Sinceramente, veo muy difícil que España pueda revalidar su título mundial, a pesar de las «fiables» encuestas de MARCA. Puede que sea un poco precipitado y alarmista, ya que quedan más de 170 días para el Mundial, pero parece que Vicente del Bosque tiene muchísimo trabajo por delante. Además, para ponerle un poco de morbo y dramatismo, el partido de debut será contra los Países Bajos, que como todos sabemos le tienen muchísimas ganas a España, y que con mucho acierto han recurrido a Louis Van Gaal para hacer olvidar la desastrosa Eurocopa que se marcaron en 2012 (3 partidos, 3 derrotas, 2 goles a favor y 5 en contra).
Pero vayamos por partes.
La portería no preocupa, ya que está más que cubierta. No hay selección que tenga dos porteros tan de primerísimo orden como los tiene España. Tanto Casillas como Valdés garantizan seguridad bajo los palos. Y en el hipotético caso de que uno o los dos faltaran, ahí está la veteranía de Reina, que parece estar viviendo una segunda juventud en el Nápoles, y David de Gea, elegido la temporada pasada como mejor portero de la Premier y campeón de Europa este último verano con la sub-21.
Tres cuartos de lo mismo pasa con la delantera. A Villa y Negredo les ha salido un duro competidor por la punta de ataque. Diego Costa les ha adelantado a todos, fulminando de paso las pocas opciones que tenían Torres y Soldado. Sin haber debutado todavía con el combinado nacional se perfila como el nuevo 9 de España. El espectacular año del brasileño recientemente nacionalizado le ha abierto las puertas de la selección de par en par. En cualquier caso, los tres garantizan goles, Llorente se queda como el habitual plan B y los extremos parecen estar bien cubiertos.
Y llegamos a lo delicado. Y lo delicado empieza con la baja forma de los dos centrales titulares. Ni Ramos ni Piqué pasan por su mejor momento. El de Camas resumió el domingo en Mestalla lo que viene siendo su juego en los últimos tiempos: falta de concentración, poca rigurosidad en el marcaje, exceso de confianza y nula anticipación. Vamos, que volvió a cantar de lo lindo. Lo que más preocupa es el poco control que tiene sobre sus codos. Y es que el central madridista sigue su idilio con la expulsión. Con sus 18 rojas iguala a Pablo Alfaro y Xavi Aguado como los «más tiernos» de la historia de la Liga. Aunque también es cierto que este aspecto a día de hoy no se ha visto con la selección, ya que en 115 partidos con España jamás ha sido expulsado. Lo peor es que su actitud quizá no es del todo la más adecuada para ponerle remedio a todo esto.
Más o menos lo mismo le ocurre a Gerard Piqué, ahora más famoso por sus declaraciones fuera del campo que por lo que demuestra ante un balón dividido. Poco o casi nada queda de aquel central que maravilló en su retorno al Barcelona y que destacaba por su salida de balón, su anticipación y colocación, y que se permitía el lujo incluso de sumarse al ataque para marcar algún que otro bonito gol. Le llegaron a llamar Piquenbauer, comparándolo con alguien de quien ahora mismo está muy lejos y de quien en realidad nunca estuvo cerca. No hay alternativas. Tanto Íñigo Martínez como Bartra como cualquier otro central que destaque están muy, muy lejos de poder desbancar a dos de los grandes pilares de la selección. La única alternativa es que se centren y vuelvan a ser lo que eran.

En cambio, en el centro del campo la cosa pasa de delicado a muy preocupante. Del Bosque encontró el equilibrio perfecto entre talento y músculo con el trinomio Busquets, Xavi y Xabi Alonso. Así se ganó a Holanda en el Mundial 2010 y se machacó a Italia en la última Eurocopa. Cualquier otro tipo de combinación acabó en desastre, como el de la eliminación de la Confederaciones 2009 ante EE.UU o la reciente humillación ante Brasil. Aunque la calidad les acompañe, tanto Xavi como a Xabi Alonso están lejos de su mejor momento de forma. Los años pesan, sobre todo a partir de los 30, y no perdonan. En lo que va de Liga, Xavi ha jugado 13 partidos, estando ahora mismo lesionado. Peores son los números de Xabi Alonso, quien sólo ha podido disputar 7 partidos. Estamos hablando de dos jugadores con un peso más que importante en los éxitos de la selección, por lo que sustituirlos debe ser el mayor reto con el que se ha enfrentado Vicente del Bosque.
No hay jugadores ahora mismo capaces de marcar los tiempos de un partido como estos dos. Por lo que cualquier cambio de pieza va acompañado por un cambio en el sistema de juego. Tener un relevo para que descanse de tanto en cuanto Xabi Alonso debería ser sencillo con gente como Javi Martínez, Javi García o incluso el todavía verde Illarramendi. Pero tener un sustitudo de Xavi es un poco más complicado, ya que una mala decisión podría descompensar el equipo, desconectar a la delantera y vender a la defensa. Cesc, Iniesta e Isco no son exactamente mediocentros, rindiendo mejor en posiciones más adelantadas. Thiago es un mediocentro que de momento sólo parece entender la parte más ofensiva de su posición. La única opción real podría ser Koke, un todocampista de sacrificio, llegada y visión, que parece rendir allá donde lo pongas.
Pero todavía queda mucho para eso, así que de momento sólo podemos tener paciencia, confiar en el Marqués y disfrutar de estos días.
La verdad es que los aficionados esperamos el mundial como el que se siente juzgado antes de que se emita la sentencia. A día de hoy, las esperanzas de ver a la selección campeona en Brasil son ínfimas. Habrá que esperar a que comience el mundial y ver cómo estamos. Tenemos muchas interrogantes que has puntualizado muy bien en tu artículo y eso, a mi modo de ver, son demasiadas dudas para un equipo que aspira a ser campeón.
0