En el fútbol se establecen cuatro tipos de superioridades: numérica, posicional/dinámica, cualitativa y socioafectiva.
La más conocida de las cuatro superioridades en el fútbol y la más utilizada, y trabajada, por los entrenadores es la superioridad numérica. Pero… ¿Es la más determinante y decisiva de las cuatro? Lo vemos.
Cuando un equipo realiza un modelo de juego combinativo se habla mucho de un aspecto como la superioridad numérica. Este aspecto juega un papel muy importante para muchos entrenadores que manejan este tipo de juego, utilizando la dicha ventaja como base en su estilo de juego.
En el fútbol actual, el concepto de superioridad numérica como estrategia ofensiva se sobreestima. Ya que, por ejemplo, un equipo con un 1-4-4-2 (con dos jugadores en el medio) puede defender fácilmente a un equipo con un 1-4-3-3 (con tres jugadores en el medio), a pesar de ser, en teoría, superados numéricamente en el centro del campo. Esto sucede cuando los jugadores defensores, en inferioridad, obtienen el dominio posicional al elegir de manera inteligente las distancias entre sí y usar correctamente el cierre de líneas.

En cambio, dicha cuestión juega un papel más determinante e importante en la fase defensiva y en la transición defensiva. Justo cuando se pierde el balón, por ejemplo, durante la fase de creación, se prefiere tener un cuatro contra dos que un dos contra dos. Para defender con más jugadores que el rival.
En el ataque, no es la superioridad numérica un aspecto tan decisivo, sino otros conceptos como la posicional y la dinámica. En ataque es difícil establecerla, sobre todo, en el último tercio. Por ejemplo, los movimientos de manera constante y clara en la fase ofensiva son más decisivos y determinantes.
Por lo tanto, creo que es importante tener en cuenta los otros tipos de superioridades y trabajarlas. Es un error centrarse únicamente en la superioridad numérica porque sea un concepto más conocido.