Hoy evocamos en esta sección uno de esos triunfos que hoy nos asombran, y lo hacemos con un titular un tanto redundante, pues “Steaua” es estrella en rumano. Corría la temporada 85/86, y mientras España entraba en la entonces Comunidad Económica Europea y moría el alcalde madrileño don Enrique Tierno Galván, un equipo rumano iba superando rondas de la Copa de Europa hasta plantarse en la final del Sánchez Pizjuán: el Steaua de Bucarest.
El equipo, fundado en 1947 en los albores del régimen comunista que gobernó el país hasta la caída de Ceaucescu en 1989, estaba entrenado por Emeric Jenei. En la 84/85 había logrado su primer título de Liga en seis años, lo que le dio el pase a la máxima competición europea en la temporada siguiente.
La Juventus de Platini; el F.C.Barcelona de los Urruti, Schuster, Archibald, Lobo Carrasco, Migueli y compañía; el Bayern de Múnich o el poderoso Anderlecht de mediados de los 80, eran los que partían entre los máximos favoritos a llevarse el torneo. El primer rival para el Steaua fue el Vejle, campeón danés. Tras un empate a uno en tierras danesas, un claro 4-1 en Bucarest resolvió la eliminatoria a favor del conjunto rumano.
Con otro 4-1 en la vuelta, el Steaua de Bucarest logró remontar el 1-0 de la ida en Budapest, ante el Honvéd. Los cuartos de final depararían un sorprendente enfrentamiento inédito ante el campeón finlandés, el Kuusysi Lahti. El empate a cero en la ida, en Bucarest, ponía las cosas difíciles para la vuelta en Finlandia. El Steaua tuvo que sudar para pasar con un 0-1 final, con un gol in extremis de Victor Piturca que evitó la prórroga. Al mismo tiempo, el Barcelona eliminaba a la Juventus y el Anderlecht hacía lo propio con el Bayern.
Pocos creían en las posibilidades del conjunto rumano ante el fuerte rival belga. Pero tras un 1-0 en Bruselas, la eliminatoria de semifinales quedaba abierta. El solitario gol de Scifo en el minuto 78 no era suficiente para ir totalmente tranquilo a Bucarest, pero el Anderlecht tomaba la delantera.
En la vuelta, disputada el 16 de abril de 1986 ante los 30.000 espectadores que abarrotaban el Stadionul Steaua, Victor Piturca volvió a ser el héroe del equipo. A los cuatro minutos empató la eliminatoria.

Mediada la primera parte, Gavril Balint puso el 2-0. Fue el propio Piturca el que sentenció con el 3-0 definitivo en el minuto 71. El Steaua de Bucarest, equipo al que pocos o muy pocos prestaron atención al comienzo del torneo, estaba en la final de Sevilla.
El rival sería el F.C. Barcelona, que tras haber perdido en la ida de semifinales en Göteborg por 3-0, logró forzar los penaltis en la vuelta, con hat-trick de Pichi Alonso.
Todo parecía un guión bueno para el conjunto culé: final en casa, estado de gracia tras la remontada de semifinales y, por qué no decirlo, la calidad de su conjunto, que se suponía muy por encima de la del Steaua.
El 7 de mayo de 1986, el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán, ante 60.000 espectadores que abarrotaban sus gradas, prácticamente todos con el Barcelona, vio uno de esos saltos de guión imprevisibles en la historia del fútbol.
Alineaciones
STEAUA DE BUCAREST | F.C. BARCELONA |
Helmuth DUCKADAM | Javier URRUTICOECHEA |
Ştefan IOVAN (C) | GERARDO |
Miodrag BELODEDICI | MIGUELI |
Adrian BUMBESCU | José Ramón ALEXANKO |
Ilie BǍRBULESCU | JULIO ALBERTO Moreno |
Gavril BALINT | VÍCTOR MUÑOZ |
Lucian BǍLAN | MARCOS ALONSO |
László BÖLÖNI | Bernd SCHUSTER (C) |
Mikal MAJARU | Ángel PEDRAZA |
Marius LĂCĂTUŞ | Steve ARCHIBALD |
Victor PIŢURCĂ | «Lobo» Carrasco |
Emerich JENEI (E) | Terry VENABLES (E) |
El Steaua de Bucarest logró anular el juego del Barcelona durante todo el partido, y se llegó con el 0-0 final a la tanda de penaltis. En la tanda, Majearu erró ante la parada de Urruti el primer disparo. Después, Alexanko vio como su tiro era bien parado por Duckadam. Urruti volvió a estirarse bien en el segundo intento rumano, errado por Bölöni. Toda la presión para Duckadam de nuevo, quien paró el tiro de Pedraza. Lacatus y Balint ya no fallaron sus tiros, pero Duckadam sí paró los de Pichi Alonso y Marcos Alonso.

