Mañana la selección española buscará refrendar sus buenas sensaciones en el partido más importante de la fase de clasificación para la Eurocopa de 2024. Los de de la Fuente disputarán su primer encuentro tras la designación de España como sede, una de tantas, del Mundial de 2030. Y lo harán con la obligación de no buscarse problemas con Noruega en un grupo que parecía fácil. Pero también con el deseo de revancha por revertir el 2-0 con el que sucumbieron ante su rival de la noche de mañana, la modesta Escocia. Una selección renovada que ve más cerca que nunca su sueño.
Porque no se trata de volver a una gran cita internacional, algo que ya sucedió en la Eurocopa de la pandemia, allá por 2021, cuya inclusión se vio favorecida por el aumento de cupos. Esta vez, The Tartan Army buscará pasar de la primera ronda por primera vez en su historia en una gran cita. En la mencionada última oportunidad ofreció buenas sensaciones, algo que ejemplifica su empate ante Inglaterra en Wembley, pero no pudo pasar de ese punto y un solo gol marcado. Sin embargo, a nadie se le escapa, y menos viendo su inmaculada clasificación para 2024, que los británicos pueden encontrarse ante su gran chance.
Mala suerte histórica
Para contextualizar el buen momento de la selección escocesa es necesario acudir a la hemeroteca. Pese a ser el segundo combinado nacional más longevo, los británicos nunca han tenido suerte en los once grandes torneos disputados. En mundiales su mejor performance data de Alemania 1974, un hecho nada casual al tratarse de la época dorada de los azules. Sólo el golaveraje dejó fuera de la segunda ronda a una selección que, liderada por Kenny Dalglish, logró un celebrado empate ante Brasil. Tampoco olvidarán nunca los scots México 86, cuando el mítico Sir Alex Ferguson tuvo que tomar las riendas merced al fallecimiento por infarto de Jock Stein horas después del último y agónico partido de clasificación.
Con respecto a las Eurocopas, el hecho de ser muy limitadas en cuanto a participantes hasta la irrupción del fútbol moderno, los escoceses se han prodigado bastante poco. Únicamente en tres ocasiones logró clasificarse The Tartan Army. Quitando la última, las dos ocasiones anteriores llegaron en los 90. En 1992, la última mini edición, no pudieron mantener la suerte de la que gozaron en la fase clasificatoria y se vieron superados por dos grandes: Países Bajos y Alemania. Cuatro años después, en la vecina Inglaterra, se quedaron a un gol de dar la sorpresa con un veterano plantel conformado por jugadores como Jim Leighton, Colin Hendry o Ally McCoist.
Una generación en plenitud
En las convocatorias habituales del combinado escocés no destacan grandes nombres. Sin embargo, ese quizás sea el gran valor del equipo, juntar a gregarios de equipos Premier con una idea muy clara de juego. Jugadores cuyas edades van desde los 25 a los 30 años y que se encuentran en su mejor momento, acompañados de promesas como Aaron Hickey o el interesante mediocentro Billy Gilmour. Si hubiera que destacar a un futbolista, ese sería el red devil Scott McTominay, un interior diestro con mucha llegada, como demuestra su doblete en 4 minutos de la semana pasada.

Sí analizamos línea por línea a Escocia, cuenta con superávit de talento en la defensa. Al reconvertido lateral derecho Hickey, se suman otros dos laterales zurdos de postín, el red Andy Robertson, y el txuri urdin Kieran Tierney, adaptado al central para la causa. En la medular McTominay está escoltado por currantes como Callum McGregor o John McGinn. Más discreta es la portería, en la que se ha asentado Angus Gunn, un guardameta de Championship. Tampoco acaban de encontrar a un nueve referencia. Ahí es donde el delantero del Southampton Ché Adams apenas encuentra competencia. Un delantero rápido que, aunque hace honor a su guerrillero nombre, no ve puerta con facilidad.
A la sombra de los grandes
Así ha vivido su carrera como entrenador el seleccionador Steve Clark. Cómo jugador fue un potente lateral derecho que hizo carrera en el Chelsea. Eso sí, en los blues pre Abramovich con los que puso el broche a su etapa de futbolista levantando una Recopa. De ahí pasó a ser reclamado por los mejores banquillos de la Premier para ayudar como segundo. Primero en Newcastle para asistir a Ruud Gullit, luego a su casa, Stanford Bridge y secundar a Mourinho, y más tarde a Zola y Dalglish en West Ham y Liverpool respectivamente. De ahí a su oportunidad de liderar primero al West Brom y al Reading donde, en ambos casos, tuvo luces y sombras.
Fue entonces cuando decidió resetearse, siendo consciente de lo efímero de la gloria, y volver a casa. En Escocia entrenó a un humilde Kilmarnock de récord, llevándolo a Europa, lo que atrajo las miradas de la federación, donde le ofrecieron el cargo de seleccionador. Desde la austeridad y la apuesta por el colectivo, estuvo apunto de meter al Tartan Army en el Mundial de Catar, algo que sí pudo hacer en la Eurocopa de 2022, tras 25 años de sequía. El esquema predilecto del de Saltcoats con Escocia es el 1-5-4-1. Le gusta jugar arropado atrás con la salida de balón de los carrileros, los más talentosos del plantel, como baza ofensiva. Trabajo alrededor del box-to-box McTominay y un punta que vaya al espacio.
Selección con una modesta trayectoria que hoy se encuentra en uno de sus mejores momentos de forma y que augura un buen encuentro mañana,esperemos que la nuestra logre sus objetivos y nos brinde un triunfo que encarrile la clasificación.
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