 años a jugar en el AS Saint – Priest, ambos equipos de su misma localidad. Allí jugaba en equipos mixtos, mientras el todopoderoso Olympique de Lyon ya la tentaba para sus categorías inferiores femeninas. Dado que Périsset siempre fue aficionada al OL y en vistas del gran nivel del club, cuando a los 14 años tuvo que dar el salto, la opción del Olympique superó a la propuesta que también tenía por parte del Saint – Ettiene.
Una vez en el gigante lionés del fútbol femenino, se consagró como una de las futuras promesas de Francia, debutando en la selección sub 17 aun antes de cumplir los 15 años. Poco antes de cumplir los 18 años, debutaba con el primer equipo del OL en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions ante el Zorkiy Krasnogorsk. Aunque solo dispuso de un cuarto de hora, fue el mejor momento de su carrera en el actual campeón de Europa.
En la temporada 13/14, ya formando parte del primer equipo que fue campeón de Liga y Copa, apenas dispuso de un puñado de minutos, y sus partidos, entre Liga y Champions, pueden contarse con los dedos de una mano. Se quitó ligeramente la espinita de pasar una temporada casi en blanco siendo titular indiscutible y teniendo un importante papel en el Mundial sub 20 disputado en Canadá, torneo del que Francia se trajo la tercera plaza.

A pesar de ser el equipo de su corazón, disputar apenas una decena de partidos entre las dos siguientes campañas no se compensaba con los títulos. Estar a la sombra de una grande como Camile Abily no es fácil, así que, con cuatro ligas, dos copas y una Champions en el bolsillo, pero con la sensación de que su carrera se estaba estancando, decidió tomar la decisión de abandonar su casa. Puso rumbo al otro gran equipo, emergente, de su país en lo que se refiere a fútbol femenino: el Paris Saint Germain.
Esa temporada 16/17 en el club parisino fue la de su despegue y consagración. A los 22 años, se hizo con el puesto de titular, sobre todo en Champions, donde fue fundamental en el equipo de Patrice Lair. Incluso anotó sus primeros goles en Liga. También supuso el año de su debut en la selección absoluta francesa, en un amistoso ante Brasil que finalizó con empate a uno, como titular y jugando el partido completo. El seleccionador Olivier Echouafni, que debutaba en el cargo en ese mismo partido, viene contando con ella desde entonces. De hecho, al final de esa temporada la convocó para el Campeonato de Europa disputado en los Países Bajos. Francia cayó en cuartos ante Inglaterra, pero Périsset no pudo disputar dicho partido por sanción, al ser expulsada ante Suiza en el último encuentro de la fase de grupos.
En la misma línea transcurrió su carrera en la temporada 17/18, aumentando su experiencia y confianza. Además, logró alzar su primer título como jugadora del PSG con un sabor especial, al conseguirlo frente a su exequipo, el OL, en una final en la que fue titular y que ganaron por un estrecho 1-0, con la anécdota de que el partido estuvo detenido durante muchos minutos por una enorme tormenta tras la que las de Lyon no querían volver a jugar.
En la presente temporada arrancó anotando un gol en los dos primeros partidos de Liga, y ha continuado como titular y pilar fundamental en el equipo parisino. Aguantan el ritmo del ómnipotente Olympique de Lyon. Ninguno de los dos equipos ha perdido ni un solo partido en esta temporada, pero un inoportuno tropezón del PSG, al empatar en su campo ante el Lille OSC, penultimo clasificado, le da cierta ventaja al OL. En el enfrentamiento entre los dos clubes punteros, disputado en París, empataron a uno, y Périsset tuvo que salir en camilla a la hora de juego por una lesión que la apartó de los terrenos de juego durante un mes.
En marzo le espera otro gran reto, los cuartos de final de Champions ante el Chelsea Ladies inglés. El hecho de que Olympique de Lyon y Wolfsburg, los dos gigantes europeos del fútbol femenino, hayan quedado emparejados, puede despejar el camino a Périsset y sus compañeras a la final de Budapest.

Dado que este fin de semana el partido entre el Paris FC y el Olympique de Lyon tuvo que ser aplazado, la victoria por 4-0 del PSG ante el Montpellier le sirvió para ponerse líderes con un partido más y, de paso, aumentar a 20 puntos la ventaja sobre su rival, que ocupa la tercera plaza de la tabla, asegurando así plaza para la próxima Champions League. Périsset fue sustituida en el minuto 80, aunque el partido llevaba decidido desde los 20 primeros minutos, cuando el PSG ya vencía por 3-0.
Ève Périsset fija su futuro en el próximo verano, su obsesión es estar en el Mundial que se celebrará en su país y tratar de copiar el éxito que la selección masculina lograra el pasado año en Rusia. En cuanto a clubes, su destino parece ligado al progreso del PSG, si continúa incordiando el dominio del Olympique de Lyon, seguramente seguirá feliz en el equipo. Si la progresión se para, quién sabe si dado su nivel podría plantearse volver algún día a Lyon, no en vano es el equipo al que apoyaba desde niña.
Como decíamos, no todo en el fútbol es el gol y los delanteros, y tener una gran lateral como Ève Périsset es una suerte para un equipo. Su potencia en la banda derecha es casi imparable, y tiene tanta ambición como su equipo y su selección por brillar en los grandes eventos que se acercan en esta campaña.