En TresCuatroTres, hemos tenido la suerte de poder dialogar con el periodista Ricard Torquemada. Nacido en Barcelona hace 49 años, actualmente dirige el programa LaTdT en Catalunya Ràdio, así como las retransmisiones de los partidos del F.C. Barcelona en la cadena Esport3. Pero no solo se asoma al micrófono radiofónico, también ha escrito en medios tan prestigiosos como el diario Sport, Marca o El País, y publicó un libro, Formula Barça, en 2011.
A pesar de la distancia, la magia de las videollamadas ayudó a que sintiéramos la mezcla de pasión y conocimiento que caracteriza la forma de ver el fútbol que tiene Ricard Torquemada. Una visión que le permite disfrutar del juego más allá de lo que haga el Barça, equipo que ocupa su corazón, y hacerlo sin estridencias. Permitiendo que el centro del espectáculo sea el fútbol y no las discusiones subidas de tono.
Dejamos a continuación el vídeo con la conversación completa entre Ricard Torquemada y nuestro redactor Paco Luna, además de un extracto escrito que resume la misma para quien prefiera leerlo.
Empezamos con una curiosidad que hemos leído sobre usted. Tenemos entendido que su padre era del Real Madrid…
Casi toda su familia era de Madrid y él era del Real Madrid, aunque nació en Barcelona. Se preocupó de que yo fuera del Barça, con la idea de que había nacido en Barcelona y tenía que ser del equipo de aquí. Me educó en el fútbol, en la deportividad bien entendida, en la rivalidad con respeto… Muchas cosas que le tengo que agradecer, como mirar al rival con un punto de admiración.
En estos tiempos en los que F.C. Barcelona y Real Madrid son como multinacionales y el fútbol es cada día más un negocio ¿qué futuro le ve a esa rivalidad?
La rivalidad tiene que estar presente, porque es lo que mueve la pasión alrededor del deporte, que es lo que mueve al periodismo y al negocio. Si eso se perdiese se perdería todo. No cambiará mucho, cambia el negocio, pero cuando hay un Barça – Madrid no cambian los sentimientos. Ahora movemos el Barça – Madrid cada día. Hay dos maneras de ganar y de perder, que lo hagas tu o que lo haga el rival. Ahora hay más manera de estar vinculado al fútbol.
¿Qué papel juega el periodismo a la hora de entender estas rivalidades?
Es difícil, no me gusta marcar criterio. Ya tengo suficiente problema para entender el periodismo desde mi punto de vista como para marcar cómo se debe hacer. Creo que el deporte da muchas posibilidades de mirarlo, y lo importante es ser coherente con esa forma de mirarlo. Hay periodismo deportivo y entretenimiento deportivo, todas las maneras deben ser bienvenidas, cada uno tiene su vínculo. A mi siempre me han interesado mucho saber por qué pasan las cosas, pero también tengo momentos en los que miro el fútbol de manera más superficial.
¿Y las rivalidades locales? Sobre todo en Barcelona, ahora que el Espanyol está en Segunda División o que se aboga por la Superliga europea
Han perdido un poco de fuerza, sobre todo cuando hay un gigante, como pasa en Barcelona. Continúa viva por la rivalidad del fútbol base, sobre todo desde el Espanyol hacia el Barça, pero va adelgazando.
No soy muy partidario de la Superliga europea, eso es más propio de gente joven que aun quiere cambiar el mundo. Me gusta la Liga y su regularidad, me gusta una Champions atractiva, pero que la competición doméstica siga existiendo, que los equipos pequeños puedan competir contra Barça y Real Madrid.
¿Cómo vio el último Clásico y las posibilidades de los dos grandes en Liga y Champions?
Lo que vivimos ahora forma parte de los ciclos competitivos. Estamos acostumbrados a que Barça y Madrid fueran los grandes favoritos para la Champions y que incluso el Atlético pudiera ganarla. La Champions antes era como conquistar la Luna, algo histórico, lo de los últimos años no era normal. Lo lógico es medir a los equipos por la Liga.
La Champions debe ser la guinda. Ahora nos toca un ciclo en el que hay que exigir a Real Madrid y Barça que sean competitivos, ya se vio en el último Clásico, cada uno va a su ritmo. El Real Madrid está construyendo sin un icono tras la marcha de Cristiano y el Barça retuvo a Messi contra su voluntad, han de madurar. La prioridad no es el triplete, sino ser felices con ganar algún título grande. Se han ganado ligas que no se han celebrado porque el rival había ganado la Champions, eso no es sano.
Tampoco es normal la forma en la que el Barça ha caído en las últimas Champions. Además este año fue el inicio de una sucesión de problemas: la caída ante el Bayern, el burofax de Messi, la moción de censura, la dimisión de Bartomeu, las elecciones…
El Barça está acostumbrado a estas situaciones en las que van pasando cosas que se van superando. Es un club muy vivo, justamente porque es capaz de generar crisis muy profundas y luego salir para tocar el cielo. Es un club volcánico, con mucha actividad social. En plena pandemia han conseguido más de 20.000 firmas para la moción de censura. Habla bien del sentimiento que genera, pero genera muchos «ismos», diferentes partes que se van buscando las cosquillas.
