El término euforia según el diccionario de la Real Academia de la lengua Española, puede tener dos acepciones que no distan mucho la una de la otra, estando íntimamente ligadas al entusiasmo exacerbado; y extremadamente optimista con manifiesta alegría, aunque a veces no vaya en total consonancia con la realidad que vivimos y con la que en un futuro no muy lejano se pudiese producir.
Este estado vivido en las dos ciudades europeas de Manchester y Sevilla; de momento no son más que eso sensaciones y simple humo. No en vano, lo único que han conseguido tanto el laureado Pep Guardiola, como el constante, laborioso y humilde entrenador José Luis Mendilibar, es otro paso más para el asalto final al título; eso sí y hay que decirlo y reconocer públicamente, que ambos han sido merecedores de disfrutar de esta euforia, sacudiéndose la enorme presión sobre sus espaldas.
Pep Guardiola comenzó su andadura como entrenador del Manchester City en julio de 2016, sin duda con la premisa de conseguir la tan ansiada Champions League; y a pesar de su impecable paso por el equipo inglés, aún no la ha logrado, tras quemar una oportunidad en la final contra el Chelsea, disputada en el año 2021.
José Luis Mendilibar por su parte, recogió el pasado mes de marzo un cabizbajo y hundido Sevilla F.C., con muchos tintes y roneos con la segunda división española. Tras alcanzar plenamente la permanencia, no sin sufrimiento y críticas, ha conseguido colocar a su equipo tras una semifinal vibrante con la Juventus de Turín, en la final de la carismática competición de los de Nervión, que no es otra que la Europa League.
Ahora llega el momento de la verdad, de poner los pies en el suelo; y bajar el nivel de euforia. Al bueno y tosco de Mendilibar, le toca en una semana saber si tanto remar contracorriente le ha merecido la pena para llegar a la orilla; o de lo contrario si la legión Romana, al mando del General José Mourinho a la que se enfrenta es más poderosa, y conquista antes Budapest que lo haga el combinado Hispalense. Por otro lado Pep y su equipo se enfrentarán el 10 de junio al Inter de Milán, otro equipo del extinto imperio Romano con sed de triunfo y dominio del territorio futbolístico europeo.
Ansiosos por conocer los resultados, y con el único deseo del triunfo del buen fútbol, el espectáculo y la erradicación en todos los estadios de palabras mal sonantes y cualquier tipo insultos, que enturbien la esencia pura de este deporte. Deseamos que siempre triunfe el fútbol por encima de todo; y la sana convivencia y armonía tanto dentro, como fuera del terreno de juego.