Durante una época dorada no sólo fue uno de esos grandes equipos franceses, sino que fue el más grande de la Ligue 1 capaz de medirse por dos veces en la final de la Copa de Europa a aquel Real Madrid de los años 50.

El año pasado y gracias a la victoria lograda en Amiens (colista ya descendido), por 0-2, el Stade de Reims, logró regresar a la máxima categoría del fútbol francés más de tres décadas después. El equipo de Reims se sumó así al Bastia (1º) y al Troyes (3º) en la nómina de ascendidos a la Ligue 1.
Bajo la batuta técnica de Hubert Fournier (ex defensa central de equipos como Guingamp, Borussia Mönchengladbach y Caen, allá por los 90), el Stade completó una temporada magnífica. Destacaron en el equipo el meta internacional togolés Kossi Agassa, el medio ofensivo Romain Amalfitano (hermano de Morgan Amalfitano, jugador del Olympique de Marsella), y los delanteros Cédric Fauré y Kamel Ghilas.
La historia de este club se inicia en 1931, cuando se fusionan la «Société sportive du parc Pommery» (creada en 1911) y el Sporting Club Rémois (fundado en 1904). En el verano de 1933 se inaugura por vez primera (habría una segunda) el estadio “Vélodrome”.
Ese mismo estadio sería reinaugurado, con ‘pompas oficiales’ y asistencia del entonces Presidente de la República, Albert Lebrun, el 2 de junio de 1935. El equipo todavía disputa allí sus partidos, pero ahora lleva el nombre de Auguste Delaune desde el final de la II Guerra Mundial. Delaune fue un deportista comprometido con las ideas comunistas y luchador en la Resistencia frente a los ocupantes nazis, que murió en 1943 a manos de la Gestapo.
La historia gloriosa del Stade de Reims tiene un protagonista destacado: Albert Batteux, primero como centrocampista del equipo en la segunda mitad de los años 40, y a partir de 1950, como entrenador, cargo que ocuparía hasta 1963.
En 1949 logra el primer título de Liga y en 1950 el primero de Copa. En el verano de ese año, Batteux cuelga las botas y se pone el chándal de entrenador. Bajo su dirección llegarían las Ligas de los años 52/53, 54/55, 57/58, 59/60 y 61/62; una Copa más, en 1958; en el plano internacional, la Copa Latina de 1953 y dos subcampeonatos de Europa (1956 y 1959).

Si contamos con que el Stade de Reims suma esas 6 Ligas y esas 2 Copas, vemos como la influencia de Batteux en el éxito del club en aquella época es innegable. Pero ¿cómo pasó el Stade de ser un equipo que antes de la Guerra no había debutado en la máxima categoría a dominador del fútbol francés en los años 50? ¿A qué principios respondía la filosofía de Batteux para los triunfos del Reims?
La memoria suele ser caprichosa e injusta, no en vano, nuestra mente selecciona los recuerdos de entre lo más reciente, y de ahí hacia atrás. Ello se acentúa con los medios a los que solemos acudir para informarnos y empaparnos de lo que acontece. Sin desmerecer, ni mucho menos, los méritos más recientes, incluso actuales, de equipos que triunfan con un ‘modelo’ de juego en concreto, sí que se suele olvidar a otros que practicaron, en esencia, ese mismo modelo, hace ya más tiempo.
Ese es el caso claro del Stade de Reims de Albert Batteux. Por encima de individualidades sublimes como la de Raymond Kopa (quien jugaría dos temporadas dejando huella en el gran Madrid de la época), nombres como los de Jonquet, Siattka, Hidalgo, Templin o Glovacki, entre muchos otros, el Reims destacaba por practicar un fútbol de toque, lleno de combinaciones cortas, paredes entre los jugadores y desmarques rápidos, con hábiles movimientos de los jugadores sin balón, basado en la posesión del esférico.
Tanto es así, que el equipo francés fue el primero que practicó habitualmente la táctica de tocar en corto el saque de un córner en lugar de colgar el balón directamente al área.
El estilo, aunque con sus lógicas diferencias, era muy similar al que hoy en día practican el Barcelona o la Selección española, y recibió por parte de la prensa francesa el calificativo de “football-champagne”.
Tras la marcha de Raymond Kopa al Real Madrid, llegaría en 1958 otro gran delantero del fútbol francés, Just Fontaine (quien todavía hoy ostenta el récord de goles en la fase final de un Mundial, con los 13 que logró en Suecia 58), y el Reims siguió logrando títulos, añadiendo otro subcampeonato europeo más (el de 1959), cayendo de nuevo ante el Real Madrid.
Es bastante probable que aquel Stade de Reims hubiera logrado algún título de la máxima competición continental de no haberse hallado en la misma época que el gran Madrid. Es más, y haciendo un ejercicio de fútbol ‘fantasía’, me atrevo a decir que ese equipo ‘transportado en el tiempo’ al momento actual sería un habitual en las rondas finales de la Champions, cuando no uno de los máximos candidatos al título.

Hipótesis aparte, lo cierto y verdad es que Albert Batteux dejó el banquillo del Stade en 1963, tras trece años en él. Desde entonces, el club no ha logrado un solo título. Es más, al final de la 63/64 descendió a segunda. Recuperaría la máxima categoría una sola temporada, en la 66/67. Nueve temporadas más (entre la 70/71 y la 78/79) en la Division 1 para después entrar en un desierto de Division 2 y categorías inferiores hasta el año pasado.
En total, hacía 33 años que el champagne no se descorchaba en primera, demasiado tiempo de ausencia para aquellos que una vez fueron los más grandes del fútbol francés.