Una confesión personal. Un amigo me dijo un día: La historia del fútbol español cambió para siempre en el salón de tu casa. Obviamente lo dijo en tono de broma, aunque con un trasfondo bastante real fácil de entender.
El 22 de junio de 2008 un grupo numeroso de amigos nos reunimos en el salón de mi casa a ver los cuartos de final de la Eurocopa entre España e Italia. A ese salón entramos con cara de equipo que juega de maravilla pero cae siempre en cuartos de final, sobre todo si Italia es el rival. Tras prórroga y penaltis salimos en dirección a Cibeles para celebrar que estábamos en semifinales de un gran torneo y que, por fin, éramos grandes. Sí, ese día cambió la historia del fútbol español.

Desde que derrotamos a Italia en tan gloriosa tanda de penaltis, casi todo han sido alegrías: dos Eurocopas, un Mundial y una forma de jugar al fútbol especial, un sello al que hasta los propios italianos quieren adherirse.
Ahora son los italianos los que nos temen y quieren tomarse la revancha. Esta generación con Prandelli en el banquillo y Pirlo manejando el centro del campo quiere jugar a otra cosa, quitarse la idea de equipo defensivo y del catenaccio para ganar con estilo. Cuando esa nueva idea transalpina llegó a la final de la Euro 2012… fue España y le metió cuatro goles. Así que llegan a la semifinal de la Copa Confederaciones con ganas de fastidiarle la fiesta a La Roja ¡si hasta les ganamos hace unos días la final del Europeo Sub-21!
Con lo que Italia fue para España, algo así como el coco con el que asustar a los niños. Ahora es al revés. Incluso Balotelli, después de decir que le tenía muchas ganas a España, cae lesionado y se pierde el resto del Torneo. Parece cosa de maldición.

España es clara favorita para llegar a la final del domingo, donde espera el descafeinado pero práctico Brasil. Pero ojo, a pesar de que Pirlo está tocado, Balotelli no está, Buffon anda muy cuestionado y su defensa tiene unos números indignos de lo que se espera de ellos, sigue siendo Italia. Sin ir más lejos, en la Confecup de 2009 nos eliminó Estados Unidos en la misma ronda cuando no eran ni mucho menos favoritos.
La Roja llega sin Soldado y con Cesc tocado, parece que en su lugar formarán Torres (reforzado por sus cuatro goles a Tahití y, sobre todo, su gol a Nigeria) y Silva (siempre a la espera de terminar de consagrarse en un gran torneo). También hay dudas sobre el portero, aunque parece que Del Bosque se decantará por Casillas.
La Selección Española llega fuerte, consciente de sus posibilidades, con mucha seguridad defensiva, la misma creatividad de siempre en la media y la eterna duda arriba, aunque con la buena noticia del halagüeño momento de forma de Fernando Torres. Además, tenemos un arma que nadie más tiene: Andrés Iniesta, imparable con el balón en su poder.
La gran duda es como puede afectar el cansancio por el efecto de la temperatura y la humedad, aunque eso será igual para ambos equipos y ninguno de los dos está a priori mejor adaptado.
La Squadra Azzurra podría apostar por reforzar la retaguardia con tres centrales, para frenar la circulación de España y con la duda de Gilardino (un ariete más clásico) o una especie de atacante de estilo falso 9 como puede ser Cerci o Diamanti.
Es una bella oportunidad para España, poder llegar a jugar una final en Maracaná ante Brasil, que no debería dejar escapar. Pero aunque somos favoritos, la cautela será fundamental. Italia nos tiene ganas, va a salir con el cuchillo entre los dientes y no nos va a regalar nada. La historia de nuestro fútbol cambió ante ellos, ojalá siga la fiesta.