Ha sido más dura la parte deportiva, no han sido capaces de cortar una inercia que parecía clara, que es saber cómo acabas con el mejor equipo de la historia. Más cuando el Barça no había tenido esa hegemonía nunca antes en la historia. No había sido un club ganador hasta el siglo XXI, tenía el punto de romanticismo que le daba sus vínculos más allá de los resultados. El Barça del siglo XXI sumó la estética con los resultados, ahora hay que saber digerir esta situación. Y sobre todo equilibrar la gratitud con la no sumisión, ver que el equipo se va estrellando y que el fútbol, que es cruel, te va repitiendo las señales hasta llegar al 2-8.
Se ha vivido con dolor, porque hay jugadores que van a pasar a la historia por formar parte del mejor club del mundo, pero también por estos tres o cuatro últimos años.
En su libro «Fórmula Barça» habla de la era Guardiola y del grupo de jugadores tan estupendo con el que contaba ¿sería bueno cortar con la nostalgia de esos tiempos? ¿El estilo volverá?
Ese debate es muy interesante. Me gustan los equipos que creen en su identidad. El Barça tiene la suya, pero lo importante es crear un camino. Duele más un proyecto sin rumbo que con un rumbo que no nos guste. El fútbol se puede mirar desde muchos gustos. Yo entiendo el fútbol con la mirada con la que me han educado y me gustaría que el Barça tuviese esa mirada, pero he aprendido a no ser crítico con ideas que me gustan pero que tienen sentido.
En el Barça estamos acostumbrados a mirar cosas que en otros equipos no hacen. Un ejemplo son las finales de Champions ante el Manchester United. Nadie duda que Ferguson sepa ver fútbol, pero no fue capaz de detectar el problema y lo agravó de la primera a la segunda final quitando un centrocampista. El fútbol es medir tu personalidad con la de otro, y en el Barça tenemos pistas de lo que más gusta, pero puede venir alguien a dirigirlo que enfoque en otra dirección y trate de convencer a la gente. Puedo decir que me aburre, si por ejemplo, viene Simeone al Barça ¿me gustará? No ¿Tendrá sentido? Seguramente sí.
[sc name=»adhome» ]¿Cómo se articula Koeman en ese camino del Barça? ¿Como un parche o como alguien que pueda liderar una época?
Este es un Barça sin gobierno ¿quién valora a Koeman? Lo valorará quien llegue. Habrá que ver si la personalidad de quien llegue se ajusta a Koeman. Para el momento actual es ideal, ha de sobrevivir en el presente, dar oportunidades a jóvenes, no perder valores… Koeman lo entiende siendo más pragmático que el idealismo blaugrana y el barcelonismo está más preparado ahora para ciertos cambios.
Koeman pone un doble pivote y no pasa nada, cuando en otros tiempos se habrían hecho manifestaciones, pero el 2-8 abre la perspectiva. No le preocupan los dogmas y apuesta por los jóvenes. Koeman debe proteger el patrimonio del Barça y es ideal para hacerlo. El Barça no es favorito para ningún título este año, otra cosa es exigir que sea competitivo. Cuando lleguen los nuevos rectores decidirán por donde se va.
¿Qué va a ocurrir con las elecciones? ¿Habrá candidaturas que se unan, sorpresas…?
Me ha sorprendido que haya muchos precandidatos, con lo convulsos que han sido los mandatos de Rosell y Bartomeu, me sorprende que haya tanta gente que quiera ser presidente. Sus réditos dará más allá de la parte deportiva. Hay gente dispuesta a arriesgar patrimonios y vidas profesionales. Veremos cuántos pasan el corte, consiguen los avales, y luego se moverán alianzas. Precandidatos como Laporta o Font, difícilmente aceptarán negociar fusiones. Veremos cómo se reparten los votos más conservadores y más atrevidos, que parecen más afines a Laporta.
Me sorprendió este verano que, cuando todo el mundo daba por hecho que Messi saldría, usted aun decía que había que esperar ¿sabía algo que los demás desconocíamos?
Eso son los años, te haces mayor, miras con contexto… La decisión de Messi era antinatural para él, que es una persona introvertida, poco aventurera. El paso de irse tenía que ser muy rápido. El ejemplo son sus experiencias con la selección argentina, cuando se ha sentido responsable, ha explotado y su manera de asumir la responsabilidad ha sido dar un paso a un lado y decir «yo ya lo he dado todo, que venga otro». Con Argentina le ha pasado dos veces, y sigue jugando con la selección.
A Messi el balón le puede más que nada, y solo conoce el Barça y Argentina, y por carácter no se le antoja ambición de conocer más. O era una decisión que superaba cualquier tentación de que las cosas se calmarán o pasaría como con Argentina. También por la respuesta del Barça, podrían pensar que venderle era la forma de cuadrar números, pero Bartomeu hizo la lectura de intentar aguantar para no ser el presidente con el que se fuera Messi.
