El mes de mayo ha aterrizado con fuerza en nuestras latitudes. Marcado por el mal tiempo reinante en España, en estos 31 días se decide todo. Todo el proyecto deportivo de una estructura con secretarios técnicos, ojeadores, etc.; toda la vertiente económica que emana de los presupuestos; y por supuesto, el lugar real que ocupa el club y punto de partida para la próxima temporada. Puesto que este año hay cita estival, la Eurocopa, el mes de las BBC (no me refiero a la tripleta merengue) es el decisivo.
Aunque como si de una evaluación escolar se tratara, a estas alturas hay equipos pensando ya en las vacaciones y otros en el examen definitivo, por llegar sin los deberes hechos. Juventus, PSG, Bayern, el sorprendente Leicester… son los alumnos más aplicados de nuestro continente. Pero no sólo en España se va a decidir todo el último día, porque la emoción también va a vibrar a ritmo de fado.
Efectivamente, dejamos de lado la pelea Barça-Real Madrid, provocada, por otro lado, por un ejercicio de emular a Hitchcock en un lado culé que ya celebraba el título en enero. Nos centramos en nuestros vecinos, que vivirán este domingo una tarde de máxima tensión. Eliminado el Porto de Peseiro y Casillas de la lucha, algo que viene sucediendo desde hace ya tres temporadas, el cobre se lo batirán a las seis de la tarde los dos equipos lisboetas.
El Benfica parte con una ventaja de dos puntos sobre Sporting, y el empate en casa ante Nacional de Madeira (10º) le valdría para revalidar el título por tercera vez consecutiva. No hablamos de las mejores águilas de la historia, pero entre la dinamita de Jonas (31 goles) y la explosión del imberbe Renato Sanches en mediocampo (jugará el año que viene en el Bayern), los de Rui Vitoria han mantenido un gran nivel durante la temporada.

Por detrás llega apretando el Sporting de Lisboa. Los del José Alvalade resucitaron de las mediocridades hace tres años y parece ser que el empujón que faltaba era la llegada de un míster ganador como el exbenfiquista Jorge Jesus. Este paso al lado oscuro ha estado muy mal visto en la capital lusa, tachando al peculiar entrenador de ególatra y pesetero.
Sea como fuere, ha conseguido plantar cara a su ex-club, algo que no se vivía desde hace años en el seno blanquiverde. Y eso que el equipo mantenía este año su columna vertebral: Rui Patricio bajo palos, el canterano William Carvalho en la medular e Islam Slimani en punta. A los dos puntos de desventaja con respecto al Benfica, se les suma un difícil desplazamiento a Braga, para jugar contra el otro Sporting, que es 4º en la tabla y no se juega nada más que algún maletín rojo que pueda llegar al norte.
Así que ya sabéis, amigos futboleros. Si el final de Liga os sabe a poco este sábado, podéis vibrar también con nuestros vecinos el domingo. No sólo porque se va a decidir la liga portuguesa en la última jornada, si no porque el título está entre dos equipos vecinos, porque el Sporting lleva 14 años sin ganarlo y porque además la gesta la podría lograr un entrenador que hace un año la ganaba en el rival. Muchos alicientes para que este domingo a las seis de la tarde miremos al oeste y disfrutemos de este duelo histórico que puede marcar una nueva etapa en el fútbol portugués. ¿Quién sufrirá la saudade de la derrota el lunes?