Los entrenadores/as pueden adoptar distintos estilos a la hora de dirigir un equipo. Puede ser más o menos directivos, hacer más o menos partícipes a los jugadores/as, abrir mucho la toma de decisiones o no, pueden ser más ligeros en la aplicación de las normas o más estrictos… En definitiva tienen que elegir muchas veces entre un tipo de actitud, aún cuando una no es mejor que otra para conseguir la decisión final, sino que sencillamente son maneras distintas de llegar a lo mismo.
Existe la idea de que cada entrenador@ es de una manera y no varía. Es cierto que cada persona tiende a hacer prevalecer un estilo, porque cada uno afronta las situaciones bajo su punto de vista, pero es importante conocer los principales estilos y las ventajas e inconvenientes que puede traer actuar de una u otra manera para el grupo. Eso nos puede dar una idea para intentar adaptar el estilo del entrenador en cada momento a lo que al grupo le puede venir bien.

AUTORITARIO
El término «autoritario» se ha asociado normalmente a aspectos negativos, y desde luego abusar de este estilo, como de cualquiera, no es bueno. Sin embargo este estilo puede ser útil.
El estilo autoritario destaca por ser de una toma de decisiones muy jerarquizada, personalizada en el entrenador. El entrenador autoritario se centra mucho en la tarea, y es muy directivo, marcando y exigiendo mucho, y manteniendo una distancia marcada respecto a los jugadores/as. La toma de decisiones es, en muchos casos, unipersonal, y tiende a ser muy firme y duro.
Ventajas: El estilo autoritario tiene la ventaja de que el entrenador@ asume la toma de decisiones, y esto hace que se siga un criterio y se ejecute de manera más ágil y rápida. Los entrenadores/as que adoptan estilos autoritarios definen mucho el estilo de sus equipos y asumen mucho protagonismo. Eso es otra ventaja, pues un entrenador @ autoritario@ libera de mucha presión a sus jugadores/as, pues se autoreferencia como líder indiscutible.
Desventajas: Un entrenador autoritario provoca ciertas desventajas en el grupo, pues un liderazgo tan directivo y tan marcado genera habitualmente más tensión en el equipo, y esa tensión puede provocar problemas y dificultades. El alto nivel de exigencia permanente y la atención tan volcada en la tarea, desequilibra la gestión social – tarea que debe mantener.
Situaciones: Una gestión autoritaria es útil especialmente en los momentos de dificultad y tensión competitiva. Cuando existen momentos de dificultad y de crisis, son necesarios liderazgos fuertes, que pongan un criterio y que tomen decisiones. No hay tiempo para demorarse en los procesos de decisiones largos y complicados; es necesario avanzar y caminar en un sentido. Esto se consigue con una dirección firme e inflexible. Es por eso que el estilo autoritario es importante y útil en los momentos de dificultad. Por contra, es muy recomendable no utilizar este estilo durante mucho tiempo continuado, por las desventajas antes señaladas.
DEMOCRÁTICO
A priori, el estilo democrático parece preferible y tiene «mejor cartel» que otros a la hora de escoger estilo como entrenadores/as. Sin embargo, aunque es un estilo que tiene muchas ventajas, tiene también algunos problemas y depende de utilizarlo en el momento adecuado.
Un entrenador democrático busca hacer partícipe al resto del equipo de las decisiones, abriendo los procedimientos y promoviendo que el equipo sea parte también del establecimiento de objetivos, de cuestiones como las normas internas o casos como la organización horaria y/o sesiones de entrenamiento.
Ventajas: Indudablemente, un equipo que se siente parte de la toma de decisiones se siente más implicado con éstas y está más implicado con el colectivo. Un estilo democrático fomenta los valores grupales y de pertenencia y hace que los jugadores/as apliquen su mayor esfuerzo en la consecución de metas. En línea con esto, está demostrado que un estilo democrático aumenta la motivación de los jugadores.
Desventajas: El estilo democrático puede tener algunos problemas, pues no es útil en situaciones de dificultad, ya que la toma de decisiones es más lenta, y cuando hay dificultades también suele haber muchas dudas, con lo que este método alimenta
más estas dudas y puede incluso provocar divisiones. Además es importante que el grupo esté capacitado para la toma de decisiones, porque si el grupo no tiene posibilidad (edad, conocimiento, etc) de estar involucrado en estos procesos, puede causar frustración y llevar a situaciones donde no se puede atender a las demandas grupales.
Situaciones: El estilo democrático es útil para desarrollar en buena parte de la temporada, pero teniendo en cuenta que sean períodos cotidianos, con un nivel de exigencia medio y con margen para el desarrollo de los procedimientos y donde el entrenador pueda atender a aquello de lo que hace partícipe al grupo. No es recomendable en situaciones de tensión y, por norma, tiende a ser opuesto al estilo autoritario, por lo que el equilibrio de ventajas y desventajas, así como las épocas de uso, son inversos.
Otro problema que puede surgir está en la distorsión de rol. El entrenador@ puede adoptar un estilo democrático cuando lo vea necesario, pero no debe permitir que la exageración de este estilo le distancia de su rol de entrenador@. Debe mantener la jerarquía, y no igualarse con los jugadores/as, por el bien de ambos. El entrenador@ es el responsable del grupo y el que debe tomar decisiones y para ello es recomendable no alimentar que se confundan o distorsionen los roles de cada uno.

PERMISIVO
El estilo permisivo se conoce también por la idea del “dejar hacer” (laissez-faire, en francés). Este estilo de dirección se caracteriza por no inmiscuirse apenas en las decisiones grupales, centrándose solo en garantizar los fundamentos y bases mínimas del grupo, pero permitiendo un muy alto grado de autogestión. Este sistema no es apenas exigente en el cumplimiento de normas adyacentes, deja que los jugadores tomen mucha libertad en las decisiones y es muy flexible en las cuestiones grupales.