Tras el burofax, con solo una reunión, que yo imaginaba que estiraría la cuerda hasta el final del mercado de fichajes, en la que le dijeron que no, al día siguiente ya estaba con el balón en los pies ¿Cuánto tiempo puede aguantar Messi sin entrenar, sin medirse a compañeros o rivales? Finalmente pasó lo que el fútbol quiso, más que lo que quiso Messi.
Casi todo el mundo prevé que en algún momento llegará Xavi ¿sería bueno que hubiera algún otro entrenador por medio para que todo estuviera más tranquilo cuando llegase?
Llega un momento en que nosotros diseñamos pero el fútbol ejecuta, entonces no pienso mucho en cómo será, no lo sabemos. Si gana Víctor Font, Xavi será entrenador muy pronto, dependiendo de los resultados de Koeman. Si gana otro candidato quizás no lo sea tan pronto. Dependerá de su proyecto deportivo. De Koeman también se decía hace mucho tiempo que entrenaría al Barça y ha llegado en la situación menos agradable. De Guardiola nadie imaginaba un salto tan rápido. Lo que tenga que pasar, pasará, pero es evidente que Xavi tiene el sueño de entrenar al Barça y está trabajando para conseguirlo, ahora, el fútbol tiene tantos atajos que no conocemos…
[sc name=»adhome» ]Entre esos atajos que nos sorprenden, el caso de la adaptación de Griezmann al Barça nos está sorprendiendo
Si te digo la verdad, no me sorprende. Me parecía bastante evidente que Griezmann no encajaría en el Barça. El sitio de Griezmann es el de Messi, entonces, el fichaje de Griezmann es el fichaje de un cromo, y en el Barça, más que en otros clubes, el fichaje de cromos casi nunca ha funcionado. En cambio a veces ha fichado jugadores que no eran cromos pero ha sacado un rendimiento bestial, o cromos que se han convertido en futbolistas útiles sin ser su mejor versión, que es a lo que tendría que aspirar Griezmann para quitarse presión.
Debería entender que puede ser un buen complemento, y eso le ha afectado, juega muy tenso, parece que haya envejecido. Si lo comparamos con Henry, que llegó al Barça como estrella mundial y fue un complemento espectacular, pero sin la luz de otros.
Parecido fue el caso de Villa. Griezmann tendría que entender algo parecido, aquí no puede ser un hombre orquesta, tiene que dedicarse a tocar un instrumento perfectamente, luego él tiene que decidir si eso le apetece o no. Somos capaces de entender el alto valor de un jugador aunque no sea el jugador que él quería ser. Valverde intentó encajarlo sin mover el ecosistema, pero Koeman ha ido más allá. Y si Messi se hubiese ido, el Barça tal vez descansaría en Griezmann y se hubiese parecido más a lo que fue. Pero es lo que hay, o hace el clic o es la crónica de una muerte anunciada.
¿El surgimiento de Ansu Fati es un renacer de La Masía o un hecho aislado brillantísimo?
Es de una generación en la que había muchas esperanzas, pero nadie esperaba tan pronto su explosión, y eso es un acierto que no tenemos que olvidar que tiene la firma de Valverde. Se agradece que este jugador saliera con 16 y no con 19. Era la generación de Ansu, Éric García, Kubo, pero la explosión de Ansu ha superado cualquier expectativa. Ha hecho ya cosas con el Barça y con la selección que están solo al alcance de los elegidos.
No queríamos terminar sin preguntarle cómo fue ponerse en los zapatos de un mito de las retransmisiones futbolísticas como fue Joaquim María Puyal
Pues con mucho vértigo, la verdad. Un paso muy importante y difícil, pero muy contento de haberlo hecho. Trabajé con él 18 años y siento la radio como me ha enseñado Puyal, igual que veo el fútbol como nos enseñó Cruyff. En el fondo fue simplemente continuar con lo que me había enseñado introduciendo mis matices propios. Pero era como cuidar la herencia que nos dejó en el equipo, ahora me han puesto el brazalete de capitán, con ilusión y con la responsabilidad de defender lo que Puyal construyó como pionero hace 40 años.
Yo tengo la teoría de que el fútbol es una de las mejores cosas que le ha podido pasar a la radio, y la radio una de las mejores cosas que le han podido pasar al fútbol
¡Y tanto! Es verdad que es una simbiosis imbatible. Parecía que la televisión se la comería y ahora resulta que la televisión ha tenido que incluir la opción del audio de la radio. Eso ha sido una gran noticia para la radio, que la televisión la aceptara como parte del juego. Al menos en España, es un matrimonio indivisible.
Muchísimas gracias por su tiempo y por dejarnos reflexiones tan interesantes
Gracias a vosotros y suerte con vuestro proyecto, que hablar de fútbol con pausa siempre ayuda y nos hace un poco más felices. Hablamos de lo que nos gusta y a nuestra manera.
Interesante entrevista con un periodista que,sin dejar de ser fan su equipo, tiene la suficiente objetividad como para conseguir la distancia precisa que le permita opinar racionalmente del mismo, y por tanto ejercer la crítica constructiva tan difícil como poco frecuente.
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