El estadio no tiembla, late. Así describe el hincha la sensación que se tiene al ver las gradas llenas cantando a Club Atlético Boca Juniors. Vamos a adentrarnos en la historia de uno de los estadios más emblemáticos y con más mística del mundo del fútbol. La historia de La Bombonera.
La construcción
En 1931 Ruperto Molfino, directivo de Boca, compró al municipio de Buenos Aires los terrenos donde edificar el nuevo estadio. Un total de 21.471 m2 por 2.2 millones de pesos argentinos. Curiosamente, el club ya utilizaba dicho espacio desde 1922 con un campo de tribunas de madera el cual se quedó pequeño. Tres años más tarde, el arquitecto esloveno Viktor Sulčič junto con sus compañeros Raúl Bes y José Luis Delpin diseñarían el templo bonaerense.

A la hora de llevar sobre plano la idea que tenían en mente se encontraron con un pequeño problema. Y es que en uno de los laterales, concretamente el que da a la calle Aristóbulo del Valle, había muy poco espacio disponible entre lo que iba a ser el estadio y las edificaciones ya presentes en la época.
La Bombonera es el templo del fútbol”
Diego Armando Maradona
Sin embargo, lo que en un principio parecía un obstáculo terminó convirtiéndose en el arma intimidatoria perfecta para el equipo local. Las tribunas plasmadas sobre el plano original tuvieron que ser construidas muy juntas una sobre otra estando las superiores muy adelantadas respecto al resto. De esta forma se creó un efecto pendiente con la consiguiente sensación de cercanía del público.
Origen del nombre de La Bombonera
Si decimos Estadio Alberto José Armando, excluyendo a los oriundos del lugar, pocos sabrán la ubicación de éste. Ése es en realidad el nombre oficial del estadio en honor al presidente de Boca durante las décadas de 1950, 1960 y 1970. Sin embargo, si mencionamos el nombre popular de La Bombonera, no sólo todo amante al fútbol sabrá ubicarlo en el mapa sino que su solo nombre será asociado a la máxima expresión del fútbol en las gradas. ¿De dónde viene entonces dicho nombre?
Pese a que hay varias teorías, lo cierto es que La Bombonera tiene su origen en la caja de bombones que recibió el arquitecto Viktor Sulčič con motivo de su cumpleaños. Dicha caja estuvo presente en las reuniones del equipo encargado del proyecto y debido al increíble parecido que tenía con el propio estadio se derivó al nombre por el que es mundialmente conocido.
Inauguración y curiosidades
La primera piedra del templo de Boca se puso en febrero de 1938 y el estadio se inauguraría oficialmente el 25 de mayo de 1940. El primer rival de Boca fue Club Atlético San Lorenzo de Almagro quien perdió 2-0.
Como anécdotas podemos citar por ejemplo cómo el problema de su limitado aforo, 57.000 espectadores, hizo que no fuera uno de los estadios elegidos para el Mundial de 1978.

De 2017 a 2020, contó con un reloj que marcaba el tiempo que Boca llevaba en Primera División. No obstante, la nueva directiva decidió quitarlo argumentando que no necesitaban un reloj para demostrar que son el club más grande.
Quizás será la presión del público o simplemente sea una mera casualidad pero la realidad es que la selección argentina no ha perdido ninguno de los partidos oficiales que ha jugado allí.
En 2015, la revista FourFourTwo eligió de una lista de 100 a La Bombonera como el mejor estadio del mundo destacando que «tiene la capacidad de temblar con los aficionados».
La Bombonera es lo más cercano al infierno»
Romario da Souza Faria
A día de hoy se sigue trabajando en la posibilidad de ampliar La Bombonera a 80.000 espectadores. La necesidad parece perentoria para un estadio que cuenta ya con 80 años. La opción más plausible consiste en comprar los terrenos colindantes a la zona de la fachada inconclusa. Sin embargo, al parecer la oferta del club a los vecinos por sus propiedades no convence a los mismos por baja. Las últimas noticias informan de un posible acuerdo gracias a la entrada de capital chino aunque sigue habiendo reticencia.
Tanto si se amplia como si no, La Bombonera será siempre el templo del fútbol por antonomasia.
Un bonito artículo que se lee con interés y curiosidad.
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