Aparentemente, se ha considerado este estilo como negativo, y se tacha a los entrenadores/as que lo adoptan como poco asertivos, de poca personalidad y con poco carácter. No tiene por qué ser así. De hecho es difícil ser entrenador y permitir este estilo, pues supone ceder mucha autoridad y por lo tanto es de mucho valor saber utilizarlo correctamente.
Ventajas: Ofrece mucha confianza a los jugadores, que obviamente ganan mucho en su propia autoconfianza, lo que aumenta su motivación y percepción de su propia capacidad.
Otra de sus ventajas es que este estilo permite a los jugadores descargar mucha tensión y liberarse de la presión. Por eso es recomendable después de una época de mucha tensión y exigencia. Además, el grupo necesita sus momentos de autogestión, para fortalecer también su propia estructura social, y este estilo permite eso.
Desventajas: Las virtudes de este estilo pueden convertirse en sus problemas. Como es normal asumir, si este estilo perdura los jugadores/as pueden dejar de asumir la autoridad del entrenador, por lo que es importante controlar bien que esto
no se ponga en duda y no permanecer durante mucho tiempo en esta situación.
Otra desventaja es que, tras utilizar este estilo, cambiar a otro supone más dificultad que en otros casos. El estilo permisivo genera una mayor relajación y comodidad, por lo que el paso a otros niveles de tensión ha de hacerse más progresivamente que en otros casos y esto hay que tenerlo en cuenta en la planificación.
Situación: Como hemos dicho, este estilo permisivo es útil tras una época de mucha tensión. Puede ser adecuado, por ejemplo, en momentos puntuales durante una concentración o después de un tiempo de altísima exigencia (finales, partidos relevantes), e incluso tras una época de estilo autoritario. Quizá también al inicio de temporada, para ayudar a reintegrarse a las rutinas y no generar mucha exigencia de nivel, etc.
Es necesario tener en cuenta que el período de “vuelta” a otro estilo es, en este caso, más largo que en otros, como ya hemos dicho.
PERSUASIVO
El estilo persuasivo se ha estudiado menos que los demás. Los entrenadores/as deben desarrollar la capacidad de ser buenos comunicadores, así como crear buenos ambientes y ser empáticos con sus jugadores/as. El estilo persuasivo es un estilo más dirigido a las relaciones individuales con algunos jugadores/as, definido por un perfil más diplomático, más sutil. Pretende aumentar la confianza con los jugadores a través de fomentar buen “feeling” personal. Es, en muchos
casos, algo permisivo y debe atender a las diferencias individuales para tratar a cada jugador de manera distinta.
Ventajas: Este estilo tiene dos ventajas claras. Por un lado permite generar actividad y dinamismo en grupos cerrados y herméticos. A través del fomento de las relaciones personales se pretende activar la relación entrenador – grupo, consiguiendo mayor motivación y mayor implicación.
Por otro lado es muy útil con jugadores/as individuales que necesiten de un trato distinto. En cada grupo existen diferencias individuales que hacen que haya jugadores/as que necesitan de mayor atención, bien sea por su forma de ser o por alguna circunstancia particular. Situaciones especiales de dificultad para alguno/a, o jugadores/as con un nivel muy alto que son vistos diferentes suelen ser objetivo de este estilo, que consigue involucrarlos y evitar su desconexión del grupo.
Este estilo aumenta la motivación de los jugadores/as con que se trata y su implicación en el transcurrir del grupo. Permite, además, mayores niveles de conocimiento personal, lo que aumenta la eficacia de la relación posterior.
Desventajas: Una desventaja fundamental es que este estilo desgasta mucho. La atención personalizada y tan particular exige de un nivel de implicación muy alta del entrenador@, y de unconocimiento exhaustivo de las personas (del “otro”). Esto es muy saturante.
En otra línea, puede causar dependencia por parte de los jugadores/as y esto es necesario evitarlo. El entrenador@ debe ayudar al jugador@, pero no hacerlo dependiente, sino tratar de que cada uno se desarrolle. Especialmente en categorías base los entrenadores/as ayudan a que los jugadores/as se formen como personas y no podemos sustituirlos en su toma de decisiones o en su proceso de conocimiento de las emociones (euforia, frustración, encaje de ganar-perder, compañerismo…).
Situación: Este estilo debe ser utilizado puntualmente, no de manera continua, y solo cuando sea necesario. Es útil, como se ha indicado, para el inicio con grupos cerrados. También es muy habitual en el trato con jugadores/as especiales, por su rendimiento o sus circunstancias personales.
El objetivo a corto plazo es “ganarse” al jugador, pero a largo plazo es que se integren en las dinámicas habituales del grupo.No hay que olvidar esto.
Como se ha visto a lo largo del tema, lo importante no es ser especialista en un estilo. Cada entrenador@ tiene una preferencia, consciente o no, por funcionar de una determinada manera ante las distintas circunstancias. Lo ideal, lo que hemos de tratar, es de conocer las necesidades de cada situación para leerla e interpretarla adecuadamente y, en función de ella, conocer el estilo a adoptar. Esto es lo que hará del entrenador un buen gestor de los estilos de dirección. Debe conocer todos los estilos y trabajar con el más adecuado en cada momento.
Lo que en mi criterio es importante es la complementación al conocimiento técnico del entrenador de otro conocimiento,el psicológico,porque manejar un grupo de personas,jóvenes, y a veces con un solo denominador común como es su capacidad para la práctica del deporte,heterogéneo en todo lo demás desde raza,origen, idioma y cultura,es imposible sin este requisito,al menos esto es lo que pienso y creo cada vez más firmemente.
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