La Copa de Europa volaba a Bucarest para asombro del mundo futbolístico gracias a un portero que a partir de esa noche fue conocido como “el Héroe de Sevilla”. No sólo paró uno o dos penaltis decisivos: paró todos los lanzamientos azulgranas, hasta cuatro. Un hecho inédito hasta entonces e inigualado ahora.
El Steaua de Bucarest se convirtió en el primer equipo del bloque del Este en lograr la Copa de Europa. Ese mismo año llegaría la Supercopa de Europa, ya con Hagi en el equipo. Sin embargo, la final de la Copa Intercontinental la perderían (1-0) contra River Plate. Muchos de los campeones de 1986 repetirían tres años después una final de la máxima competición europea, la que el Steaua perdió por 4-0 ante el Milan de Sacchi y que fue disputada, curiosamente, en el Camp Nou.

La tanda de penalties fue fatídica para el Barsa, bueno de hecho el partido en sí. Mereció ganar el equipo blaugrana de calle, pero bueno la historia del fútbol unas veces te da y otras te quita.
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Como bien dices, el Barça fue el que dominó el encuentro y, aunque tuvo pocas ocasiones, creó alguna más que el Steaua. Lo que convirtió ese choque en legendario (que hoy apenas sería otro título europeo más en las vitrinas de un grande de Europa como el Baça) fue precisamente el triunfo inesperado del conjunto rumano gracias a Duckadam. Un saludo y gracias por tu comentario.
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La final no fue buena aunque con la emocion de la incertudumbre. El Barcelona aquella temporada se mostro muy irregular, sin la seguridad que demostro la temporada anterior en la que logro de calle el titulo de Liga, mientras que el Steaua no demostro el exelente nivel tecnico de los futbolistas Rumanos de aquella epoca, probablemente debido a los nervios propios de un equipo novel y sin experiencia en partidos de gran exigencia.
Como digo, el partido no fue gran cosa, y si paso a la historia fue por ser la primera vez que un club de un pais del Este socialista ganaba la Copa de Europa y sobre todo por la heroica tanda de penaltys protagonizada por Duckadam.
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Muchas gracias por tu comentario Rafa! Tienes toda la razón, no fue una final que pasara a la historia por lo estético, sí lo hizo por el fatídico final culé con una tanda de penaltis catastrófica. Un saludo!
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Buen artículo. Como tantos otros, vi en directo la final y su sorprendente desenlace aquel 7 de mayo. Fue un golpe muy duro para nosotros los culers, parecía que aquella vez sí que el Barça ganaría por fin la Copa de Europa, pero el Steaua hizo su partido y demostró que si había llegado a la final no era por casualidad. Además, el equipo había tenido muchas lesiones y el ambiente del vestuario era un polvorín. No eran los mejores prolegómenos para una final de la Copa de Europa. Y encima la responsabilidad de tener que ganar por ser el favorito y jugar ante 50.000 de tus propios seguidores pesó demasiado. Una enorme decepción… Suerte que después remontamos y acabamos ganando la orejuda :-).
Por cierto, el Steaua ganó la Supercopa de Europa contra el Dinamo de Kíev pero no la Copa Intercontinental, que fue a parar a la sala de trofeos del River Plate (1-0, gol de Arizmendi, aunque los jugadores del Steaua se quejaron de un gol anulado a Belodedici).
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Y, por cierto, DEP Urruti.
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Muchas gracias PJM por tu comentario. Nos alegramos que te gusten nuestros artículos. Te invitamos a mandarnos un artículo para la sección Convocado. Un saludo desde TresCuatroTres!!
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